Por César González Guerrero.
El 3 mayo de 1929 nació en Cruz Grande, cabecera municipal de Florencio Villareal, Gro, mi padre Santa Cruz González Cortés. Hijo de Gaudencio González Pérez y Eustacia Cortés Chegüe.
De vivir estaría cumpliendo 94 años y como lo hacíamos en vida hoy lo conmemoramos de manera póstuma.
Como cada vez que hay oportunidad, hoy hacemos una modesta remembranza de su productiva existencia.
Quienes conocieron a mi padre, muchos ya fallecieron y otros que aún viven, saben que desde su llegada a Copala, con 16 años de edad, demostró sus habilidades y destrezas, a tal grado que el entonces Presidente Municipal señor Luz Salazar, le encomendó diferentes actividades de carácter social, político y administrativo en el honorable Ayuntamiento.
A partir de entonces, gracias a sus capacidades e inquietudes, los Presidentes Municipales en turno como el señor Semproniano Suastegui, Rufino Figueroa Oliva, Francisco Ventura Rodríguez, Pompeyo Ventura Zambrano, Adolfo Guerrero Gutiérrez y Frumencio Silva Suastegui, principalmente, le otorgaron su confianza para desempeñar cargos diversos en sus respectivos períodos de gobierno municipal.
Fue precisamente don Mencho Silva quien finalmente lo impulsó para ser postulado como candidato y luego Presidente Municipal de Copala en el período 1978-1980.
Su trayectoria iniciada en 1946 con don Luz Salazar, le permitió relacionarse con Presidentes de la República como Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid.
También a nivel estatal sostuvo buena relación con los gobernadores Caritino Maldonado Pérez, Rubén Figueroa Figueroa, Israel Nogueda Otero, René Juárez Cisneros y Héctor Astudillo Flores. Con cada uno de ellos se identificó plenamente apoyando sus proyectos políticos y de gobierno.
Su activismo social y político provocó el surgimiento de opositores a sus ideas y acciones, motivo por el cual se le identificó como cabeza del famoso grupo Cucheño, apodo que en lugar de denigrar lo hizo de mayor prestigio. De tal manera que a la fecha no se puede hacer o dejar de hacer sin que se involucre a un "cucheña o cucheño".
Por supuesto que la mejor herencia para sus familiares y amistades es ser orgullosamente Cucheño. Para mí en lo personal así lo considero.
Finalmente deseo expresar a quienes aún recuerdan a mi padre mi sincero y profundo agradecimiento.
La verdad son cientos de familiares y amistades que aún lo recuerdan con aprecio y cariño.
¡Descanse en paz!!
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