El establecimiento de un acuerdo por Guerrero para el Desarrollo por la Paz con la participación de organizaciones de la sociedad civil, es un planteamiento con buenas intenciones que externó el dirigente campesino Evencio Romero en el marco del 137 aniversario del natalicio del general Emiliano Zapata, porque lleva implícita la disposición de los grupos organizados de contribuir a que se genere un buen gobierno, y que se vigile el actuar de los funcionarios. (Foto tomada del Museo del Ex Convento del Desierto de los Leones)
Es buena la propuesta porque el planteamiento central es que quienes se han convertido en asiduos críticos del gobierno del gobernador Héctor Astudillo Flores, deben de pasar de la protesta a la propuesta, y dejar los cómodos espacios para lanzar señalamientos protagónicos y mediáticos, que lo único que generan es ensanchar las diferencias entre el gobierno y los gobernados.
Por sus antecedentes históricos beligerantes, de protesta, de manifestación y del conflicto permanente, es necesario que este estado y sus actores políticos cambien sus formas de actuar, y todos se sumen a generar políticas que permitan que esta entidad salga de los últimos lugares de desarrollo.
Lamentablemente, en esta entidad llena de contrastes hay quienes le seguirán apostando al pleito, a la crítica destructiva y a la descalificación, siguiendo patrones que más allá de abonarle a la buena y sana convivencia, generan enconos que degenera en conflictos.
El pasado fin de semana el gobernador Héctor Astudillo reiteró su disposición de trabajar coordinadamente con los presidentes municipales emanados de las filas del Partido de la Revolución Democrática, a quienes extendió la mano del gobierno para superar rezagos y atender problemas para superar demandas de la población, en la vía de una relación institucional sin sometimientos ni condiciones.
Los ediles perredistas hicieron lo propio, y prometieron marchar de la mano con el gobernador y cerrar filas por Guerrero, lo cual pudiera considerarse como un adelanto de los buenos deseos del dirigente campesino Evencio Romero.
Los partidos políticos y las organizaciones sociales que hacen vida en esta entidad suriana, deben de entender que el reclamo principal de la población es cambiar el estado de cosas que prevalecen, y superar los graves problemas que la aquejan que es la inseguridad y la violencia, que es una demanda que sustituyó a la exigencia de obra pública y otras mejoras para la comunidad.
El PRD como el principal partido político de oposición en Guerrero, debe de dejar ya de lado el discurso difamador y golpeador, y asumir una actitud prudente y de acompañamiento a las políticas públicas, porque los principales problemas que hay en la actualidad, los hubo también en los tres gobiernos que a los perredistas les correspondió encabezar, y el PRI en ese entonces estableció una sana distancia.
El acuerdo por Guerrero para el Desarrollo y la Paz, debe verse como un punto de reconciliación para que se generen mejores condiciones, y que las propuestas que emanen permitan generar un mejor actuar del gobierno, pero sobre todo que permita el desarrollo y el regreso de la tranquilidad al territorio estatal.
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