Por César González Guerrero Litografía: https://www.gob.mx/inafed/
Quienes estudiamos la primaria en la Escuela Miguel Hidalgo y Costilla de mi tierra Copala, Generación 1961-1967, y seguramente de otras Generaciones anteriores y posteriores de todo el país, tuvimos la fortuna de que nuestros maestros y padres nos enseñaron los fundamentos del conocimiento universal, nacional y local. Desde luego, como en todo, habrá sus excepciones.
Aprendimos con esfuerzo y trabajo, dentro y fuera de las aulas, apoyándonos con el Silabario de San Miguel Arcángel, la Caligrafía, los textos enviados por las autoridades educativas de la época; libros que contenían información de los acontecimientos y personajes más importantes para nuestra formación profesional.
En la asignatura de Historia, que a mí en lo personal me llamó siempre la atención, a tal grado que aun recuerdo las palabras de mi maestro de Quinto año Manuel Domínguez Jaimes, quien en plena clase me dijo:” …usted mi amigo, no sabe más que Historia, de lo demás no sabe nada…” Y creo si fue cierto, no se equivocó mi maestro Manuel, porque después de concluir mis estudios como Economista en el Instituto Politécnico Nacional, tuve la oportunidad de ser catedrático en el Colegio de Bachilleres del Estado de Guerrero, precisamente impartiendo más de 10 asignaturas del área histórico-social. Sí me fue de gran utilidad el haber estudiado desde la Primaria la Historia como ciencia.
Como olvidar las clases de mis maestras y maestros, los contenidos del libro de texto gratuito de Historia, las tareas, los homenajes cívicos en la escuela y en la cancha publica de mi tierra; como olvidar las ansias por conocer las vidas y obras de nuestros grandes héroes nacionales como Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, Juan Álvarez, Benito Juárez, entre otros no menos importantes.
Es por eso que hoy, este 18 de Julio, vale la pena recordar la ejemplar vida de don Benito Juárez García, precisamente en el marco de su aniversario luctuoso, hace más de 150 años de su muerte. Y es que en Benito Juárez García encontramos el valor de los mexicanos, la dedicación y empeño, como cualidades de los pobres del campo y la ciudad. Repasar su historia de vida es motivar a las nuevas generaciones que en la actualidad desconocen la calidad moral de algunos personajes históricos que hace mas de 60 años nos enseñaron y la modernidad, con todo y tecnología, no han borrado de nuestra memoria.
Al reconocer el carácter del Joven Benito Juárez, forjado en medio de la adversidad y la miseria de su pueblo, logrando el objetivo de mayor trascendencia histórica, como es la libertad de la nación ante los poderosos de su tiempo, es pertinente exhortar a todos los jóvenes del Estado de Guerrero y de México, a profundizar en el estudio y análisis de la historia de Don Benito Juárez García, ya que solamente de esa manera se fortalecerá su convicción nacionalista y revolucionaria.
Como nos enseñaron desde la primaria, Benito Juárez García nació en San Pablo Guelatao, actual Estado de Oaxaca, el 21 de marzo de 1806 y murió el 18 de Julio de 1872. Fue hijo del Señor Marcelino Juárez y de Doña Brígida García, Indígenas Zapotecas que fallecieron cuando solo tenía tres años de edad, por lo que sus abuelos paternos, Don Pedro Juárez y Justa López, se Hicieron cargo de su niñez.
El pequeño Benito Juárez que a sus escasos 5 años de edad, se dedica a pastorear ovejas en su tierra natal, llegó a desempeñar una infinidad de cargos que el espacio no es suficiente para anotarlos, hasta llegar a ser Presidente de la Republica en varios periodos.
A los 12 años de edad, Benito Juárez decide partir a la ciudad de Oaxaca para quedarse con su hermana Josefa, quien estaba al servicio de Don Antonio Maza; ahí conoce a Don Antonio Salanueva, quien posteriormente fuera su padrino, un Franciscano de ideas Liberales, de Oficio Encuadernador de Libros, mismo que le enseño a leer y escribir.
Su amplia e histórica trayectoria política inicia en el año 1831 cuando fue electo Regidor del Ayuntamiento de Oaxaca; Diputado Local, Magistrado del Tribunal de Justicia, Juez de Primera Instancia, Secretario de Gobierno, y en 1845, de nuevo forma parte del Congreso Estatal.
El 18 de Julio de 1872, antes de terminar su último periodo como Presidente de México, el licenciado Benito Juárez García, murió en su alcoba de Palacio Nacional a consecuencia de una angina de pecho.
Hombre Ilustre que, como Estadista, no se compara con ningún otro, sin duda alguna, es uno de los personajes más importantes de la Historia universal, por lo que fue reconocido como el Benemérito de las Américas. Fue congruente con sus convicciones y estableció las bases del actual Estado Mexicano. Juárez tuvo aciertos, entendió las necesidades de su tiempo, y de acuerdo con las circunstancias, defendió la Republica como su propia vida, fue defensor de los derechos humanos, la convivencia pacífica y otras acciones se resumen en su frase célebre: “…entre las naciones, como Entre los individuos, el Respeto al Derecho ajeno es La Paz…”.
Ojalá que nuestros actuales gobernantes asumieran este patriótico ejemplo de responsabilidad y honestidad. Ya veremos.
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