LECTURA POLÍTICA
Lo que realmente ocurrió en la elección interna perredista del pasado domingo fue más que evidente: el choque anticipado entre fuerzas políticas que se disputarán desde la presidencia de la república, hasta las posiciones federales en diputaciones y senadurías para la elección del 2012. Y las locales medidas con el agandalle de las 81 presidencias municipales y los 28 distritos de los que surgirán los nuevos legisladores del Congreso local. Por esa razón, las tribus que apostaron por reventar la elección llevaban en realidad, esa consigna: causar destrozos, quemar y robar urnas, rasurar padrones.
Y todo con un solo fin: ofertar la imagen de un PRD incivilizado, antidemocrático, sucio y portador de las taras congénitas de la cultura política priísta. El fondo era demostrar su capacidad de movilización y fuerza. En pocas palabras: enseñaron el músculo.
PEJE Y EBRARD: MEDIR FUERZAS.- La elección de Consejeros Políticos Nacionales y Estatales, así como de los delegados perredistas, fue la primer y más importante escaramuza política entre los dos aspirantes presidenciales: el jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard. Y el peje Andrés Manuel López Obrador. Por varias razones:
1.- A mayor número de Consejeros y delegados en los Congresos perredistas, mayor posibilidad de controlar las decisiones en el PRD. Sobre todo, la candidatura a la presidencia de la república. De ahí que la anulación de la elección en el DF y en cuatro estados más, sirviera como marco a esta tempranera pugna entre Ebrard y el peje.
2.- Las tribus guerrerenses sabían que la elección venía perfilándose en ese sentido. Por eso algunas de ellas las boicotearon deliberadamente, pero con el fin de encarecer la negociación en el plano federal. Y generar los reacomodos que las favorezcan para el proceso comicial en puerta.
3.- El punto es insoslayable: las tribus Grupo Guerrero y zeferinista se conflictuaron irremediablemente. Por un lado, los zeferinistas buscan sobrevivencia política de la mano de tres actores visibles que ya se plegaron al proyecto de Marcelo Ebrard: el diputado federal Armando Ríos Piter, y los locales Evodio Velázquez Aguirre y Faustino Soto Ramos, éste último, presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local. Son actores que no pueden sustraerse de los hechos del pasado domingo.
4.- Por el otro lado está el Grupo Guerrero liderado por el secretario de Desarrollo Social, David Jiménez Rumbo. Este último personaje buscaría cuando menos dos cosas: demostrar con hechos que su liderazgo es articulador y real, como forma de legitimarlo ante las demás tribus locales. Y abrir un punto en la negociación política con el peje, Andrés Manuel López Obrador. Porque si bien es cierto que la tribu de Chavarría se distanció de AMLO tras la elección federal de 2006, también es verdad que el político tabasqueño no cuenta con una tribu aliada en Guerrero tras el enfriamiento de relaciones con el ex gobernador Zeferino Torreblanca, y el nulo apoyo otorgado a la campaña del actual gobernador Ángel Aguirre Rivero. Así no puede hacerle frente a Marcelo Ebrard. Jiménez Rumbo se está ofertando en esta coyuntura con el propósito de vender caro su amor al peje.
5.- Al final de cuentas, la situación parece obvia: quien quede de los dos –Ebrard o AMLO- como candidato a la presidencia, se encontrará con un PRD destrozado e inoculado por sus pugnas internas que ya acostumbró a dirimirlas con métodos del priísmo más involutivo. En aras de quedarse al costo que sea, como candidatos a la presidencia, tanto a Marcelo como a López Obrador, no les interesa acabar con lo poco de izquierda que aún pervive en el PRD. Es lo más triste y condenable.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Durante su segundo informe de trabajo, el diputado federal figueoísta, Fermín Alvarado Arroyo, se destapó para la alcaldía de Acapulco. Pero antes de llegar tiene que derribar dos pesadas losas: el pésimo desempeño del edil, Manuel Añorve Baños, que ubica al PRI en una posición muy complicada para retener aquella alcaldía. Y la posibilidad latente de que sea desplazado por el también figueroísta, César Flores Maldonado…El presidenciable tricolor, Enrique Peña Nieto, dejó abierta la posibilidad de tejer una alianza electoral con la maestra Elba Esther Gordillo, para la elección presidencial de 2012. Pero si en Michoacán fracasa la alianza que la Gordillo concretó con el presidente Felipe Calderón, para apoyar a la hermana de éste al gobierno de aquella entidad, no será precisamente una buena decisión para el equipo del ex gobernador mexiquense.
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