El río de la Sabana sigue igual de contaminado (Foto: Cortesia de Libertad Guerrero)
La cuenca del río de La Sabana ha sido oficialmente saneada quién sabe cuántas veces, pero sigue igual de sucia y hedionda que siempre, o más, porque es pura demagogia su saneamiento.
La donación de 35 millones de dólares que hizo el gobierno de España, autorizada en el 2007, para sanear la hondonada tenía que ser empleada para construir colectores marginales de aguas negras, mejorar los sistemas de drenaje de las colonias que se asientan en la ribera e introducir agua potable donde hiciera falta.
Según el anecdotario popular, Félix Salgado, a la sazón alcalde de Acapulco, le cantó tres canciones a la entonces vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, con lo cual la convenció de fijar en 35 millones de dólares la donación. Luego de más de dos años, al final de su gobierno, los recursos por fin llegaron a México.
En respuesta a ese gesto internacional, los tres órdenes del gobierno mexicano se comprometieron a poner su parte para cumplir la tarea.
Sin embargo, para desgracia del pueblo acapulqueño, Manuel Añorve Baños ganó la elección de presidente municipal en 2008, y el resto es historia conocida: el ayuntamiento fue llevado a la quiebra, y muchos de sus recursos todavía no aparecen.
Así, no es de extrañar que no sólo no se haya saneado la cuenca, sino que ni siquiera se ha pretendido rehabilitar la Laguna Negra de Puerto Marqués, ya no con fines ambientalistas, sino con objetivos turísticos, es decir para obtener de ella un provecho pecuniario.
¿Dónde está ese dinero que donó España antes de hundirse en la peor crisis de su historia? Sería interesante que Manuel Añorve contestara esa pregunta, no sea que él ya haya reportado terminada la obra y ejercidos los recursos. ¿Qué será de las dos lagunas alimentadas por el río de La Sabana?
El cauce es un vertedero de aguas negras, basura y desechos orgánicos –y, con toda seguridad, de desechos químicos arrojados por la Coca Cola, en el afluente principal, y por la Pepsi, en su brazo meándrico– que lleva su contaminación hasta la laguna de Tres Palos y la Laguna Negra de Puerto Marqués.
Y para agravar la situación, los desarrollos habitacionales de alta densidad demográfica construidos por empresas fraccionadoras, la principal de ella Casas Geo, han modificado la situación de los humedales y también arrojan basura y desechos orgánicos en grandes cantidades al vaso lagunar de Tres Palos.
A mediados de 2010, el entonces director de Capama, Rigoberto Félix Díaz, calculaba en 350 mil las personas que enviaban sus desechos orgánicos al río. Y en 2011, cuatro años después de la donación, no se había hecho nada al respecto. Pero a pesar del tiempo transcurrido, el 6 de junio de ese año, el director general de la Conagua, José Luis Luege Tamargo, hablaba a futuro y decía que los recursos serían utilizados para limpiar la cuenca e introducir agua potable con el sistema Lomas de Chapultepec.
Ha habido otros intentos por rescatar, así sea en parte, la cuenca. El mismo Félix Salgado cuando fue alcalde intentó un sistema de recolección de basura particularmente eficiente que evitara que los vecinos la arrojaran al cauce. Eso implicaba, por supuesto, una flotilla de camiones recolectores siempre en buenas condiciones, una plantilla de personal siempre disponible, una infraestructura siempre funcional y la participación de la población, que sería constantemente bombardeada con mensajes sensibilizadores de una campaña ad hoc. Implicaba un esfuerzo casi sobrehumano, que ningún gobierno tercermundista es capaz de llevar a cabo.
Porque, para empezar, los que gobiernan deben tener un refinado sentido de organización y de eficiencia, y entregarse de lleno a la tarea que les es encomendada. Pero cuando los servidores públicos dejan de poner su atención en el cumplimiento de sus obligaciones y la ponen en buscar el modo de mejorar su suerte, aun a costa del erario, entonces la cosa se descompone. Y eso es corrupción.
Por eso, nada de lo que se hizo al respecto existe hoy. Tal vez ni siquiera los 35 millones de dólares donados por España, más los intereses que ya debieron haber generado en los bancos.
También Luege Tamargo hizo un anuncio que suena demagógico. A mediados de 2010 dijo que con la Agenda del Agua 20-30, todos los ríos del país serán rescatados y que, como los abuelos cuando eran jóvenes, los mexicanos volverán a bañarse en ríos de aguas cristalinas. ¿Usted les cree a los politicos de los tres niveles de gobierno?. ¡Yo tampoco!
Lic.Alberto Mojica Mojica
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