Por Noé Mondragón Norato Foto: https://mpsguerreronoticias.com/
El gobernador Héctor Astudillo atravesaba a fines del 2018, por la etapa en que su fuerza política estaba consolidada. Y el presidente AMLO apenas había tomado protesta como tal. Con todo, el mandatario estatal había demandado un incremento al Presupuesto de Egresos 2019, hasta dejarlo en 54 mil millones de pesos. Pero el presidente ‘se la volteó’: terminó asignándole 59 mil 875 millones de pesos. Un incremento de 4.5 por ciento más, del solicitado. Y para el Presupuesto de Egresos 2020, el incremento fue del 3.2 por ciento. Es decir, el saldo final se ubicó en 61 mil 800 millones de pesos. De ahí se lee lo demás.
RECORTES POR EL COVID-19.- En la Ciudad de México le leyeron la cartilla al gobernador: debía hacer ajustes al excesivo gasto que estaba aplicando y que estaba siendo monitoreado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda. Desde allá, anunció un recorte al presupuesto por 241 millones de pesos, que fue atribuido a la pandemia por Covid-19. Esa cantidad sumada a los 200 millones aplicados en marzo pasado, dieron un total de 441 millones de pesos. Lo anterior tiene sus bemoles.
1.- Si bien es cierto que existe una desaceleración económica mundial por los efectos del Covid-19, esta alerta ha servido en muchos gobiernos estatales para justificar gastos excesivos. Apenas en los inicios del pasado mes de julio, el gobernador Astudillo reveló la aplicación de 951 millones de pesos destinados a enfrentar la pandemia. Y anunció que, para el cierre de este año, el incremento podría ser de 4 mil 800 millones de pesos. Demasiado dinero si se considera que existen intenciones políticas de fondo.
2.- En los inicios del mes de septiembre próximo inicia el año electoral. Es decir, se abrirá formalmente la competencia por alcaldías, diputaciones federales, locales y el gobierno estatal. El gobernador se verá obligado a operar política y financieramente, a favor del candidato que su partido el PRI, postule para el gobierno estatal. Y la federación lo que está haciendo, es curarse en salud para que dicho escenario no ocurra. Literalmente, le está amarrando las manos. El fin de año engloba, además, dos escenarios inevitables: será el último año en que el gobernador podrá empujar presiones para lograr un incremento sustancial en el Presupuesto de Egresos. Y su fuerza política entrará en la espiral del natural declive. A partir de ahora, muchos de sus «amigos y aliados», comenzarán a darle la espalda. Es el ritual obligado del poder.
3.- En el Congreso local todos los diputados hacen lo que ordena el mandatario estatal. No hay oposición. De nada sirvió la mayoría legislativa del Morena como contrapeso de poder estatal. El PRD y los partidos bonsái —PAN, PT, MC, PVEM― obedecen los designios políticos fermentados desde Casa Guerrero. Incluso, hay muchos diputados del partido Morena que son aliados políticos del mandatario estatal. Por eso no hicieron ninguna diferencia respecto de las demás legislaturas. Y con ese mismo cinismo fincado en la adicción e insaciables ambiciones por el poder, muchos de ellos ya están pensando en dos cosas: reelegirse como representantes populares. O de plano, lanzarse a buscar alguna alcaldía. Buscan premio en vez de castigo por tan «eficaz» trabajo legislativo.
En esa coyuntura podrían abrirse dos escenarios: que el AMLO y el Morena también les lean la cartilla a los diputados locales del Morena para que en diciembre próximo aprueben el Presupuesto de Egresos 2021 para el gobierno estatal, ajustado a los intereses presidenciales. O que los dejen operar por última vez en acuerdo con el propio Héctor Astudillo. Y al final, no apoyen el aumento solicitado. El manejo de los dineros públicos en la coyuntura, podría incluso, estar incubando al próximo ganador de la contienda electoral para gobernador.
El mandatario priista lo sabe. Lo sabe también, el presidente de la república. Entre gitanos no se leen las manos. De ahí que el reciente recorte al presupuesto gubernamental sea el anticipo de lo que viene. De eso, no cabe ninguna duda.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Confusa y poco convincente fue la conferencia del fiscal Jorge Zuriel de los Santos Barrila, en la que consigna la detención de ocho presuntos delincuentes el pasado viernes, uno de ellos relacionado con la ejecución del periodista Pablo Morrugares, en Iguala. El punto que causa prurito, es que no presentó a ninguno de ellos. Y así, cualquier postura oficial sobre crímenes de alto impacto, abre más dudas que certezas.
Hay 386 invitados y ningún miembro en línea