Seguramente varios de los líderes del partido Morena en Guerrero, NO han entendido que su jefe máximo Andrés Manuel López Obrador, NO arribó a la Presidencia de la República derivado de una lucha armada –guerrilla- o de un golpe de Estado, sino que su triunfo se lo dio la población a través de las urnas y que él –AMLO- tiende puentes, teje fino y hasta se reúne con sus ex adversarios como el ex candidato presidencial priista, José Antonio Meade.
Equivocan la jugada aquellos dirigentes que, sin todavía asumir cargos, ya se sienten Virreyes en los 32 estados del país, incluyendo Guerrero donde el diputado plurinominal electo Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, exhibe pobre clase política, se muestra como sectario y radical a ultranza. AMLO pretende nombrarlo Coordinador del gobierno federal en Guerrero para desmantelar todas las delegaciones federales en la entidad.
Sandoval Ballesteros, quien todavía no asume el alto cargo federal ni la diputación local, se molestó porque el gobernador Héctor Astudillo Flores recibió en audiencia a varios presidentes municipales electos de Morena, entre ellos a la alcaldesa de Acapulco Adela Román quien reviró críticas de Pablo Amílcar, a quien le recordó que Morena solo ganó 16 ayuntamientos y que debe dejar de lado la soberbia.
Adela, recibirá la comuna de Acapulco de manos del perredista Evodio Velázquez, en completa quiebra financiera, que rebasa los mil millones de pesos, que “presuntamente” fueron a parar a las cuentas bancarias del corrupto munícipe del puerto quien ahora busca la dirigencia estatal del PRD, para blindarse con impunidad.
Pablo Amílcar, como ex dirigente estatal del partido Morena cometió garrafales errores que le valieron soberana regañiza del hijo de AMLO –Rodrigo López-, porque NO construyó ninguna estructura política en Guerrero; los candidatos –morenos- no hicieron campaña, se echaron a la hamaca y solo esperaron el “efecto López Obrador”, que los hizo ganar en 16 municipios, en 19 distritos locales, 9 federales y dos senadurías. Sin el “efecto AMLO”, Morena hubiese obtenido pocos triunfos. Es la realidad.
Sandoval Ballesteros, originario del ex Distrito Federal, no tiene trayectoria ni carrera política o académica en Guerrero; solo familiares en esta entidad, y a los militantes, alcaldes, diputados y senadores de Morena les debe respeto, no el trato que les da, como si fueran estúpidos o retrasados mentales.
Se dirige hacia ellos -alcaldes, diputados y senadores-, como si fueran sus vasallos o su servidumbre. Pablo Amílcar, incurre en estúpida soberbia y arrogancia que hunde a políticos mediocres; dicen que está engallado porque será el primer Virrey en Guerrero y manejará miles de millones de pesos para programas federales. AMLO está a tiempo de rectificar tal nombramiento.
Incluso, el “Toro sin Tuercas” -Félix Salgado-, también le restregó en su cara a Pablo Amílcar: “No tengo porqué avisar ni pedirle permiso a nadie para reunirme con quien yo quiera, para tender puentes, si ya Andrés Manuel invitó a Meade a su casa…”
El ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, no escapó a las ácidas críticas de Pablo Amílcar, con el argumento de que Morena “no quiere ningún trato con el ex mandatario estatal”. Éste, llamó a Sandoval Ballesteros “trasnochado de izquierda”.
Desde que el gobernador Héctor Astudillo asumió el cargo hace casi tres años, su relación con los alcaldes de todas filiaciones políticas ha sido cordial, de respeto y apoyo, sobre todo cuando los munícipes necesitan recursos ($) para pagar aguinaldos a los trabajadores o bien para construir obras y más beneficios para la ciudadanía.
El mandatario estatal Astudillo, ha sabido construir muy buena relación con todos los partidos políticos, líderes naturales y hasta con sus “críticos gratuitos”. Héctor, es un gobernante demócrata y plural, que ya se reunió con el presidente electo AMLO, a quien saludó en el domicilio de éste de manera cordial.
Sin embargo, Pablo Amílcar ahora “amenaza” que será la dirigente Yeidckol Polevnsky, quien vendrá a Guerrero para reunirse con alcaldes, diputados y senadores del Morena para “tirarles línea”; les autorizará o desautorizará con qué autoridades deben o no reunirse. Veremos.
Tal actitud de los dirigentes de Morena, Pablo Amílcar y Yeidckol-, tiene burdos tintes de autoritarismo; como si fuese el preludio de una dictadura bananera, al estilo venezolano del tirano Nicolás Maduro, quien en las últimas horas ordenó un auto atentado para justificar brutal represión contra sus opositores.
¿Es esa la línea que AMLO dictó a Pablo Amílcar, a Yeidckol, y a los futuros 32 coordinadores del gobierno federal en las entidades del país?... ¿Se encamina México rumbo al autoritarismo?... Al tiempo… Punto. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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