LECTURA POLÍTICA
Los escándalos delictivos recientes asociados al PRI en el municipio de Tlapa, comenzaron el lunes 16 de febrero del 2009. Ese día, agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la PGR, con auxilio del Ejército, detuvieron y trasladaron a la ciudad de México al secretario general del ayuntamiento, Regino Zayas Rosas y al regidor de Obras Públicas, Rosendo Larios Rosas.El alcalde de extracción priísta, Willy Omar Reyes Ramos, marcó distancia de sus colaboradores. Dijo haber sido informado en relación a que las dependencias de seguridad, estaban haciendo trabajos de investigación y que traían una orden de presentación para ambos funcionarios. “Es la información que tengo, seguramente venían a alguna diligencia, no nos informaron de qué, es información que sólo ellos manejan y seguramente los compañeros tendrán que defenderse”.
Pero las cosas se complicaron. Porque el 29 de marzo de aquel año, el juez Tercero de Distrito en Materia Penal de Tepic, Nayarit, libró orden de aprehensión contra Zayas Rosas y Larios Rosas acusándolos de los delitos de violación a la Ley Federal contra la delincuencia organizada y contra la salud, en su modalidad de colaborar de cualquier manera a su fomento para posibilitar la ejecución de ese delito.
Las autoridades determinaron que ambos ex funcionarios se encontraban vinculados con la organización criminal de los hermanos Beltrán Leyva, a través de Enrique Rivera Garín, “El primo Rivera”. Los tres fueron internados en el CEFERESO No. 4 de Tepic, Nayarit. Pese a ello, el edil Reyes Ramos deslizó sus sospechas.
Cuatro días después, señaló que tras las indagatorias “hay un fondo político”. Reveló también que las investigaciones sobre los funcionarios comenzaron tras una denuncia anónima. Y cuando los agentes de la SIEDO y los soldados fueron por ambos ex funcionarios al ayuntamiento, el 16 de febrero, “nos dijeron que requerían su presentación porque los iban a interrogar en calidad de testigos, no de indiciados”. Los hechos demostraron que tenían relaciones peligrosas con la delincuencia organizada.
LA OLA QUE ALCANZÓ A WILLY.- Dos años y ocho meses después de que la comuna tricolor de Tlapa, estuvo en el ojo del huracán, hoy volvió a instalarse de nuevo en la vertiente del escándalo. Pero esta vez fue al propio edil Willy Omar Reyes Ramos, a quien le estalló.
Porque tras la detención de dos presuntos involucrados en el homicidio del diputado federal priísta, Moisés Villanueva de la Luz y su chofer Erick Estrada Vázquez, la Procuraduría de Justicia determinó “abrir una línea de investigación en la persona del alcalde de Tlapa de Comonfort, Willy Omar Reyes Ramos, ante las evidencias que obran en la indagatoria iniciada por motivo de la desaparición y muerte posterior de ambos agraviados”.
Es decir; si en principio el procurador de justicia titubeó en torno a la presumible responsabilidad del alcalde tlapaneco, hoy y tras el amago del propio Willy Omar de presentar una denuncia penal en contra del procurador, la PGJE ya admitió que irá contra él.
Ante este penoso escenario, los dirigentes del PRI han optado por callar.
O apenas en el Congreso local, encabezar una tibia defensa del edil, a través del diputado local tricolor, Javier Morales Prieto –el festejado de cuyo ágape salió el 4 de septiembre Moisés Villanueva y ya no se supo más de él hasta que fue encontrado muerto-, quien calificó el comportamiento del procurador Alberto López Rosas, como “imprudente”. Lo único cierto es que hay un legislador federal asesinado. Y una familia agraviada que, como muchas otras golpeadas por el delito y la impunidad, solo exige justicia.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Crece la percepción de que existe un factor eminentemente político, tras la negativa reiterada de algunos maestros para regresar a clases en el puerto de Acapulco. Y se entiende que con la Operación Guerrero Seguro, implementado por el gobierno federal, se les dará más certeza a quienes hoy aun reniegan de su trabajo.
O a ver que otro pretexto aluden…
Aunque no lo admita el dirigente estatal del PRI, Efrén Leyva Acevedo, sus días en esa posición están contados. Porque de acuerdo a versiones de algunos militantes tricolores, no se le puede ver conduciendo otra vez el proceso electoral del 2012, cuando ya demostró su escasa habilidad, rentabilidad y talento para operar en la pasada elección de gobernador. Los grupos tricolores, aún en medio de la tormenta política que los azota, preparan el relevo.
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