Va de nuez. Somos, en un considerable porcentaje, un pueblo anárquico, un pueblo ANMCHT (Aquí Nomás Mis Chicharrones Truenan) un pueblo sumamente calzonudo, pues. Exudamos exigencia para todo gobierno, sea federal, estatal y ya no se diga municipal, porque a este nivel de gobierno poco falta para exigirle que nos ponga mucamas que nos vengan a limpiar la choquera de nuestras casas, nos rieguen las macetas, nos laven el carro, nos hagan un cajete de salsa y también nos echaran unas memelas. ¡Ah! Pero cuando se trata de que retribuyamos, cumpliendo nuestras obligaciones de pagar ya no digamos solamente predial, si no el servicio de agua potable, por ejemplo, ahí sí ya tuerce el rabo la marrana. Y del pago de contribuciones hacendarias mejor ni hablamos. (Foto: diarioalternativo.com.mx)
Somos tan, pero taaaaan tradicionalistas, que poco nos importa ir en contra del Dios Todopoderoso, con tal de no salirnos ‘’ni asinita’’ de nuestra ‘’tradición’’. Tradición anárquica y calzonuda se ha vuelto la añeja costumbre de hacer velorios en las calles, cabos de noches, cabos de año y cabos catoches. ¡Perdón, perdón me resbalé! Estos últimos cabos no, porque ya sería el colmo de los colmos. Claro, sin faltar las novenas de rezos para gran parte del santoral.
Y aquí neta, permítaseme hacer un paréntesis. Aunque si no me lo permiten, de todos modos lo haré. No se trata de criticar las tradiciones del Bello Nido del alma mía. ¡Neta que no! Pero sí, de la irresponsabilidad y valemadrismo de algunos paisanitos seguidores y aplicadores de las tradiciones de velar en la calle. Sobre todo de aquellos que confunden la cecina con el tocino. Está bien, ya atravesé un par de camionetas o autos para cerrar la calle, ya hice mi numerito de funeral, de 9 días, de un año, dos, 10, o sepa Judas cuantos. Di de comer, de beber, y chalalá, chalalá, pero por un lado el comelitón y la beberecua y por el otro disponiendo de bolsas de basura para irla recopilando en FA. O de perdis, al irnos al otro numerito de llevar la cruz y flores al panteón, lo menos que debemos hacer es dejar a una o dos personitas que se encarguen de recoger cuanta basura haya salido ¡No el semejante muladar en calles y banquetas, bajo la premisa de que ‘’La calle es libre’’ y que ‘’mañana pasan los barrenderos del ayuntamiento’’!.
A ver, a ver, que no se nos haga bolas el engrudo. Pueque la calle sea libre, pero no para convertirla sin ningún rubor en muladar. ¡Uf! definitivamente es un asunto cultural y de educación, sin pasar por alto que la cultura se inculca y aprende pero la educación ¡se mama! Digo, que bueno que tengamos barrenderos municipales que todos los días a las 5 y media de la mañana, barren las calles, arajo, pero dejar después de un velorio, semejantes muladares, en calles y banquetas, es…..lo que le sigue de irresponsable. ¡Ah! Porque además no solamente dejamos choqueras en nuestra banqueta y calle ¡sino que también en la de los vecino y si se deja hasta en sus corredores!. Claro, afortunadamente hay sus honrosas excepciones. De Gente que han realizado sus velorios, novenarios y cabo de noche en la calle, y tienen la delicadeza, de andar recogiendo los platos, vasos y demás chunches desechables, en el acto. Verbigracia la familia Ponce Lanche.
Estaría a todas margaritas, que así como reclamamos nuestros derechos, le entráramos con el cuerno y por la derecha a nuestras obligaciones, teniendo presente también que nuestros derechos terminan donde comienzan los del otro.
Digo, menos mal que yo ya fui liberada de la maldición de esta atadura a tradiciones que en nada benefician (ni siquiera al difunto) y mucho menos salvan, pero entendiéndose que se trata de un cumplimiento con la exigencia social, lo menos que podemos hacer, luego del numerito de los cabos, es respetar el espacio de los vecinos, o cuando menos, dejándoselo despejado de basura una vez concluido lo que sea que hayamos conmemorado. Ya lo dije y lo sostengo, es un asunto cultural, de educación y respeto, no municipal.
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