LECTURA POLÍTICA
La visita del presidente Felipe Calderón al puerto de Acapulco, dejó varios mensajes. Pero fue uno el que destacó con fuerza: la urgencia para depurar las policías municipales. Y extraña que en esa vertiente el edil porteño, Manuel Añorve, asumiera ser el impulsor de la limpieza en la corporación policiaca que le atañe.Sin embargo, lo que causa prurito es un hecho incontrovertible: durante prácticamente todo su periodo como alcalde nunca depuró la policía municipal.Las primeras presiones contra el edil priísta para que así lo hiciera, vinieron justamente del actual gobernador Ángel Aguirre, quien el pasado 2 de octubre lo conminó a “operar un cambio radical en la policía municipal” porque “luchamos con los de afuera, pero también con los de adentro”.
Aun así y defensivamente, como sintiéndose atacado por el mandatario estatal, Añorve respondió que lo estaba haciendo pero que existía “un proceso legal que todos debemos cumplir”. ¿A qué proceso legal aludió? ¿Acaso al de la certificación de las policías que fue propuesta por el ejecutivo federal, pero incumplido deliberadamente por varios gobiernos estatales y municipales, entre ellos, el suyo? ¿O al de las demandas laborales de los gendarmes despedidos por asociaciones con hechos delictivos? ¿Qué proceso legal tan prolongado podría justificar los miles de muertos que han bañado de sangre intermitentemente, a ese puerto?
Lo único cierto es que el crimen asociado a la operatividad de la delincuencia organizada en Acapulco, se disparó durante lo que va del periodo municipal añorvista. E imperturbable, el alcalde tricolor siempre se lavó las manos endosando culpas al gobierno estatal y a la federación panista. Pero de su parte y como primera autoridad del municipio guerrerense más importante, no se apreciaron acciones orientadas a detener la ola criminal que creció grotesca, hasta alcanzarlo y exhibirlo en su propia indolencia. Por eso los resultados hoy son otros. Y también los escenarios políticos cambiaron.
LAS PRESIONES QUE CUAJARON.- Inicialmente fueron los maestros acapulqueños quienes, amenazados por la delincuencia, pararon labores en más de cien escuelas. Lo anterior originó que el gobernador Aguirre se moviera, a diferencia de Manuel Añorve, quien pasivo, siempre esperó las acciones provenientes del gobierno estatal. Y luego llegó otra presión oficial: la de Marisela Morales, titular de la PGR, quien el pasado 1 de octubre –justo cuando Ángel Aguirre cumplió seis meses como titular del gobierno estatal-pidió al gobernador “la depuración permanente de todo el personal involucrado en la procuración de justicia”, pero desde luego, también de las policías estatales y municipales.
Si el desgaste político atribuido a los cotidianos actos verduguescos medidos con decapitados, ejecutados y descuartizados en Acapulco, habían erosionado sensiblemente al edil priísta; el gobernador Aguirre se negó a compartirlo. Por eso cerró la pinza con el gobierno federal. Y la abulia de Añorve se transformó en acción. Progresivamente, los hechos delictivos han sido neutralizados. Pero las circunstancias ubican a cada quien en su lugar.
De esta forma, el edil porteño ha perdido adeptos, credibilidad y legitimidad en su propia plaza política. Si hasta hace seis meses presumió de la alta votación obtenida en la elección de gobernador del pasado 30 de enero –fórmula que le dio resultado al edil de la capital, Héctor Astudillo-, en las actuales condiciones ya no se le ve encabezando la fórmula priísta al senado. Quizá por esa razón, Rubén Figueroa Smutny –el hijo del ex gobernador Figueroa-, ya enfrió los ataques en su contra. Y la otra verdad es comprobable en el terreno de los hechos: Manuel Añorve sigue siendo y actúa, como un subordinado de Ángel Aguirre. Carece de iniciativa y depende de todo lo que haga el gobernador. Como en el pasado y aun sin admitirlo, lo concibe como su jefazo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Hoy viernes celebrará su cumpleaños en conocido centro social de la capital, el diputado local Jorge Salgado Parra. Como todos los eventos de este tipo, se espera que el joven legislador tricolor y uno de los puntales en la pasada campaña aguirrista, abra sus aspiraciones por la alcaldía de Chilpancingo.
Será algo que no guste a muchos.
Entre ellos al edil Héctor Astudillo. Y también a los hermanos Moreno Arcos…Por su parte, este viernes por la mañana la diputada federal Claudia Ruiz Salinas, se reunirá con distinguidos miembros de su partido a fin de amarrar sus aspiraciones por el senado de la república. A Claudia han comenzado a identificarla como advenediza dentro del PRI. Pero eso no importa cuando la ambición es mayor a los principios. Y a los agravios olvidados por conveniencia.
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