El gobernador Héctor Astudillo, está rodeado de ineficientes que le generan problemas en vez de ayudarle a resolverlos. Uno de ellos es sin duda alguna, el titular de la SEG, José Luis González de la Vega Otero. El principal problema de este funcionario abanica en cuando menos tres vertientes: no entiende ni ha sabido aplicar la Reforma Educativa, generando desinformación y confusión en el magisterio guerrerense –pues hasta los trabajadores administrativos y de intendencia se suman a las tareas de evaluación docente cada fin de mes, lo cual es una aberración-; no ha logrado tender puentes de entendimiento inteligentes con el magisterio disidente agrupado en la Ceteg, lo cual se traduce en marchas, tomas de autopistas y desquiciamientos vehiculares; y su desempeño como funcionario público ha estado salpicado por las sospechas de corrupción en el manejo y asignación indiscriminada de las plazas administrativas que todavía no son pagadas por la Federación. Y algunas otras partidas financieras que esconde muy bien. Hay que ir por partes.
DE LA VEGA: TOCARLE LAS GOLONDRINAS.- El secretario de Educación en la entidad, ha hecho de su relación con el magisterio disidente, todo un caos. Se lee así:
1.- De la Vega Otero no informa en las escuelas acerca de los lineamientos centrales de la Reforma Educativa. Y los supervisores la interpretan a su libre albedrío, de tal forma que en muchas escuelas, intendentes y trabajadores administrativos se están sumando a los trabajos de evaluación mensual marcados en el calendario escolar. ¿Acaso necesita un trabajador administrativo y de intendencia, la adquisición de herramientas pedagógicas para aplicarlas en un aula donde nunca se presentará? ¿Es lo anterior, el fondo de la Reforma Educativa “planificada” por el presidente Peña Nieto y su secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer? ¿A quién debe endosársele esta aberración? ¿Qué tipo de broma es esta?
2.- De la Vega Otero está incapacitado para entablar una mesa de diálogo con el magisterio disidente. Y por esa razón, el plantón permanente en la avenida Ruffo Figueroa de la capital –del radical y vándalo dirigente de la Ceteg, Ramos Reyes Guerrero-, lleva instalado más de un año, sin que autoridad alguna intente desalojarlos para desintoxicar de vehículos esa vía en las horas pico. El propio Ramos Reyes anunció en su momento, que levantará dicho plantón “cuando se presente con vida a los 43 normalistas de Ayotzinapa”. Es decir, nunca la desalojará. ¿Qué operación política aplica el secretario de Educación para meter en razón a la sinrazón de Ramos Reyes? De la Vega Otero ni opera, ni actúa y deja pasar negligentemente. Y la carga de esta evidente incompetencia, alcanza a golpear de lleno al gobernador Héctor Astudillo. Por eso, dicho funcionario debe irse. Tuvo su segunda oportunidad y la desaprovechó. Cumplió su segundo ciclo al frente de la SEG con más pena que gloria.
3.- Los jubilados y pensionados no existen para el actual secretario de Educación. Los ignora en todo momento. Hasta que los orilla a cerrar algunas céntricas calles de Chilpancingo. Y el gremio sindical oficial y charro agrupado en el SNTE, de Hilario Ruiz Estrada, le sigue el juego. Por esa razón, hace lo mismo con los normalistas que le demandan plazas. Firma de recibido fingiendo atención, y luego se olvida de todo. En cierto modo, José Luis González de la Vega, se convirtió progresivamente, en un pesado lastre político para el gobernador Héctor Astudillo. Y para el propio presidente Peña Nieto. Porque en vez de resolver, incrementa el conflicto. Desinforma y crea confusión sobre la aplicación de la Reforma Educativa. Maneja los recursos financieros en la más vistosa opacidad. Y no opera ni mueve un dedo para ayudar al gobernador. Debe regresar al nido zeferinista. El compromiso político con el grupo del ex gobernador perredista parece saldado. A menos que el mandatario estatal asuma lo contrario. Y continué instalado comodinamente, en la inevitable ruta del desgaste. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El Congreso local ya anunció que demandará la comparecencia del alcalde capitalino, Marco Antonio Leyva Mena, a fin de que explique las razones de su parálisis e ineficacia como autoridad municipal. Porque las voces que demandan su salida, se multiplican cada vez más. Y la cámara de diputados guerrerense ya atendió el reclamo.
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