REPORTE ESPECIAL (www.libertadguerrero.net).- Sus palabras incriminatorias sin contundencia y trastabillantes dicen poco, en cambio su lenguaje corporal dice mucho y los delata, quedando en entredicho la verdad sobre si los seis detenidos son los violadores de las seis turistas españolas o fueron obligados a confesarse culpables.
El Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam y el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, son políticos con desenvoltura plena ante los medios de comunicación, pero esta vez fue evidente que intentaron engañarnos. A menos que estemos equivocados o que mientan las imágenes que analizamos.
Junto a ellos apareció el alcalde de Acapulco, Luis Walton quien, con la mirada perdida comunicando tristeza y arrepentimiento en su rostro, avaló el pretendido engaño para cerrar el caso y calmar la indignación internacional por lo ocurrido la madrugada del pasado lunes 4 en un bungalow de San Andrés Playa Encantada.
El lenguaje corporal importa y es vital. Los políticos saben que sus palabras son sólo parte de su mensaje, sin embargo en esta ocasión olvidaron su imagen visual para priorizar el anuncio verbal de la detención de los detenidos. Los tres parecen y se notan inseguros frente a los periodistas, de acuerdo con videos que hemos visto y analizado de la rueda de prensa que ofrecieron en conjunto.
Murillo, Aguirre y Walton convocaron a los medios de comunicación a una conferencia el miércoles 13 del mes en curso en las oficinas de Protur, para hacernos creer que, con la detención de seis sujetos “confesos” (que no fueron presentados), ha quedado resuelto el caso del ultraje a las turistas ibéricas, la privación ilegal de la libertad y el robo, entre otras agravantes, cometidos contra un grupo de 13 turistas ibéricos y una compatriota mexicana.
Sus palabras fueron claras como el agua, pero sus movimientos corporales y sus microexpresiones que emiten normalmente de una manera segura, esta vez no transmitió un lenguaje sólido para hacernos creer que llevaron a cabo una investigación profesional para esclarecer el caso y parar las presiones del gobierno español.
Murillo y Aguirre afirman con palabras débiles por trastabillar, se cruzan de brazos, se sujetan las manos, cruzan los dedos y se muestran desesperados y un tanto a la defensiva ante los periodistas inquisidores.
En las imágenes que analizamos se puede ver como intentan defenderse de los periodistas, como intentando protegerse de algunas preguntas inquisitivas, anuncian la detención y desvían la vista hacia todos lados, no sostienen la mirada y al terminar salen huyendo.
¿Cómo detectar cuando no dicen la verdad?
De acuerdo con expertos en lenguaje corporal, el 93 por ciento de la comunicación no es verbal y las personas que intentan mentir no mantienen alineados la cara, la cabeza, el cuerpo ni sus movimientos. Cuando alguien hace gestos en una dirección y mira a un lado opuesto, encoge los hombros y gesticula constantemente si mirar de frente, es un claro síntoma de que no dice la verdad o intenta ocultar algo.
Si la persona gesticula, aprieta y mueve constantemente los labios, frunce el seño y las cejas, es un claro síntoma de que afronta una situación difícil, y no le hace ninguna gracia que le hagan preguntas a las cuales no tiene respuestas.
En extractos de las imágenes que aquí presentamos de la conferencia de prensa, Murillo y Aguirre afirman que fueron detenidos los responsables de haber violado a las españolas, pero trastabillan, se mira uno al otro, se agarran las manos, cruzan los dedos y asumen una posición de incomodidad, como queriendo que termine rápido el evento convocado.
Las señales delatoras del procurador, el gobernador y el alcalde nos indican que pueden estar mintiendo.
Analicemos detenidamente las imágenes actual y pasada que usamos para hacer el comparativo sobre Jesús Murillo Karan: Sube las cejas, encoje los hombros y desvía la mirada al momento que cita que hay seis detenidos y uno por detener. En esas milésimas de segundos nos mostró un punto conflictivo, sus movimientos y microexpresiones faciales parecen estar reñidas con lo que dice y quiere que creamos.
Aguirre tampoco expresa seguridad, y muestra los mismos síntomas que detectamos en Murillo, aunque en el Procurador se ve más marcado.
Esta vez el procurador, el gobernador y el alcalde bajo presión, no lograron ocultar sus gestos que podrían esconder una mentira “piadosa” para rescatar la imagen de Acapulco y calmar las críticas internacionales.
Diseccionamos el cuerpo, la cara y la voz de los actores políticos para revelar su secreto, estudiamos sus movimientos corporales antes que sus palabras, como recomiendan los estudiosos de la comunicación no verbal.
No es difícil detectar cuando alguien miente si se cuenta con las herramientas teóricas, prácticas y tecnológicas necesarias para el análisis.
Después de haber leído el análisis y haber visto las fotografías, los videos de la conferencia y las imágenes comparativas, usted amable lector tiene la última palabra.