Los diputados locales del estado de Guerrero aprobaron la noche del jueves la reforma educativa en dos sesiones ordinarias formales, una toma de la sala de plenos y una conferencia de análisis comparado, para crear la nueva Constitución del Estado de Guerrero, en un día de trabajo legislativo que comenzó a las diez de la mañana y concluyó a las nueve de la noche con treinta minutos. Poca cosa. Casi doce horas.
En intensa jornada los miembros del Congreso Local “pintaron un cuatro” a rijosos maestros que violentaron la sala de plenos, atendieron a policías de Costa Chica que se han tomado en serio eso de hacer justicia al pueblo y mostraron que son congruentes.
Al votar la reforma educativa Avelina López, del PRD, fundamentó en contra “porque se pone en riesgo la educación de nuestros niños”, tal y como lo dictan los documentos básicos de su partido, el PRD, que orbita en la Social Democracia. Avelina. “La Congruente” con el partido en el que milita. La que no va con las mayorías. La que ayer, otra vez, fundamentó su voto individual en contra de la aplanadora integrada por PRD, PRI, PAN, PT y Convergencia. Ella contra todos. Nomás una. ¿Qué puede hacer?
El otro congruente, Evencio Romero, quien cuestionó a sus compañeros “que protagónicos hablan en tribuna de la inseguridad en Tecoanapa, San Luis Acatlán y Ayutla, mientras nosotros (Rubén Figueroa, Salinas, Omar Jalil y yo) atendemos a la comisión de la Policía Comunitaria de Ayutla para establecer una mesa de diálogo y dar solución al conflicto. “No como quienes suben a hablar de lo que desconocen”, les espetó.
O los maestros de la CETEG, citados a la una de la tarde y que, desesperados por veinte minutos de espera, tomaron la sala de plenos y a gritos y sombrerazos obligaron al presidente de la mesa directiva, Antonio Gaspar, a violentar la sala de plenos y ahí mismo recibir la exigencia de rechazo a la reforma educativa. “Entre hijos de Elba Esther, hijos del Chuky, traidores, tarados, ratas o hijos de perra nada consiguieron.
Por la noche los diputados votaron a favor de esa reforma cuando los disidentes gritones dormían, plácidos, en sus camitas. Se cumplió la sentencia: “burócrata dormido se lo lleva la reforma”. Ellos dormían mientras los diputados les aprobaron la reforma.
LA TOMA DE LA SALA DE PLENOS
Apenas es la una de la tarde. El abogado Castillo del Valle compara las contradicciones entre garantías y derechos humanos. La puerta tronó. La abrió de una patada el maestro de Costas Chica vestido con una “chemis” verde, jeans, botas de minero y cinto piteado. Retador miró al académico y asistentes. Y se salió.
Tras él el diputado Bernardo Ortega, coordinador de la Comisión de Gobierno; el presidente de la mesa directiva, Antonio Gaspar Beltrán, y los diputados maestros, Víctor Salinas y Emiliano Díaz Román. Hasta la sala de plenos donde señoras con megáfonos o maestros con mochilas se apoderaron de curules, tribuna y pasillos.
--- “Ya la tomamos”, retó, con un pedazo de madera arrancada de la pared de la sala de plenos. Dicen que todos los diputados son iguales. Pero, como en “La Granja”, algunos son mas iguales que otros. “Nadie sale. Nadie Entra”, fue la consigna del mismo maestro de verde, jeans y cinturón piteado.
Se apostó a la entrada de la sala de plenos. Tomó una curul y otra y otra. Construyó una barricada. Nadie salió. Nadie entró. Todos iguales. ¿Todos iguales? La diputada Ana Lilia Jiménez Rumbo, hermana de David, ingresó por la puerta del vestíbulo. Le abrieron paso las gritonas con megáfono. “Pase usted diputada”, le dijo el rijoso de verde al reconocerla. Y ella salió. Ella es ¿igual o mas igual?
Y terminó. Mentadas. Ofensas. Gritos y la amenaza: “Nos vamos, nos vamos, pero si no hay solución regresamos”. No valió la disculpa ofrecida por Antonio Gaspar: “Nomás tardamos veinte minutos”. Tampoco la de Bernardo Ortega: “respeten la sala de plenos”. Se salieron con la suya. Leyeron su exigencia y se fueron al veinte antes de las tres de la tarde.
LA PRIMER SESIÓN
A las seis y media de la tarde volvió la calma. Nuestros diputados enviaron a la comisión de gobierno las notificaciones de dos jueces con notificaciones de juicios de amparo. Dieron trámite al documento entregado por Gonzalo Juárez Ocampo, de la CETEG, leído por la mañana entre violencia en la sala de plenos. Aprobaron la comparecencia del secretario de desarrollo urbano y obras públicas del gobierno estatal, para que explique el proyecto de Acabus. Y entraron al primer debate.
CASO AYUTLA
Los diputados Héctor Apreza, Nicanor Adame y Jorge Camacho hablaron en el tema de “intervenciones” en relación a los acontecimientos relativos a la seguridad pública de los pobladores de Ayutla, en Costa Chica.
Coincidieron: “es necesario un programa de diálogo con la sociedad para establecer un programa de recuperación ciudadana que tenga la visión de los ciudadanos”, según dijo el priísta. O la del perredista: “la inseguridad destruye a le economía”. O la del panista: “es necesario el diálogo”.
Les echó, sin embargo, un balde de palabras frías el convergente Evencio Romero:
--- “ Que conste. Hay 28 detenidos en Ayutla. Nosotros, Figueroa, Salinas, Jalil y su servidor, hemos atendido a los policías de Ayutla mientras ustedes aquí de manera protagónica y demagógica hablan en tribuna. Si algo pasa allá ustedes serán responsables”.
--- “Porque es bonito subir aquí a hablar, pero es mejor hacer las cosas”, rubricó. Nadie le respondió.
LA COMISIÓN PERMANENTE
A las ocho de la noche los diputados concluyeron la primera sesión del día. Al final eligieron a la Comisión Permanente que sesionará a partir del quince de enero al 28 de febrero. Quedó Antonio Gaspar Beltrán como presidente. Eli Camacho como vicepresidente. Laura Arizmendi y la diputada Concepción como secretarias. La misma mesa directiva. La misma.
LA SEGUNDEA SESIÓN
Hubo una segunda sesión. Cuarenta y tres diputados, de 46, respondieron a la violencia de los cetegistas que tomaron la sala de plenos. Les votaron a favor de la reforma educativa. “Les pintaron un cuatro”, nos dijo por aquí un amigo.
Como único punto de ésta sesión Héctor Astudillo fundamentó el acuerdo para aprobar el dictamen. Avelina López, con la congruencia que le caracteriza, motivó en contra su voto en particular. “¿No sienten nada? En sus manos, diputados, está la desgracia de México. Se trata de una reforma laboral, no de una reforma educativa”, dijo. No les convenció.
En contra del dictamen también subió Emiliano Díaz Román: ¿Dónde quedarán los 10, 20, 30, 40 o 50 años de maestros que al ser evaluados por un “estado de ánimo” serán despedidos?”, preguntó. En contra le habló Germán Farías Silvestre para recordar “las Hummer’s regaladas, los viajes al Caribe, los ocho millones de pesos diarios que salen de maestros a la cuenta de Elba Esther Gordillo”.
---“Los que votan en contra, dijo, votan a favor de los incapaces”.
Y terminó. Los priístas exigieron un “beso, beso, beso” cuando Díaz Román dijo respetar a Farías y éste le correspondió con otro “yo también te respeto”. Se fundieron en un abrazo curulesco (entre curul y curul) y no cumplieron el anhelo lúdico del “beso, beso, beso”.
La reforma educativa es en la tierra de la CETEG. Consumado está. ¿Volverán los de las consignas porque no hubo solución? “Meybi”.
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