Llovía afuera, el cielo parecía caerse a pedazos, el agua arrastraba en las calles toda la inmundicia que a diario dejamos sobre las banquetas, en los pórticos, en los parques y por todos lados, como si fuese un intento desesperado de nuestra ciudad por lavarse.
Jorge, miraba por la ventana, con un café caliente en la mano, ¿Cómo llegué hasta aquí? Se preguntaba, ¿Cómo es que todo esto pasó?. El cielo se vio de pronto iluminado por un relámpago y todo quedó en tinieblas, el retumbar del rayo fue tan fuerte que los cristales de la ventana titilaron, como si temblaran de miedo.
Jorge no se movió, tenía la vista perdida en el horizonte, sorbía de vez en cuando el café y pensaba, pensaba tan rápido como podía, dentro de su cabeza las ideas se hilaban, un pensamiento recurrente atormentaba su ser, un escalofrío le recorría el cuerpo entero , sin embargo su semblante no mostraba emoción alguna. Solo la luz del monitor de su computadora iluminaba en parte aquel recinto en el quinto piso del edificio de departamentos en el que vivía desde hacía ya cuatro años.
Dejó su taza de café sobre el alfeizar de la ventana, y se sentó frente a su computadora, una telaraña de cables surgía de detrás del mueble en el que se encontraba el aparato, que nunca desde que lo instaló se había apagado.
Cualquiera que viese aquella maraña de conexiones jamás hubiese pensado que aquel aparato era la computadora que más daño le causaría al mundo, aún más, nadie hubiese pensado que aquello era una computadora, de no ser por los dos monitores, siempre encendidos y el teclado sobre la mica del escritorio color caoba.
Sobre el monitor principal, una pantalla plana de veinticuatro pulgadas se veían pasar kanjis japoneses ininteligibles para casi cualquier occidental, muy poca gente sabía leer aquellos caracteres, y solo una persona sobre la tierra sabía lo que todo aquel cúmulo de símbolos significaba. Jorge espero un poco y por fin el desfile de jeroglíficos se detuvo y se observó en la pantalla:
100 % COMPLETADO!!!
Sonrió y giró su silla hacia el monitor secundario, mas pequeño , presionó una combinación de teclas y la pantalla se iluminó, mostrando un escritorio muy parecido al de las computadoras comunes, abrió su explorador de internet y tecleó www.elfindelmundo.com una pagina web de diseño sencillo se mostró, en la parte central había una gran letrero que decía:
¿Cómo pago el rey a Sessa?
En seguida escribió sobre la caja de texto la respuesta a la pregunta y se reveló en seguida un mapa del mundo entero con doce puntos rojos, las ciudades más importantes sobre la tierra, hizo un par de clicks sobre algunos links de la página y enseguida apareció una ventana que decía:
“INTRODUZCA INTERVALO DE TIEMPO”
Jorge escribió “12 días” presionó enter y un cronómetro inició una cuenta regresiva de doce días, se levantó, pasó una mano sobre el cajón de acrílico transparente a un lado del escritorio, suspiró y dijo:
-Adiós Telassim
Levantó la maleta que yacía bajo la ventana y salió, bajó las escaleras y cruzó la puerta del edificio a la oscuridad de la noche, la lluvia se había calmado un poco, pero todo estaba en tinieblas, cruzó la calle a toda prisa y se perdió en la inmensidad de la ciudad. El trueno retumbó.
Continuará...
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