La Gran Barrera de Arrecifes esconde corales sin tantos daños como los superficiales, lo que podría ayudar a la recuperación de la especie
Viernes, 02 de noviembre de 2012 La exploración se llevó a cabo a través de dispositivos capaces de alcanzar profundidades de hasta 100 metros (Getty Images).
(CNN) — Un coral se extiende en aguas profundas al mismo tiempo que los arrecifes a menor profundidad disminuyen, de acuerdo con una investigación reciente en el Mar del Coral y la Gran Barrera de Arrecifes.
Las poblaciones de coral saludables fueron descubiertas a 30 metros de profundidad —más allá del alcance de la mayoría de los buzos — e incluso a más de 80 metros, de acuerdo con el Catlin Seaview Survey.
“Los Arrecifes de Holmes y Flinders en el Mar del Coral son reconocidos por estar muy dañados”, dijo Pim Bongaerts, del Instituto de Cambio Global de la Universidad de Queensland, quien dirigió el estudio.
“Sin embargo, hemos descubierto que la profunda zona de arrecifes prácticamente no está afectada. Lo que más me ha sorprendido es ver que, incluso a 70 u 80 metros abajo, hay una poblaciones de coral significativas”.
A principios de este mes, un reporte del Instituto Australiano de Ciencia Marina (AIMS, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Wollongong reveló que la Gran Barrera de Arrecifes ha perdido la mitad de la población de coral en los últimos 27 años.
Según los investigadores, gran parte de los daños el coral más superficial es consecuencia de poderosos ciclones.
Otras amenazas para los arrecifes son la estrella de mar corona de espinas, una especie originaria del lugar que se alimenta de coral, y el blanqueamiento que ocurre cuando el agua es muy cálida.
El equipo que participó en el estudio utilizó vehículos operados vía remota para alcanzar profundidades de hasta 100 metros, lo que dio a los científicos una nueva visión sobre arrecifes hasta ahora inexplorados.
“Es sorprendente en estos días y época, que debajo de los arrecifes más conocidos, que son tan populares entre los buzos, existe todo un mundo por conocer y, como resultado, mucha ciencia por descubrir”, dijo Bongaerts.
El equipo ha completado cuatro de 10 estudios programados en la región de 2,300 kilómetros de largo, así como en el resto de los atolones.
Bongaerts cree que los arrecifes profundos podrían ayudar a la recuperación de los más superficiales, ya que los dos pueden vivir en ambos ambientes.
“Por el momento sabemos poco acerca de la extensión de los movimientos larvales entre los arrecifes profundos y no tan profundos, pero estamos viendo especies que existen en ambas zonas”, explicó.
“Observamos claras diferencias. Los corales son más planos, son más similares a platos que los enramados y abovedados que se ven cerca de la superficie. Esta es la respuesta de los corales a las condiciones de falta de luz; se expanden para maximizar su exposición. Hasta ahora, por debajo de la superficie, la luz es azul debido a que todas las otras partes del espectro se han quedado fuera del filtro. Es un mundo monocromático hasta que se ilumina para revelar colores increíbles, hermosos y fantásticos”.
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