No pues, por ahí no va la cosa. Digo, de por si el quehacer periodístico está de lo más vilipendiado, como pa’que todavía hagamos alardes de exabruptos gandallezcos, de tan noble tarea. ‘’Tantito pior’’ que llamemos periodismo a un soberano acto de chantaje. Uf, pena ajena que sigahabiendo compitas que con chaleco y cámara en mano, se conviertan en viles malandros, exigiendo un moche, so pena de que si no me cumples ‘’te voy a masacrar en el periódico’’.
Hay quienes se envalentonan con media botella de tequila adentro…otros con un chaleco y una cámara. Dice Matahari que es preferible que a una perra brava le quiten el cachorro… a que le nieguen el chayo a un plumífero extorsionador, pues lo peleará sin importar lo que tenga que hacer. ¡Uf!. Triste pero neta.
Y a propo, me comentaba una funcionaria municipal que hace unos meses llegó un enchalecado compita a la coordinación que preside, y sin decir agua va, se metió al archivo y comenzó a tomar fotos a diestra y siniestra hasta que ella fue informada de la presencia del intruso enchalecado al que increpó cuestionándole sobre qué pitos tocaba dentro de esa lugar al que solamente tiene acceso personal que colabora ahí. El plumífero compa le dijo que quería que ‘’le diera nota’’, a lo que ella, sabiendo el mal que le aqueja al compa le aclaró ‘’yo no pago notas eh?’’. Y brotó el reclamo enchalecado ‘’pero Karmelynda te saca notas’’…y ella le precisó ‘’Sí pero no me cobra un solo peso por las notas que hace de mi trabajo’’ a lo que el enchalecado reviró ‘’pos aunque sea invítame el almuerzo’’.
Palabras más, palabras menos, pero fue lo que esta funcionaria me refirió. Ahora bien… ¿Es válido tomar de pretexto que se gana poco o que el pago no es puntual, para habilitarse de malandro?. ¿Es no solamente válido, sino ético, ingresar arbitrariamente a una oficina municipal, estatal, federal o de cualquier otra índole, a tomar fotos e inventar una nota porque no recibo $$$ en este caso del presidente municipal de Cuaji? O cómo dice un enchalecado compita, ‘’porque no pelan’’...
Habría que revalorar el quehacer periodístico, porque hemos envilecido esta noble profesión. No tenemos claro que una cosa es la gimnasia y otra muuuy diferentes, la magnesia. Esa no es la libertad de expresión que andamos limosneando que nos ‘’festejen’’. Es un libertinaje plumífero, listo para solapar al que nos paga y atacar al que se nos resiste. La libertad de expresión no se festeja, es un derecho constitucional, en este caso de los mexicanos, claro, sin abusos, sin ofensas, sin abusar de tener un medio donde me publiquen. Sí, yo en su momento fui tremebunda, me les iba a la yugular a politicoides y funcionarios, con la gran diferencia que nunca he ido a condicionar una nota por billullo.
Y aquí permítaseme (y si no me permiten, tambor) retomar algo de lo muy acertadamente neta que escribió Misael Tamayo Núñez en su columna, Despejar, precisamente a propósito del traqueteado y limosneado Día de la Libertad de Expresión, en su párrafo final ‘’Sería prudente que nos replanteáramos, como trabajadores y dueños de los medios de comunicación, esta realidad. Y que comencemos por aprovechar la ocasión, para expresar públicamente la exigencia de que la libertad de expresión se cumpla, a través de los medios (ahora también a través de las redes sociales) más allá de las ambiciones personales de cada quien. Uf, aquí ya no me queda claro de qué lado masca la iguana. Detallitos plumíferos abusivos me recuerdan aquellos tenebrosos tiempos de los judiciales, que charola en mano cometían toda clase de abusos. Hay que pararle al abuso de esa ‘’libertad’’ convertida en perverso libertinaje. Y qué ¿El chaleco, la grabadora y la cámara, nos dan derecho a publicar notas inventadas nomás porque necesito sacar pa’l chivo?...digo.
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