Astudillo: ¿hipotecar su futuro político?
El gobernador electo del PRI, Héctor Astudillo Flores, se enfrenta a un dilema: hipotecar su futuro político de la mano de Manuel Añorve Baños y el ex gobernador y actual senador, René Juárez Cisneros. O desprenderse progresivamente de ellos en aras de proyectar un gobierno alejado de los escándalos y las irregularidades del pasado. Tomar distancia de dos personajes que han hundido al PRI justamente, en el desprestigio como partido político. No es una tarea fácil, pues ambos personajes le apostaron al proyecto de poder astudillista. Y una vez que el mandatario estatal electo tome protesta, van a ir –si no es que ya lo hicieron-, a cobrar la respectiva factura. Las lecturas al respecto son elocuentes.
LA HORA DE LA VERDAD.- Si se mira bien, tanto René Juárez como Manuel Añorve, representan un mal necesario para Héctor Astudillo. Una fruta podrida que ya no cuenta con partes buenas para comerse. Y se lee así: 1.- Manuel Añorve ha sido dos veces coordinador de la campaña electoral al gobierno del Estado, de Héctor Astudillo. En la primera elección de febrero de 2005 perdió. En la segunda de junio de 2015, ganó. De hecho, su vida política ha estado marcada por los triunfos y las derrotas. Pero al igual que el propio Astudillo, no se ha bajado de la rueda del poder. Eso le ha dotado de dos cosas: vigencia y permanencia. Pero el problema de Añorve no es solo de lealtades –rompió con su tutor político, Ángel Aguirre Rivero, en la pugna por la candidatura tricolor al gobierno estatal en 2011-, sino de resultados como gobernante. Así, el alcalde de Acapulco y ex aspirante a gobernador, Luis Walton Aburto, documentó y denunció en noviembre de 2012, un faltante por más de 2 mil millones de pesos en la alcaldía de Acapulco, durante el periodo de Añorve como presidente municipal, que comprendió de 2008 a 2011. De hecho, declaró en quiebra dicha comuna. No ocurrió ninguna investigación por parte del gobierno federal, que verificara o rechazara esa información. Y Añorve buscó infructuosamente, la candidatura al Senado de la república en la elección federal de 2012. Como no pudo porque se le atravesó el grupo político del ex gobernador Rubén Figueroa, se conformó con la diputación federal, donde también ha repetido dos veces. Su poderoso padrino político, Manlio Fabio Beltrones Rivera, lo mantuvo a flote y muy lejos del ostracismo. Con el triunfo de Astudillo en la pasada elección del 7 de junio, es evidente que Añorve y su grupo político, van a demandar algunas secretarías de despacho en la conformación del próximo gabinete estatal. Con todo y el desprestigio político que arrastra, Astudillo podría convertirse muy temprano, en su rehén político. 2.- En un caso similar se encuentra el ex gobernador y actual senador René Juárez Cisneros, quien ha sido señalado de encabezar una de las administraciones estatales más corruptas del PRI. Como consecuencia de lo anterior, Héctor Astudillo perdió su primera elección como candidato a gobernador en 2005. De hecho, el propio Astudillo sugirió de manera sutil a finales de febrero de 2005, haber sido traicionado por René Juárez, a través de su secretario de Fomento Turístico, Ernesto Rodríguez Escalona. La llamó “traición silenciosa”. Desde luego, Ernesto negó todo. El punto es que el gobernador perredista de “la alternancia”, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, ratificó a Rodríguez Escalona en ese mismo cargo. Se vislumbraron así, los pactos inconfesables del poder. Y hoy René Juárez estaría en la senda de incrustar precisamente a Ernesto Rodríguez Escalona, dentro de la administración estatal astudillista. Dicen que Astudillo es rencoroso. De ser así, ¿admitirá sin reparo, la propuesta de René Juárez, en la figura de Rodríguez Escalona? Otro de los cuadros políticos que el senador priísta prepara, es su ex secretario de Educación Daniel Pano Cruz, quien anunció catastrofista tras tomar posesión como tal y a fin de justificar el enorme déficit financiero en la SEG, que “habían matado a la gallina de los huevos de oro”. Juárez Cisneros busca colocar también dentro de la administración estatal astudillista, al ex diputado local y ex edil de Zihuatanejo, Alejandro Bravo Abarca. Ya tiene como diputada federal a la veracruzana, Verónica Muñoz Parra. Y en el Congreso local presionará con la bajacaliforniana, Rosaura Rodríguez Carrillo. ¿Hipotecará Héctor Astudillo, su futuro político en aras de satisfacer los insaciables apetitos de poder de sus dos males necesarios?
HOJEADAS DE PÁGINAS…Las cartas políticas parecen definidas en la coordinación de fracción del PRD en el Congreso local. Aparece ahí, la figura del calentano ex edil de Cutzamala, Isidro Duarte Cabrera, quien realiza un trabajo de intensos cabildeos internos entre las tribus, a fin de encumbrarse en esa posición. Tiene al menos, dos ventajas políticas inigualables: no estar chamuscado por hechos polémicos que lo inoculen. Y ser un cuadro político legislativo nuevo. A ver si es cierto que los chuchos de NI quieren cambiar de fondo al PRD.
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