En mi columna del miércoles 31 de marzo pasado, comenté que por órdenes de la autoridad municipal fueron desalojados los vendedores ambulantes que se habían asentado desde hace mucho tiempo en el andador comercial Zapata, del centro histórico de Chilpancingo, generando la inconformidad y protestas callejeras de los comerciantes informales, bloqueando por varias horas la Avenida Ignacio Ramírez y el acceso principal al edificio que alberga las oficinas del Ayuntamiento citadino…
También destaqué que afloraron PRESUNTOS actos de corrupción en que incurren agentes deshonestos de la dirección de Gobernación Municipal, pues resulta que los vendedores ambulantes desalojados DENUNCIARON que el permiso para que pudieran expender sus productos en la vía pública lo obtuvieron mediante un arreglo con el agente Abraham Nava Castro, a quien alrededor de 15 comerciantes informales le entregaron 5 mil pesos cada uno…
Resulta que mis comentarios provocaron la irritación de Abraham Nava Castro, quien apelando a su respetable derecho de réplica me envió una carta aclaratoria en la que asegura no haber recibido ningún tipo de “soborno, por tanto me exige que compruebe mi publicación pues de lo contrario se verá obligado a recurrir a los medios legales “para limpiar su nombre”…
Abraham Nava exige, además, una disculpa pública, reiterando que como yo aseguro “en la nota” que recibe dinero, me pide le sea comprobado y solicita que le sean presentados los comerciantes que lo señalan…Aclaro al señor Nava Castro que yo no redacté “la nota” a la que hace referencia; soy autor de esta columna en la que cotidianamente opino o hago comentarios diversos, sustentados muchas veces en notas periodísticas sobre temas que considero interesantes…
Los datos que publiqué en mi entrega del día arriba señalado, fueron tomados de la nota informativa intitulada “cierran ambulantes desalojados del andador Zapata la entrada del Ayuntamiento de la capital”, autoría del reportero Alfonso Marín y publicada en el periódico El Sur en su edición impresa del miércoles 30 de marzo, de la cual me permito transcribir dos párrafos: “Consultados en la protesta, los inconformes, que omitieron su nombre, expresaron que diariamente pagan una cuota de 20 pesos por el derecho de vender sus productos en la vía pública, y revelaron que en diciembre pagaron 75 mil pesos al agente Abraham Nava Castro, para que les permitiera vender sus productos en el andador”.
“Explicaron que en el desalojo solicitaron la presencia de Nava Castro, para solucionar el problema con los agentes, sin embargo no acudió, se echó para atrás e incumplió el acuerdo que teníamos, dijeron”.
Por si lo anterior no bastara, invito al empleado de Gobernación Municipal, Abraham Nava Castro, a consultar todos los medios informativos escritos y electrónicos, así como las redes sociales, del 30 y 31 de marzo y los primeros días de abril del año corriente, en donde se difundió el polémico desalojo, perdón y corrijo, la gentil reubicación de los comerciantes informales, para que agregue más nombres de periodistas y periódicos (aunado al de este difamador aporreateclas) en el proceso jurídico y legal que se verá obligado a recurrir “para limpiar su nombre”, porque efectivamente son varios comunicadores y medios de comunicación que señalaron su nombre y destacaron la acusación de que fue objeto por parte de los comerciantes desalojados, a quienes debe exigir le comprueben haberle entregado 75 mil pesos, amén de pedirles le ofrezcan una disculpa pública y limpien su inmaculada imagen, personalidad y trayectoria.
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