Hace 38 años un puñado de guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) -por vía de las armas- tomó el poder en Nicaragua, encabezados por los comandantes: Daniel Ortega, Tomás Borge, Sergio Ramírez, Jaime Whelook, Violeta Barrios viuda de Chamorro y Alfonso Robelo.
El FSLN había derrotado a la dictadura del ex presidente vitalicio Anastasio Somoza luego de sangrientos combates entre guerrilleros y soldados de la Guardia Nacional. La guerrilla asumió el poder popular por medio de las armas. El pueblo estaba feliz.
A 38 años (1979) de aquella victoria del FSLN, esto fue lo que ocurrió en Nicaragua: La totalidad de la familia del Comandante Daniel Ortega Saavedra se apropió de TODO el PODER; centralizaron el poder y son los Saavedra la familia más potentada de ese pobre país centroamericano. Daniel, combatió a un dictador y se convirtió en dictador.
La familia Saavedra controla la mayoría de los medios de comunicación, desde medios impresos hasta canales de televisión, bancos, empresas, todos los bienes y materiales de producción llevan su firma.
El gobierno nicaragüense es una dictadura que lleva más años -38- peor a la que encabezó en México Porfirio Díaz Mori, hasta que un movimiento armado derrocó al dictador oaxaqueño.
En Venezuela ya se gestó otra dictadura encabezada por el tirano Nicolás Maduro, cuyas fuerzas armadas han matado a más de un centenar de ciudadanos opositores y encarcelados decenas de luchadores sociales, y otros sufren persecución o viven en la clandestinidad.
Las clases privilegiadas en Venezuela son: El Ejército, La Marina, La Guardia Nacional y todas las policías que reprimen al pueblo venezolano. Ganan súper salarios por reprimir al pueblo; de esa manera Nicolás Maduro los tiene bien controlados.
Los opositores a Maduro, además de sufrir muerte y persecución se mueren de hambre. No hay alimentos para los opositores, quienes buscan comida hasta en los basureros; los opositores se comen las sobras (alimentos) de los ricos, adinerados y privilegiados, seguidores de Maduro.
En México, pareciera que ciertos grupos seguidores de Maduro y que también simpatizan con el falso Mesías tropical, Andrés Manuel López Obrador, ya ven a éste sentado en la silla presidencial.
Los fanáticos a ultranza tanto de Maduro como de AMLO, pretenden imitar el modelo venezolano: Llevar al poder a AMLO para tomar el poder y convertir al tabasqueño en moderno dictador, como si México no hubiese sufrido la tiranía dictatorial.
Resulta muy extraño que Consulta Mitofsky propiedad de Roy Campos da por hecho que AMLO va a ganar la elección presidencial, porque, según su encuesta, lleva 19.1% en preferencias del electorado y el PRI 15.7%. Campos era el consultor preferido de Televisa. ¿Por qué rompieron la relación?
Es cierto, en México el dictador venezolano Maduro tiene fans; cuando existe alguna manifestación opositora a Maduro, paralelamente hay otra de seguidores del dictador que vigila de cerca a los opositores, sobre todo en la Ciudad de México.
Un gran sector de la sociedad mexicana se resiste a creer que AMLO vaya ser el próximo presidente; pero el riesgo es grande y aunque dicen que somos el patio trasero de los Estados Unidos éste país jamás permitiría que el tabasqueño se convierta en el dictador del 2018, y luego en el tirano que aspira un reducido segmento ultra radical… Punto.
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