CUERNAVACA, 14 de agosto.- Durante estas vacaciones de verano se dispararon los asaltos y robos de camionetas de lujo en la Autopista del Sol, la Asociación Nacional de la Industria de la Seguridad (Anainse) informó que de junio a la fecha les han reportado 20 despojos de vehículos.
La Autopista del Sol no es la única en la que se incrementaron los robos. Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en las carreteras de Guerrero se denunciaron ante el Ministerio Público 54 asaltos, tan sólo en junio.
En el mismo mes del año pasado sólo se documentó un robo de este tipo en todas las carreteras del estado, consignó el SNSP.
La Anainse ha identificado diversos patrones en la comisión de estos delitos: las víctimas son ubicadas en el restaurante Cuatro Vientos, que se ubica pasando la caseta de Cuernavaca, o en dos gasolinerías del tramo de Chilpancingo; son seguidas y, después del puente colgante Mezcala Solidaridad, son interceptadas por al menos tres camionetas negras que perpetran el despojo. Las unidades más robadas son las Suburban, Tahoe y Expedition.
Ruta del Sol se oscurece por crimen
Durante estas vacaciones de verano, la Autopista del Sol se convirtió en un abundante nicho para el crimen organizado, en el que despojaron a los turistas de sus camionetas amplias y lujosas. De junio a la fecha ocurrieron al menos 20 robos, en una historia repetitiva.
De acuerdo con la Asociación Nacional de la Industria de la Seguridad (Anainse), estos 20 robos registrados son sólo de individuos a quienes la asociación brinda protección para sus casas o empresas, la mayoría ubicadas en el Poniente del Valle de México.
En cada reporte se identificaron algunos patrones: primero, las camionetas más robadas son las tipo SUV, modelo Suburban, Tahoe y Expedition y los asaltos se concentran una vez cruzado el puente colgante de la Autopista del Sol, dirección Ciudad de México-Acapulco, sobre el tramo de Iguala-Chilpancingo y el puerto guerrerense.
Durante el mes de junio de 2011 se batió un récord de robos en las carreteras de Guerrero. Hubo 54 denuncias ante el Ministerio Público del estado, cuando en el mismo mes del año pasado apenas se levantó una, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Puntos estratégicos
Desde la calzada de Tlalpan, en su entronque con Viaducto Tlalpan, se predecía que la circulación sobre la Autopista del Sol sería fluida, a pesar de ser viernes (5 de agosto) de vacaciones, a medio día y con un clima caluroso e idóneo para la playa.
La primera parada se hizo pasando la caseta de Cuernavaca, para ir a comer la famosa cecina de la fonda Cuatro Vientos. Es ése uno de los tres puntos que detectó la Anainse en el que se detuvieron sus clientes antes de ser interceptados por los asaltantes, y debido a ese patrón se decidió constatarlo.
Al desviarse para estacionarse frente a la fonda, tres franeleros indicaron el lugar para el auto. Alrededor, más de la mitad de la treintena de vehículos estacionados en batería resultaron lujosos y de modelo reciente. Allí estaban Hummers, Suburbans, Mercedes Benz, deportivos y camionetas tipo Van. Mientras la entrada del lugar era custodiada por policías estatales de Morelos.
Una de las teorías de la Anainse es que el crimen escoge a sus víctimas en ese lugar, porque adentro resulta complicado detectar la posición social de los turistas ya ataviados con ropas de playa y por el hecho de que pagan en efectivo, ocultando cuánto dinero cargan en realidad o qué tipo de tarjetas utilizan.
La amable mesera explicó que esta fonda tiene una tradición de 60 años y la fama que se ha ganado entre los turistas que viajan rumbo a Acapulco es por su especialidad de la casa: una cecina poco salada y muy suave; además, es visitada frecuentemente por artistas, políticos y, en general, gente de poder adquisitivo y fama conquistada. Eso sí, aceptó que la clientela este verano ha bajado mucho y por el momento sólo ocupan uno de los dos pisos con los que cuentan, lo demás está cerrado en solitario.
Otros de los puntos detectados por la Anainse como lugares críticos para la delincuencia fueron las dos gasolinerías ubicadas sobre el tramo de Chilpancingo, donde muchos turistas tienen la costumbre de cargar combustible.
Y la historia vuelve a su camino. No importa si se detuvieron en Cuatro Vientos o en cualquiera de las dos gasolinerías, en los 20 casos los han robado igual. Los delincuentes esperan que salgan del estado de Morelos y una vez pasando el puente Mezcala Solidaridad (sobre el río Balsas, municipio de Cuilapan, kilómetro 221 de la autopista), los interceptan tres camionetas negras y les cierran el paso.
La mayoría de las veces sacan a los conductores de la carretera por los acotamientos, pero sí han existido robos que sobre el mismo asfalto bajan a la familia entera, los despojan de sus identificaciones, tarjetas de crédito, celulares y a los vehículos se los llevan con todo y maletas, dejando a las víctimas varadas y violentadas a medio camino.
Lo más crítico, es que, según la Anainse menos de 50 por ciento de la veintena de delitos fueron denunciados a las autoridades debido a que los propietarios prefieren perder las unidades que verse involucrados con los funcionarios y agentes ministeriales de los municipios de Guerrero.
Tras más de cuatro horas de recorrido y habiendo superado las dos gasolinerías en cuestión, no se veía nada fuera de lo común hacia Acapulco. Sobre el camino sólo se apareció una patrulla de federales, aún en plena temporada alta y con registros claros de un pronunciado aumento en los delitos, que desde octubre del año pasado ya venían dando señales alarmantes en contra de los turistas.
El 5 de octubre, Excélsior publicó que organizaciones criminales habían tomado las carreteras federales México-Cuernavaca de cuota y libre, según datos de las autoridades municipales.
Forma de operar
También fue narrado el modus operandi en el que los asaltantes ponían troncos sobre la carretera para cerrarle el paso a los turistas y así poderles quitar su vehículo o, con más descaro, montaban falsos retenes con uniformes oficiales. Ya se habían detectado dos zonas en las que, como en Cuatro Vientos y las gasolinerías de Chilpancingo, los criminales ponían el ojo a sus víctimas: la zona de comida de Tres Marías y algunos miradores, que por cierto, las autoridades decidieron cerrar por seguridad.
Por desgracia, tres días después del recorrido, el lunes a las 9:30 de la noche, la historia se volvió a repetir, pero esta vez se contaría en los medios de comunicación, por sus consecuencias fatales: dos presuntos asaltantes y una bebé asesinados, y la mamá de esta pequeña gravemente herida. Cuando una familia de siete integrantes regresaba de Acapulco sobre la Autopista del Sol hacia la Ciudad de México, luego de unas vacaciones en la playa, seis criminales les cerraron el paso con disparos y una pick-up a la camioneta tipo Urvan en la que viajaban.
“Cuando los asaltantes estaban despojando a la familia llegó al lugar una partida militar que fue recibida con disparos de fusil AR-15 y una escopeta, por lo que se dio un enfrentamiento y cayeron muertos en el lugar del asalto dos de los delincuentes y el resto huyó hacia el monte”, indicó la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
Un día después, el martes, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, se comprometería a reforzar la seguridad federal sobre la Autopista del Sol y hasta colocar cámaras de vigilancia en algunos tramos, pero sería insuficiente, porque un día después de su anuncio, otro asesinato, ahora a la altura de Cuernavaca, conmovería a la sociedad. Ignacio Flores, ex futbolista del Cruz Azul, moriría a manos de criminales, en la misma vía, en una camioneta y por una ataque de más de 50 disparos.
De esta forma, el recorrido tocaba a su fin. Era viernes veraniego, temporada vacacional, Acapulco se tostaba a 31 grados centígrados y el sol resplandecía sobre un mar tibio y calmado, con escasos bañistas recluidos en su hotel, ajenos a la violencia, que, sin saberlo, habían atravesado por un camino desangelado y peligroso: la Autopista del Sol.
Hay 621 invitados y ningún miembro en línea