Hace un mes Luis Walton informó sobre sus actividades en el Senado de la República. También hubo multitudes populares y políticos de alta relevancia y se numeró de miles los asistentes.
Ambos acontecimientos son paralelos. Indican que cuando se nominen candidatos a los relevos oficiales que habrá en el 2012, las perspectivas de candidatos pueden ser de muy buen nivel competitivo. No habrá imposiciones ni menores contrincantes, ni hombres públicos que no sean capaces de un dinamismo ganador. Si en los actos previos a la sucesión municipal los ciudadanos participan con gran optimismo político y social, éste es entonces el mejor fruto que hemos obtenido de la democracia.
Vi rostros alegres, líderes con ahínco, estudiantes partidarios. Familias enteras. Y algo sorprendente. Gritaban sonoros priístas, perredístas, panistas. Presagio de que abundan los que están en desacuerdo con sus partidos de origen.
En el fondo no se trata de Luis ni de Fermín, sino del espíritu cívico en que se convierte la política cuando el gobernante es elegido por el voto ciudadano. El discurso de los aspirantes se transforma en una dialéctica comprometida. Ellos van a ser los autores de un promisorio tramo de historia.
Fermín habló como pocas veces lo hemos escuchado. Con sinceridad y sin exageraciones. Dijo la convicción de un político que conoce las tribulaciones y esperanzas de su pueblo. Añado, que es de hombres, cumplir la palabra empeñada en tribuna.
PD: “Sólo la verdad, os hará libres”. Frase latina.
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