*Los políticos del PRD no tienen memoria histórica...los maestros de la CETEG si.
No los necesitan ahora. Porque siempre los han dejado solos. Sobre todo, en los momentos clave y decisivos. De hecho, es al contrario: son ahora las tribus del PRD las que necesitan “colgarse” del movimiento magisterial en contra de la Reforma Educativa, para intentar recuperar un poco de la maltrecha y deteriorada imagen que se han ganado a pulso. Y de esta forma, llegar mejor posicionados a la elección de julio de 2018. De ahí se entiende el abrupto viraje tanto del CEN, como de la dirigencia estatal del sol azteca. Así, y de apoyar a Peña Nieto en todas sus iniciativas y a la propia Reforma Educativa, a través del ruidoso Pacto por México, ahora y de manera absurda e incongruente, las tribus se deslindan del presidente y corren a echarse en brazos de la CNTE y la Ceteg. Descubren convenencieramente, que deben apoyar al movimiento social. Y de ahí se abren otras lecturas.
PRD: DESMEMORIA.- El mayor daño que las tribus perredistas le hicieron al movimiento magisterial disidente, fue que sus legisladores locales y federales, aprobaran la Reforma Educativa. La oposición contra Peña Nieto debió darse ahí. Desde ese momento. Pero la tribu los chuchos de Nueva Izquierda, pactaron y llenaron la cartera de billetes, antes de reflexionar a profundidad sobre los impactos cómplices del voto de sus legisladores, a favor de las “Reformas Estructurales”. Hoy buscan a través de una ruidosa y publicitada marcha programada para el próximo domingo, remediar lo que ya no se puede. Y de paso, imprimirle un sesgo político: demandar las renuncias del secretario de Educación, Aurelio Nuño, y de Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación. Es decir, para el desatinado, interesado y apolítico dirigente estatal perredista, Celestino Cesáreo Guzmán, lo hecho por el presidente del país está muy bien. En consecuencia, a él no se le debe molestar. Pero hay hechos inéditos derivado de lo anterior, que podrían ocurrir en la actual coyuntura:
1.- Los dirigentes de la Ceteg han enmudecido ante la convocatoria de esa marcha perredista. Y ahí pueden esconderse dos situaciones: están de acuerdo pero no se sumarán a la misma. Porque lo evaluarían como un acto de provocación. O de plano podrían hacerlo, pero solo para exhibir grotescamente a quienes en ella participan. El dirigente estatal del PRD pudo elegir un mal momento para alejar a las tribus y sus dirigentes de la zona del confort. Y salir a la calle emulando momentos que no volverán. No al menos para un partido que sepultó orígenes, ideología y principios. Creando cacicazgos, fortunas mal habidas y personajes sin vocación, liderazgo ni convicciones. Y muy dados a la cultura del trapecismo electoral.
2.- Como estaba en juego su falsa y distorsiona honorabilidad como partido político, el PRD y sus tribus declinaron sumarse a las manifestaciones que demandaban la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa. La cabeza de su presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, ya había rodado. Y pendía sobre un hilo, la del entonces gobernador Ángel Aguirre. Un hecho marcó el distanciamiento y divorcio entre dicho movimiento social y las tribus: la quema y destrozo de las oficinas del PRD estatal, ocurrida la tarde del martes 21 de octubre de 2014. Antes –el 13 de octubre de ese mismo año-, ya habían incendiado y destrozado también, dos edificios públicos: el Palacio de Gobierno y el Ayuntamiento capitalino. Desde entonces, el PRD y sus tribus han hecho muy poco para expulsar de sus filas y cerrarles las puertas, a los narcoalcaldes, responsables en gran medida de esos actos vandálicos y de la propia turbulencia social. Hoy quieren reivindicarse a través de una marcha de apoyo a la Ceteg. Pero solo irán a proyectar el ridículo. El cual por supuesto, está bien ganado.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Trasciende sobre la inminente renuncia a la alcaldía capitalina, del edil priísta Marco Antonio Leyva Mena, ante su notable ausencia de trabajo, paralización de servicios y obra pública. Y su marcado déficit para cabildear y negociar que se traduce en conflicto. El problema es que si el gobernador Héctor Astudillo, está demandando soterradamente esa renuncia, en realidad el propio mandatario estatal tampoco ha mostrado resultados como gobernante. Las crisis en el PRI y en el gobierno estatal, son parejas.
(Foto: www.veracruzenlanoticia.com)
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