Texto: Enrique González Guerrero/Foto: Florentino Gatica Gregorio
*Niñas indígenas menores de edad que son abusadas y engañadas por vivales para lograr ultrajarlas.
Por respeto la llamaremos “Nena”.
La casi niña adolescente de 14 años fue abandonada a su suerte por hombre que le ofreció matrimonio, “Nena“, jovencita de la comunidad de Santa Catarina perteneciente al municipio de Ahuacuotzingo es una de las miles de historias que se vuelven a repetir en nuestro territorio nacional y local, donde niñas menores de edad son abusadas y engañadas por vivales que solo cumplen su cometido y después abandonan o simplemente dejan a su suerte como le ocurrió en días recientes a Nena.
En comunidades como ésta es muy común ver perros, gallinas, puercos, burros y el ruido de las aves a campo abierto, el traspatio de la vivienda donde hace falta la mano amiga de los gobiernos en los programas de mejoramiento de vivienda.
Doña Ignacia Casarrubias, don Ambrosio, su joven hermano y un fotógrafo atestiguan la plática, de momento todo en silencio. Los señores grandes mandan llamar a la jovencita, se resguardaba atrás del “tlecuil”, cocina aledaña a la vivienda de madera, cartón y algunas láminas.
Nena, cabizbaja apenada, apenitas quiere hablar, ante la presentación del escribiente se abre la charla y inicia a comentar los hechos donde dice: Conocí a Leonicio Reyes, de la comunidad de Yetlalzingo municipio de Zitlala; primero me conoció y me pretendió le dije que viniera a platicar con mis padres por si quería algo serio y sí, vino con sus familiares y pactaron que primero nos juntaríamos en unión libre pero que los dos buscaríamos nuevos horizontes para corto plazo de unos meses nos casaríamos en feliz “matrimonio".
"Emprendimos el viaje como jornaleros agrícolas en los campos del estado de Sinaloa", ella sigue platicando, "nos acompañó su mama y familiares cercanos, pero al llegar a los cultivos y campos de labor, él me dijo que seguiría su camino rumbo a los Estados Unidos y que yo me quedaría con sus familiares trabajando en el corte de jitomate y que después regresaría para casarse y formar una familia”. Él hombre siempre abusó de mí, ante su fuerza yo nada podía hacer desde antes tanto así que me embaracé", dice la jovencita sentada en una silla hecha por don Ambrosio. Las manos expertas para hacer cinta de palma, sigue la plática, mientras la familia orienta y comentan, los señores grandes, siguen trabajando, haciendo cinta, recordado que es el único trabajo de autoemplearse en esa región conocida como Las Joyas.
Ante la falta de empleo muchos jóvenes no les quedan otro camino que matrimoniarse a corta edad, juntarse a la palabra como lo ocurrido a Nena.
La mala experiencia que vivió en el estado de Sinaloa donde fue abusada y engañada desde el principio y lo más grave: que “Nena”, quedó embarazada y ante los maltratos de Leonicio y de su suegra perdió a su bebé y el camino fue el legrado, es decir, perdió a la criatura y casi estuvo de perder su propia vida.
Ahora doña Ignacia, pide todo el peso de la ley para Leonicio Reyes y que se haga cargo de los gastos de hospital y todo lo que se requirió para su recuperación de Nena, como también los gastos de viaje de regreso porque no fue fácil llegar de vuelta a su destino. Gracias a Dios encontraron gente de buena voluntad que apoyaron para su regreso de esta casi niña entrada a su adolescencia sin tener alguna orientación para ser madre, como ocurre a miles de jovencitas en nuestro territorio de alta marginación y pobreza, donde se padecen y viven historias que sigue siendo importante sean visibles, quizá como testimonio para que las familias pongan más atención a sus hijas e hijos, evitando y previniendo más tragedias.
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