*evidencia cómo fue comprado el líder Ramos Reyes
La política de comprar con recursos públicos a dirigentes de la CETEG con cargos, dinero y prebendas laborales, aplicada por el secretario de Educación Guerrero, José Luis González de la Vega, para supuestamente evitar marchas de protesta y bloqueos de carreteras, NO ha funcionado, pues a pesar del gran desperdicio de dinero invertido secretamente para ese fin, líderes como Ramos Reyes Guerrero, Antonia Morales Vélez, Walter Añorve o Carlos Botello Barrera, han hecho lo contrario durante 47 días, encabezando marchas sobre todo en Chilpancingo y cerrando la autopista a Acapulco diariamente, con tendencia a radicalizarse, cometiendo delitos, abusando y afectando a la población del estado.
Un ejemplo de esa cadena de corrupción que hermana a funcionarios de la SEG con dirigentes cetegistas, es la permanencia del actual delegado regional de Servicios Educativos en la Montaña Baja (Chilapa), Jerónimo Maurilio Morales, quien fue nombrado en el cargo por el exgobernador interino Rogelio Ortega el último día de su mandato, pero que fue ratificado por González de la Vega, quien le animó a rendir protesta el 25 de noviembre pasado, y luego en marzo de este año le envió a medio centenar de policías federales y estatales para poder abrir las oficinas de la delegación que había mantenido cerradas la CETEG durante nueve meses.
Jerónimo Maurilio ha sido miembro de la dirección colectiva de la CETEG, incondicional del grupo de Ramos Reyes, e incluso tuvo una orden de aprehensión en su contra en mayo del 2013 por los delitos de “sedición, motín, ataques a las vías de comunicación y daños en agravio del gobierno del estado, de la SEG y de la sociedad”, orden que finalmente fue cancelada luego de que cetegistas y el entonces gobierno de Ángel Aguirre Rivero llegaron a un acuerdo político…
Rechazado por todos, pero defendido por la SEG…
Lo curioso es que Jerónimo llegó al cargo como delegado con cabecera en Chilapa en una “asamblea de bases” de la CETEG en esa población el año pasado (lo que quiere decir que el gobierno orteguista le entregó esa delegación a los cetegistas como botín político), misma que fue duramente cuestionada por la denominada Dirección Regional Colectiva de esa organización, y que fue uno de los motivos por los que la CETEG se escindió en al menos dos grupos.
Sin embargo, a pesar de que sus propios compañeros calificaron de “espuria” dicha asamblea y demandaron que se celebrara otra verdaderamente representativa, Jerónimo Maurilio fue avalado por Ortega y por el extitular de la SEG, Salvador Martínez della Rocca, porque era parte de un acuerdo secreto para favorecer a Ramos Reyes nombrando a uno de sus seguidores más fieles.
Así, pese a la oposición de la mayoría cetegista de la Montaña y del repudio expresado por el SNTE a esa maniobra, el nuevo secretario de Educación, González de la Vega lo confirmó en el cargo y le abrió paso para que a pesar del rechazo a Jerónimo Maurilio, éste rindiera protesta, obtuviera dinero extra para rentar varias casas en Chilapa como oficinas alternas, y finalmente para abrir con apoyo de la fuerza pública en marzo las oficinas tomadas… por la CETEG.
Con esas acciones, De la Vega quiso congraciarse con Ramos Reyes (a quien presuntamente también apoyó en la propia CETEG para hacerlo líder, según los asesores del funcionario), comprando su colaboración hacia la SEG para efectos políticos.
Pero como se ha visto, Ramos fue acusado por ello de entreguismo al gobierno estatal, y como protesta de los descontentos su organización se dividió al menos en dos facciones, una minoritaria que él sigue controlando, y la otra en manos de una dirigente también corrompida por el anterior gobierno de Ortega –y secundado por De la Vega-, Antonia Morales Vélez…
Pero la compra de líderes NO ha funcionado, siguen abusando…
Lo malo es que al final, todo ese esfuerzo por apuntalar al cetegista Jerónimo en Chilapa, más el dinero y los beneficios laborales entregados a Ramos y el resto de líderes de la CETEG, éstos NO han funcionado como los líderes moderados que se esperaba de ellos, y se han reconvertido en lo que siempre han sido: falaces promotores de la ingobernabilidad en apoyo a sus jefes de la CNTE, que no pueden bajarle a sus abusos en calles y carreteras debido a que están bajo sospecha de enriquecimiento y corrupción a la sombra de sus liderazgos.
Y podrían ser destituídos por las bases si llegara a saberse cuánto han ganado en sus negociaciones secretas con la SEG.
Lo peor es que apenas en mayo pasado el gobernador Héctor Astudillo Flores le dio la razón al comité seccional del SNTE en Guerrero, que cuestionó duramente la entrega de cargos y beneficios a dirigentes de la CETEG, como la delegación en Chilapa y por la creación de la Subsecretaría de los Pueblos Originarios por decreto de Rogelio Ortega el año pasado, y que la SEG mantuvo como parte de sus negociaciones de entre enero y marzo pasados.
Astudillo ordenó frenar esa entrega de cargos por motivos políticos, así como la dichosa subsecretaría –que ya tenía a 38 cetegistas listos como nuevos funcionarios- que ya no sustituyó a la Dirección General de Educación Indígena, aunque Jerónimo Maurilio se quedó con su puesto –algo grave, pues De la Vega desobedeció al mandatario- para no romper los “acuerdos” secretos de SEG con Ramos Reyes…
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