Si los diputados federales de Morena se salen con la suya para obedecer la orden del presidente Manuel López Obrador de eliminar el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), estados como Guerrero quedarán desprotegidos ante fenómenos peligrosos como huracanes, terremotos, sequías e inundaciones, que son por desgracia muy comunes en nuestra tierra, sin que esa iniciativa legal aclare en qué se van a utilizar los 3,250 millones del presupuesto de ese fideicomiso, que el Ejecutivo pretende apropiarse.
Pero aunque el sábado pasado los morenistas recularon por las reacciones en contra y enviaron su iniciativa a la congeladora, ya se sabe que después hacen las cosas de todos modos bajo la mesa para salirse con la suya, ellos y su presidente. Hay que recordar que AMLO se gastó ya la mayor parte del Fondo de Estabilización, que podría estarse usando para atender la pandemia sin quitarle dinero a todos los rubros del presupuesto, aunque todos sabemos que la mayor parte del dinero se va en dádivas para comprar por adelantado votos en la elección del 2021, y en sus obras que chupan tanto dinero inútilmente como PEMEX.
Por lo tanto, el riesgo sigue latente…
La iniciativa presentada por Morena la semana pasada, pretende reformar la Constitución y otras leyes para desaparecer 44 fideicomisos establecidos para protección de la población, así como para impulsar la ciencia, el deporte y la agricultura, con lo que el presidente Obrador podría apropiarse de unos 91 mil millones de pesos, sin que se especifique para qué rubros será destinado ese dinero, aunque de manera verbal sólo se ha dicho vagamente que se usarán “para el combate del Covid-19”.
Entre esos fideicomisos se encuentran el FONDEN y una serie de fondos asociados, como el de Prevención de Desastres Naturales (FOPREDEN), y otro Agropecuario para los Desastres Naturales, cuyos recursos se han usado desde 1999 para rehabilitación y reconstrucción de infraestructura pública de los tres niveles de gobierno, vivienda de población de bajos ingresos, indemnizaciones a campesinos y elementos del medio ambiente, como selvas, áreas protegidas, ríos y lagunas.
Por lo que su operación ha sido muy útil en México, dada la concurrencia de fenómenos naturales de potencial destructivo, como los huracanes, los terremotos, las trombas, sequías, inundaciones, y recientemente incluso tornados, cuyos efectos muchas veces han requerido de los recursos del Fonden para la reconstrucción de la infraestructura o viviendas dañadas, y para atender a la población damnificada. Por lo que su anunciada desaparición provocó el rechazo unánime a nivel nacional, y especialmente en Guerrero.
Fue el caso del gobernador Héctor Astudillo Flores, quien vía Twitter fijó su posición “como gobernador y presidente de la Comisión de Protección Civil de la Conago (Conferencia Nacional de Gobernadores), expreso mi rechazo a la idea de la desaparición del Fonden, fondo que ha sido muy importante para sacar adelante a los estados y al país tras desastres naturales”.
A su vez, el líder de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados, René Juárez Cisneros dijo que “pretender eliminar el Fondo de Desastres Naturales es un acto verdaderamente irresponsable. Es dejar a la población indefensa ante un terremoto, huracán o algún otro desastre natural. Esta intención revela el desconocimiento absoluto de la realidad de nuestro país”. Mientras que la fracción del PRD reclamó que “Morena debe pedir disculpas por su iniciativa de desaparecer fideicomisos”.
Al respecto también expresaron su rechazo el vicecoordinador del PRI en el Senado de la República, Manuel Añorve Baños, y el coordinador priista del Congreso local, Héctor Apreza Patrón…
Acusan opacidad, pero… su iniciativa peca de opacidad…
La iniciativa de Morena busca desaparecer el concepto del Fonden de la ley, y derogar el Artículo 37 constitucional que delimita la operación de ese fideicomiso. Pero no se deroga el Artículo 9, que contempla la obligación de estados y municipios de prever recursos para atender a la población afectada, así como los daños provocados por desastres naturales. Con lo que se deja a cada gobierno la responsabilidad de atender por su cuenta cualquier daño y auxiliar a la población con sus propios recursos, que cada quien se rasque con sus propias uñas.
Lo curioso es que al presentar la iniciativa de eliminar al FONDEN y a otros 43 fideicomisos, la diputada federal de Morena, Dolores Padierna, argumentó que se trata de buscar transparencia, dado que “esos fondos se usaban con total opacidad”. Pero en esa misma iniciativa NO se especifica con claridad en qué rubros se van a utilizar los 3,250 millones de pesos del Fonden, ni el dinero de los demás fideicomisos… opacidad total.
En cambio, como es sabido, durante el tiempo en que ha operado el FONDEN, los recursos que se destinan para atender algún desastre, sólo se liberan cuando la Secretaría de Gobernación hace la Declaratoria formal de Desastre Natural, son operados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y administrados a través de BANOBRAS. Además, para tener acceso a ese apoyo, los gobiernos estatales deben tener contratados seguros y bonos catastróficos anuales con instituciones financieras privadas, para cubrir su parte para la reconstrucción.
De manera que si un fideicomiso está regulado y perfectamente apegado a criterios técnicos, financieros y de transparencia en su funcionamiento, es precisamente el FONDEN, que ha sido ejemplo de capacidad y oportunidad operativa, como se ha visto en los últimos años en Guerrero con los daños provocados por la tormenta tropical “Manuel”, el huracán Ingrid, y el terremoto de hace tres años que, con el apoyo decidido del anterior gobierno federal, se logró reconstruir la infraestructura carretera, sistemas de agua y drenaje, calles, puentes, equipamiento urbano e incluso viviendas.
Pero la supuesta opacidad es un mero pretexto. Lo que Morena y el Peje buscan es el botín de hasta 740 mil millones de pesos por la cancelación de un total de 338 fideicomisos “sin estructura orgánica”, pues como lo dictó en un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, AMLO instruyó “a las dependencias federales y a los tribunales agrarios la extinción de todos los fideicomisos, y concentrar sus recursos en la Tesorería (de la Federación) a más tardar el 15 de abril, para combatir el despilfarro de los bienes y recursos nacionales, y administrar los recursos con eficiencia, economía y transparencia”.
Pero nunca especificó para qué usará el dinero, y en la misma semana, paradójicamente autorizó 27 mil 500 millones de pesos para construir el aeropuerto de Santa Lucía –que implica un aumento del 1,343% de su presupuesto original-, y 26 mil 750 millones para el Tren Maya –que está saliendo 969% más caro de lo anunciado al principio-, sin que se distrajera ni un peso para atender la crisis sanitaria que vive el país por la pandemia del Covid-19.
Y aunque el fin de semana diputados federales de Morena anunciaron que la iniciativa de eliminar 44 fideicomisos quedaría congelada, habrá que estar pendientes del dinero con que operan, ¡no le vayan a hacer un hoyo a sus cuentas bancarias y… se las lleve el Tren Maya…!
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