En la opinión de Blanca Santos Foto Imagen: Circula en redes sociales
El día de hoy se realizó una marcha en apoyo a la permanencia del párroco Miguel Ángel Cortés Torreblanca, lo que notamos en esta marcha es, como si de política se tratara, Alfredo Liberato fue quien tomó el micrófono, algo que deja mucho que pensar ya que nuestro amigo, es contratado por la buena labor que hace en la locución, y con todo ese ahínco, gritaba consignas políticas "¡Justicia para el padre Miguel!", se le olvidó que esta no era la marcha de los 43, ¿de qué justicia está hablando? porque la justicia divina la encontrará el padre Miguel cuando se muera en el cielo, si es que hizo un buen trabajo en la tierra.
Lo seguían algunas personas que se dan golpe de pecho, ex políticos que lo único que supieron hacer es lastimar al pueblo que les dio confianza, y en su carácter déspota y sínico piden que se quede otro político pero del clero, arruinando que uno crea en las buenas intenciones de esta marcha, además como si de un trofeo se tratara, tanta es la perversidad de estas personas que colocaron a niños al frente, como bandera de inocencia, niños que asisten a catecismo o platicas, con las ganas de tomar sus sacramento del bautismo, comunión o confirmación, por lo cual persuadidos u obligados tuvieron que asistir a acompañar o hacer bulto en el recorrido.
Ya a las afueras de la parroquia, José María Camacho, a quien algunas voces de Ometepec acusan de saquear la capilla de San Nicolás, dijo al micrófono que tomarán acciones más radicales si no dejan al sacerdote, estos maleantes disfrazados de católicos amenazan al Arzobispo José Leopoldo González González, a sabiendas que así se las gastan amenazando y bloqueando calles para lograr sus objetivos.
Pero vamos a los que nos concierne, nos preguntamos más de doscientos ciudadanos, cómo es posible que un sacerdote que nace del "amor y la humildad", esté ocasionando tanto divisionismo en un pueblo, se le olvida al padre Miguel y a sus secuaces que la gente ya no se deja engañar o intimidar, y que la iglesia no es un negocio de lo que solo algunos son parte y mucho menos una herencia; misas caras, retrasos en las misas, y malas caras de las que atienden en la oficina, son solo algunas cosas que el padre Miguel a permitido en la parroquia.
Decía Liberato al micrófono "No es justo que otros párrocos lleguen a la iglesia que edifico Rafael Cortez" y me preguntó yo, donde está escrito que la iglesia es herencia, y porque no sería justo que otros párrocos lleguen?, acaso no nos merecemos un sacerdote nuevo, fresco, renovado, sin malicia, o a fuerza nos tenemos que apegar al dicho de "más vale malo conocido, que nuevo por conocer" porque yo prefiero un sacerdote nuevo que al menos nos de la esperanza de que tendremos a alguien que no lucre con la fe.
Al padre Miguel y a sus secuaces se le olvida el tema del Dispensario, el cual quería vender, para llenar sus bolsillos, es que acaso no le basta con la mansión que tiene en Acapulco, o será que tiene escondida otra en alguna parte de localidad de Ometepec de una familia que desconocemos y hay que mantenerla, sea por una u otra razón, la gente se puso al pie del cañón y no permitieron la venta de este predio.
Nuevamente citaré palabras de Liberato, pero al contrario de lo que él dice, los "Intereses oscuros" están detrás de todo esté argüende y la verdad siempre sale a la luz, por lo que muchos confían en el buen juicio del Arzobispo Leopoldo González González, el cual no permitirá la rebeldía y desobediencia de un párroco que se debe a su superior, pero sobre todo se debe al todo poderoso, al Dios verdadero, a aquel que envío a sus discípulos a predicar el evangelio por todo el mundo, al Dios que dijo "vayan y prediquen la fe" no dijo quédense en un pueblo y háganse ricos.
He dicho.
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