Es muy importante que el 23 de mayo se considere en las efemérides conmemorativas y haya un Día dedicado al Estudiante (de ambos sexos), y no precisamente para fomentar el consumismo, la enajenación y la desviación del principal objetivo, sino para expresarle a la juventud estudiosa palabras de aliento y estímulo. Es una fecha propicia para la realización de eventos de demostración y competencia académicos, deportivos y culturales que incrementen sus capacidades, habilidades y destrezas. Pero algo más que eso, creo yo, es concientizar a la niñez y juventud del enorme reto que tienen de prepararse para solucionar la problemática del siglo XXI. Por supuesto, la tarea más complicada es para las autoridades de los tres órdenes de gobierno: Federal, Estatal y Municipal y hasta de la Comunidad, que deben estar a la altura de las circunstancias actuales y futuras para forjar jóvenes con preparación, responsabilidad y amor a la Patria, sin faltar la decidida y comprometida participación de los padres, la familia y la propia sociedad. El estudiante solo, por si mismo no lo podrá lograr. Desde luego que no es muy fácil.
Sí que vivan las y los estudiantes del Mundo, México, Guerrero, Costa Chica, Copala y las comunidades. Todos los niños y niñas, jóvenes y adultos que aun muy a pesar de los tiempos difíciles que cada quien enfrenta, están haciendo todo su mejor esfuerzo por estudiar en los diferentes niveles, desde Preescolar, Primaria, Secundaria, Bachillerato (Preparatoria o Vocacional), hasta la Superior y Posgrado.
Estudiar ahora y siempre es una obligación moral, legal y necesaria. Estudiar después del año 1980 es una prioridad para todos los sectores que conforman la sociedad, porque después de los ochenta es cuando los cambios mundiales sociales, políticos y económicos han obligado a las autoridades gubernamentales a buscar estrategias viables para evitar un mayor atraso en sus respectivos países y hacer profesionales competitivos en el contexto mundial.
La experiencia que varios hemos adquirido y disfrutado de esa inolvidable etapa estudiantil, nos dice que ser estudiante debe ser un orgullo, un alto honor y un gran privilegio. No cabe la menor duda que los 2 años de Preescolar, 6 de Primaria, 3 de Secundaria, 3 de Bachillerato y 5 de la profesional, más los que se sumen, nos permiten acumular conocimientos y experiencias para estar en condiciones de demostrar que si se pueden hacer realidades todos los sueños y aspiraciones, personales, familiares y de la propia sociedad. Son aproximadamente 20 años dedicados al estudio que parecen muchos y en realidad pasan muy rápido. Bien vale la pena.
Quienes alguna vez fuimos estudiantes nos consta lo complicado que es estudiar con tantas carencias y necesidades, desde luego mas para la mayoría de quienes surgimos de la nada, los hijos de los trabajadores, campesinos y obreros, madres solteras y grupos vulnerables. Claro que también aquellos Estudiantes de otras categorías socioeconómicas sufrieron sus propias situaciones pero tal vez con menor grado de sufrimientos. Mis compañeros y compañeras de generación, mis paisanos de Guerrero y Copala principalmente, aun recordamos innumerables anécdotas que ya forman parte de un libro próximo a editar.
En razón de lo anterior consideró pertinente que los Estudiantes de hoy, de la etapa de las Ciencias y las Tecnologías, de los nuevos problemas y de las nuevas circunstancias, deben aprovechar su tiempo al máximo para dedicarse a estudiar de verdad, porque si observan como ha sido el desarrollo de los pueblos y de México en especial, a ellos, a esta generación del nuevo milenio corresponderá dirigir los destinos con mayor inteligencia y capacidad. Deben ser jóvenes con una alta calidad profesional.
Para terminar este modesto mensaje, y como un homenaje y reconocimiento póstumo, solo quiero recordar y compartir una frase de mi inolvidable Padrino de Generación de un selecto grupo de Guerrerenses egresados de la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional, publicada en primera plana de los diarios locales de Acapulco el día 3 de septiembre de 1977, Maestro Febronio Díaz Figueroa (QEP). A mí en lo personal me queda grabada para toda la vida: "...Estudiante que no estudia, traiciona a la Patria...". ¡¡ Que vivan las y los Estudiantes!!
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