No me interesa defender a la autoridad municipal, no me interesa incluso si están de acuerdo conmigo, lo que preocupa en Chilpancingo no es la basura, sino la falta de solidaridad de los ciudadanos, aquellos que dicen que quieren a esta ciudad y que debieran hacer propuestas para mejorar las condiciones en que vivimos. La prepotencia no sólo es de parte de las autoridades sino de vecinos influyentes que arrojan la basura a las calles sin importarles el mal que hacen, más allá de la contaminación ambiental.
Se podrá tener la mejor de las intenciones para gobernar, la mejor de las intenciones para proyectar una ciudad limpia, sin embargo hoy los tiempos nos llevan a entender que se deben de conjuntar esfuerzos, sociedad y gobierno deben armonizar la gobernanza y con ello obtener mejores resultados.
El problema en el fondo no es para el alcalde Marco Leyva, él en el 2018 termina su periodo y se va, el problema quedará y serán los mismos ciudadanos quienes lo sigan enfrentando. El daño se le hace a la ciudad no a un presidente ni a un gobernador.
Por ejemplo: Ya existe un acuerdo para depositar la basura en las inmediaciones del municipio de Eduardo Neri, un acuerdo suscrito entre ambos alcaldes, Marco Leyva de Chilpancingo y Pablo Higuera de Zumpango, firmado en casa Guerrero y teniendo como testigo de honor al gobernador Héctor Astudillo Flores, una solución que se mira bien pero que ya generó reacciones por parte de algunos ciudadanos, reacciones en contra que en nada abonan a resolver el problema.
Pareciera que el objetivo es generar más problemas, pareciera que la línea está marcada para entorpecer el gobierno municipal de Chilpancingo que encabeza Marco Leyva, pareciera que hay una mano que mece la cuna y que procura a toda costa que la capital del estado, siga sumida en sus problemas y quienes sufren las consecuencias son los ciudadanos.
Esa es una versión, la otra es que hace falta capacidad por parte de las autoridades municipales para resolver los problemas del servicio público, habrá también que señalar que ante todo esto se observa a un Marco Leyva solo, sin equipo, falto de operadores y asesores que le ayuden, le orienten y le informen lo que realmente está pasando en el municipio.
La responsabilidad es compartida, sociedad y gobierno. Según el presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia del estado de Guerrero, Saúl Castro Hernández las escuelas pueden ayudar mucho, los maestros y padres de familia tienen la responsabilidad de promover en los niños y jóvenes una mejor cultura ciudadana sobre el trato de la basura.
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