Neta que me dio chilenero gusto y celebré con pozolera enjundia, el hecho de que don Alberto López Rosas de toditos mis respetos, aceptara colaborar con el alcalde acapulqueño, Evodio Velázquez, como su jefe de asesores.
Cabe recordar que López Rosas, figuraba como Asesor Honorario de Velázquez Aguirre, estos es sin remuneración de por medio por haberlo él decidido así ya que según me comentó en una entrevista de semblanza que me concedió hace unos meses, ‘’Creo que tengo condiciones para poder opinar, de dar una opinión de lo que es la vida pública de lo que es nuestro municipio, después de haberlo gobernado, pero más que por eso, por haber vivido tantos años en esta ciudad. La única condición que le puse, es que fuera honorario. Después de haber sido presidente municipal, no puedo ser subordinado, puedo ser aliado, puedo ser aliado del presidente municipal hasta donde él me lo permita’’ me dijo en esa ocasión.
Dicen que es de sabidos cambiar de opinión, y neta papá Dios. que me es un chilenero agasajo que don Alberto haya decidido recapitular. Eso principalmente habla de humildad, y de ganas por seguir poniendo sus granos de arena en el rescate del lunamielero Acapulco, amén de que al presi Evodio le hacía falta urgentemente alguien como don Alberto más cerca de él.
En efecto, no hay escuela para padres, pero tampoco para políticos, por lo que unos y otros aprendemos sobre la marcha, cajeteándola muchas veces, pero aprendiendo de esas cajeteadas y gachas regadas de tepache. Algo de razón habrá al afirmar que ’’echando a perder se aprende’’. Sin duda, fue extraordinario el aprendizaje obtenido por López Rosas, al frente de la alcaldía porteña. Y no sólo, eso, sino que a lo largo de su desempeño político, ha tenido que enfrentar diferentes y duras pruebas, que lejos de debilitar han fortalecido su esencia y sus convicciones ideológicas.
Las luchas más encarnizadas a las que se ha enfrentado Albero López Rosas, fueron dentro de su entonces partido el PRD, patrocinadas por un ñor advenedizo al que los amarillentos le hicieron wana y le entregaron los títulos de propiedad en su momento, para convertirlo en gobernador pozolero. ‘’La Ideología ya trasnochada y de pragmatismo desbordado, que cuidaba más de los intereses de grupos que la línea del Partido’’ fueron unas más de las razones por las que don Alberto abandonó el partido del sol aztequiux.
El bagaje político de don Alberto es tan grande como su experiencia obtenida en el recorrido de su vida pública y familiar. El dolor de haber perdido a muy temprana edad, no ha amargado su alma, pero si fortalecido su búsqueda por la democracia que no es otra cosa que la igualdad de los seres humanos en todos los aspectos, sean del partido o creencia que sean.
El momento es decisivo, más que una cacareada mediática saber que López Rosas estará cerca, de Evodio Velazquez, tranquiliza y da confianza. Segurito que habrá de aconsejarlo bien y bonito para que no cometa los errores que como alcalde acapulqueño cometió. Y seguro también que habrá de recomendarle mejores estrategias para zafarsecon estilo, de la carrilla jorobona que desde endenantes le han venido aplicando los eventuales mercachifles mequetrefes. ¡Y eso, como dice la canción, merece un trago, merece dos, merece muchos verdad de Dios! (pero de chilate porque ahora soy ‘’acstemia’’).
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