Eventos negativos en menos de dos años –asesinatos, secuestros, ataques y levantamientos civiles armados- le han provocado cierto daño a la imagen turística de Guerrero, pero la industria sin chimeneas no se ha derrumbado. Impactan más las notas negativas que la obra pública que beneficia a guerrerenses y foráneos; es la realidad.
Otra cosa es cierta: El Estado Mexicano en su conjunto hace esfuerzos por contener la espiral de la violencia en entidades que son foco rojo como Guerrero, pero son insuficientes los operativos para bajar índices delictivos, sobre todo los que se derivan del narcotráfico, desde el cultivo y trasiego de productos alucinantes. El mercado es enorme, los intereses son muchos.
Ante el atroz escenario que se describe, el recuento de eventos negativos resulta alarmante. Son estos:
-El asesinato del ex alcalde Pungarabato Ambrosio Soto Duarte; el levantamiento armado y enfrentamiento de agrupaciones con la UPOEG y FUSDEG en la zona centro, pusieron a funcionar las alarmas del aparato gubernamental;
Las ejecuciones en Chilpancingo de conocidos ciudadanos: Raúl Román Uriòstegui, ex funcionario estatal de Transportes y el padre de éste; Juan Serrano Moreno, ex líder de comerciantes capitalino y la ejecución del empresario Carlos Cruz Islas.
Además: decenas de ejecuciones y desapariciones de ciudadanos en Chilapa, Zitlala y Chilpancingo; la aparición de personas desmembradas en varios puntos de la entidad.
Asimismo, actos delictivos –secuestros, ejecuciones y levantones- de personas en San Miguel Totolapan a manos de la banda de Raybel Jacobo de Almonte “El Tequilero” que puso en jaque a los tres niveles de gobierno, quien sigue prófugo.
Hace poco más de una semana fue asesinado el abogado Modesto Carranza Catalán, suplente del diputado local priista Saúl Beltrán Orozco, quien enfrenta un juicio de desafuero por delito de homicidio.
El pasado fin de semana fue victimado el ex diputado local perredista Roger Arellano Sotelo por hombres armados.
Por si fuera poco, apenas hace unas horas fue liberado el alcalde de Alcozauca Nicolás Diego Herrera, quien había sido secuestrado por un grupo armado cuando circulaba a bordo de su vehículo sobre la carretera Olinalà-Copalillo. Fue liberado mediante pago de rescate.
Pese a la presencia de cientos de militares, policías estatales, federales y municipales, para resguardar la seguridad de más de 800 mil turistas que visitan Guerrero, la ola de violencia no disminuyó: hubo un ataque y ejecución contra dos presuntos narcomenudistas, pero los pistoleros abrieron fuego e hirieron a visitantes.
Casi simultáneamente en Ixtapa-Zihuatanejo fueron incendiados varios bares, con pérdidas de cientos de miles de pesos; afortunadamente no hubo pérdidas humanas. ¿Los incendios fueron provocados, por quién o quiénes? ¿Con qué fines?
“Guerrero no cederá ante los actos que pretenden perturbar la tranquilidad de residentes y visitantes”, respondió en gobernador Héctor Astudillo Flores en su cuenta de Twitter. La pregunta es: ¿Existen oscuros intereses por dañar a las instituciones de Guerrero, en momentos de éxito, por la visita de miles de turistas? ¿Se intenta desestabilizar y provocar terror para alejar al turismo de esta entidad?
Ayer la SCT y su titular Gerardo Ruiz Esparza junto con el gobernador Héctor Astudillo, pusieron en funcionamiento el Macro Túnel de Acapulco con inversión de tres mil 800 millones de pesos.
Guerrero cada día está más cerca de las entidades como: La Ciudad de México, Morelos, Puebla y el Estado de México; sin embargo, la espiral violenta y su saldo negativo están presentes, pero esta entidad no se derrumba ni el turismo se arredra. No es masoquismo, pero los turistas siguen llegando a Guerrero, pese a la mala fama y violencia que flagelan.
CUAUHTÈMOC BLANCO, EN EL AVERNO AMARILLO.
Donde los demonios –amarillos- se soltaron, fue en el vecino estado de Morelos, contra el alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien tiene todo el aparato de gobierno perredista en su contra. Graco Ramírez Abreu, gobernador morelense, le quiere sacar tarjeta roja. “Temo”, le estorba para sus fines políticos.
Vetusto, colmilludo y marrullero -seudo izquierdista- Graco, actúa como los políticos priistas de viejo cuño: hace hasta lo imposible por derrocar de la alcaldía al famoso ex futbolista “Temo” (Blanco) a quien ahora acusan de “ordenar el asesinato” del organizador de la feria de la Primavera en Cuernavaca. Tal acusación, es una vil canallada.
Lo cierto es que el futbolista “Temo” Blanco, ha crecido mucho en el ánimo de un gran segmento de la población morelense, que ya están cansados de políticos demagogos, amarillos, albiazules y tricolores. Cuauhtémoc, NO es político, es un deportista bien intencionado, de recio carácter, pero que ahora lo acusen de fraguar un asesinato, nadie lo cree, es de risa.
Graco, pertenece al defenestrado PRD en extinción; está en el ocaso de su carrera política, pero le quiere heredar la silla (gubernatura) a su júnior de apellido Gayosso, sin méritos, sin trabajo político, ni nada.
El gobernador de Morelos debe saber que en México ya no existen monarquías, que la silla morelense número uno se gana, no se hereda. Al “Temo”, solo lo puede salvar la Federación, porque tiene todo el aparato gubernamental en contra (los tres poderes) que están al servicio de Graco, convertido cacique perredista… Punto… Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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