Por Noé Mondragón Norato Caricatura: https://radioexpresionmexico.com/
A lo ciudadanos no les sirve de nada conocer los nombres de los legisladores que recibieron en el pasado, jugosos sobornos del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin ―esa es una tarea de la prensa—, si no hay castigos severos contra todos ellos. Tampoco, que el presidente López Obrador, clasifique a los corruptos en dos clases: el corrupto cínico. Y el corrupto hipócrita. Es como si se comparara a la vez, que sólo unos corruptos están en prisión y otros no. Porque esa ha sido justamente, la tónica de la Cuarta Transformación. Simulaciones como estas no sanan los agravios del pasado. Ni se recuperan confianzas en los gobernantes. Por el contrario, se ahondan los recelos. El pulso lo dice todo.
EL VENERO PRIISTA EN LA 4T. – Hay en las entrañas mismas de la Cuarta Transformación, una inocultable vena priista que domina las actuales relaciones de poder. Y por eso se entienden las prorrogadas y negociadas sanciones contra prominentes miembros de ese partido. Los hechos se imponen a la diatriba y a la denostación simplista:
1.- De entrada, el presidente AMLO aseguró que no iría tras ninguno de los ex presidentes del país que literalmente, lo saquearon. Desde los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, hasta el priista Enrique Peña, quien se atascó literalmente con el presupuesto federal. No se trataba de apelar a la frivolidad ni a las cacerías de brujas, sino de hacer justicia y corresponder con aplomo y decisión, al voto de millones de mexicanos que esperaban si no prisión corporal para todos ellos, por lo menos que devolvieran lo robado.
2.- En los hechos, ningún priista del pasado a pisado la cárcel. Emilio Lozoya —acusado de cohecho, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada— declara desde un lujoso hospital de la Ciudad de México. Al ex gobernador de Chihuahua, César Duarte —acusado de desviar recursos del presupuesto público y delitos electorales—, el gobierno federal no ha podido extraditarlo de Miami, Florida. Sus abogados defensores aducen que «corre gran peligro de ser enviado a México». Ahí se atascó todo. Y el ex dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, se fue de dicho sindicato sin rendir cuentas sobre los millonarios recursos desviados para campañas presidenciales tricolores. Y de algunos gobiernos estatales.
El presidente AMLO decidió no molestarlo en plena crisis del huachicoleo y cuando la nación entera observaba esperanzada, la infructuosa búsqueda de una operación política diferente.
3.- La ex secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, es la única funcionaria de Peña Nieto que, sin ser militante del PRI y durante la mayor parte de su vida adherente perredista, está en prisión. Es la misma fórmula del pasado fincada en el precepto juarista: «a los amigos justicia y gracia; a los enemigos, la Ley a secas.» Por otro lado, el presidente se ha negado a llamar a cuentas al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray por su presumible involucramiento en el desvío de recursos en el estado de Chihuahua, en mancuerna con César Duarte. Y también, en el escandaloso e internacional asunto Odebrecht, que salpicó con millonarios sobornos a presidentes de varios países, México incluido.
4.- Finalmente, el Morena cabildea y logra llevarse a ese partido y al PT, a varios diputados federales del PRI. Los reclutan en su bancada, sin ningún miramiento y olvidando el discurso anticorrupción presidencial. El fin consiste en convertir a este último partido en la tercera fuerza en el Congreso de la Unión. Además, el PRI le aprueba al Morena algunas importantes iniciativas. Como la reciente que tiene como propósito que el gobierno federal compre medicinas y vacunas en el extranjero. Ante las maniobras del coordinador de la fracción legislativa del Morena, Mario Delgado Carrillo, el presidente lo avala con su silencio. Se anticipa que el PRI presida en correspondencia, la cámara de diputados a partir de septiembre. Justo cuando AMLO rinda su segundo informe de gobierno. Las afinidades Morena-PRI son cada vez más evidentes.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El ex gobernador perredista y hoy sin partido, Carlos Zeferino Torreblanca, no quita el dedo del renglón. Recientemente salió de su prolongado anonimato para denostar todo lo que está haciendo la alcaldesa morenista Adela Román. «Incapaces», llamó a todos los que la rodean. Zeferino quiere proyectarse otra vez para el 2021, como aspirante del Morena a la alcaldía de Acapulco. Pero ya otros ‘tiburones’ se le están adelantando.
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