Muchas son las ocasiones en que hombres públicos, que se supone están académicamente preparados, ideológicamente formados y políticamente experimentados, y que, con suerte, son moralmente íntegros, mudan de opinión sin causa aparente y de forma diametral.
Pueden alegar a su favor que es de sabios cambiar de parecer. Pues, sí, pero hay mudanzas que son particularmente sorprendentes, por su inverosimilitud.Éste es el caso de los perredistas David Jiménez Rumbo y Armando Ríos Piter. ¿Recuerda usted cuando se disputaban con ferocidad la candidatura del PRD a gobernador? Eso ocurrió a lo largo del 2010.
El PRD se preparaba para el proceso electoral del que resultaría el gobernador que sucedería a Zeferino Torreblanca; el partido alistaba su proceso interno para elegir al mejor, y los precandidatos hacían lo suyo.
Dos de éstos eran Jiménez Rumbo y Ríos Pitter. Curiosamente, el que menos posibilidades tenía era el que enderezaba los ataques más virulentos. Jiménez Rumbo no bajó a Ríos Piter de pelele del entonces mandatario, y lo calificó de producto de la imposición y de la antidemocracia. Pues bien, quiso la suerte que ninguno de los dos fuera candidato, ya sabe usted por qué.
El tiempo ha transcurrido; ambos gozan de licencias legislativas y las aprovechan para buscar otros puestos de elección popular, pues, como buenos políticos que son, han hecho de la política su fuente de ingresos y su modo de vida.
Ríos Pitter encabeza la fórmula del PRD al Senado, mientras que Jiménez Rumbo está en la lista plurinominal de ese partido como aspirante a diputado local. Y sí, finalmente están unidos, luego del distanciamiento aquel. Pero sus mudanzas no terminan en este punto.
Hasta hace poco tiempo, por separado, ambos elogiaban al dirigente nacional del Movimiento Ciudadano, el senador Luis Walton Aburto, y en sus opiniones lo ponían por encima del aspirante perredista a la alcaldía de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre.
Esta práctica de golpetear al correligionario, así sea apoyando a personas de otros partidos, es común entre los perredistas. No en balde les han endilgado aquel refrán popular: “Cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde”.
Prefieren, pues, llevar su bravura hasta hacerse daño entre ellos con tal de no dejar pasar al otro. Así es que ambos elogiaban a Walton para fastidiar a Evodio.
Ríos Piter llegó a recomendar al joven político que mostrara madurez si es que perdía la encuesta, lo cual finalmente ocurrió. Bien, ahora que ya Walton es el candidato de la izquierda, entre la cual el PRD es el partido más fuerte, ambos cambian de parecer, y no dudan en calificarlo de advenedizo que llegó de fuera para quedarse con la candidatura que correspondía a un perredista.
Y su afán es tan excesivo, que hasta abren frente contra el gobernador Aguirre.
¿Qué sucedió que los hizo cambiar de parecer? Tal vez ya se dieron cuenta del alcance del apoyo que han dado al senador Walton; tal vez ya olfatearon el peligro real que se cerniría sobre sus intenciones de seguir viviendo de la política a la sombra del más grande partido de izquierda, si el dirigente del MC se hace del poder público.
Para empezar, al ganar la alcaldía de Acapulco –como parece que sucederá, según todos los indicios–, el senador Walton estará automáticamente inscrito en la carrera por la gubernatura en el 2015 desde el flanco izquierdo, el mismo en el que militan aquellos dos. Y entonces será un rival muy difícil de vencer en la puja por ganar la candidatura.
Si Jiménez Rumbo piensa que tiene alguna posibilidad, está muy equivocado, y si no lo cree, deje que hablen las encuestas.
Pero Ríos Piter es otra cosa, está en otro nivel. Se ha preparado concienzudamente desde hace mucho tiempo para ese gran día en que sería postulado candidato del PRD o, mejor aun, de toda la izquierda, a la gubernatura. Es un hombre joven, inteligente, con una sólida formación académica y con suficiente claridad política. Pero su sueño se le empezó a resbalar entre los dedos desde el momento mismo en que Walton apareció en la escena. Y en buena parte Ríos Piter contribuyó a ello –secundado por Jiménez Rumbo– al darle su apoyo en vez de dárselo a su camarada de partido.
El miércoles 3 de mayo, Jiménez Rumbo y Ríos Piter acordaron unificar fuerzas y prepararse para hacer frente, dijeron, a advenedizos de otros partidos que en el proceso electoral del 2015 intenten arrebatar las candidaturas a los perredistas.
En una reunión en el hotel Las Hamacas, a la que asistieron unas 140 personas, Jiménez Rumbo dijo que ese pacto que hicieron es para ratificar la unidad partidista, específicamente la unidad de las corrientes de ambos: el Grupo Guerrero, de él, y el Movimiento Jaguar, de Ríos Piter.
De hecho, agregó, tal unidad ya se daba en los hechos, pues el diputado local con licencia Celestino Cesáreo Guzmán, del Grupo Guerrero, va como suplente del diputado federal con licencia en la contienda por la senaduría. “Vemos el riesgo de que, si no nos unimos, lleguen políticos de otros partidos que ya no triunfaron allá, y se vengan apoderando gradualmente de un legado histórico, que es el perredismo de Guerrero”, dijo Jiménez Rumbo.
De los conflictos entre ambos grupos, aseguró que ése es un tema del pasado: “Con Armando Ríos Piter no tenemos ninguna diferencia; tenemos una alianza para ganarle al PRI, y eso es muy por encima de las escaramuzas por regidurías, alcaldías y todo lo demás; es una alianza estratégica”, dijo.
En términos parecidos se expresó Armando Ríos Piter: “Queremos que Grupo Guerrero, Movimiento Jaguar y el partido en su conjunto podamos establecer un nexo de alianza que nos garantice cerrar filas para que nuestra militancia se consolide, no se fragmente”. Entonces se lanzó también contra el gobernador: agregó que el objetivo es que el PRD quede unificado después de la jornada electoral del primero de julio de este año, pues, de otro modo, corre el riesgo de que en el 2015 le impongan candidato, como ocurrió con Ángel Aguirre Rivero.
Y dijo más: que la inconformidad por la definición de las candidaturas seguirá los cauces institucionales y que no dará marcha atrás la impugnación que presentó Movimiento Jaguar porque fue un error permitir que el gobernador se reuniera con cuatro corrientes, porque él no es parte de la vida institucional de su partido.
Ambos patentizaron que la ratificación de su alianza no es para presionar por espacios en la planilla que va por el ayuntamiento de Acapulco.
Ríos Piter dijo que el Movimiento Jaguar tendrá un espacio, y Jiménez Rumbo dijo que ése es otro tema. Ríos Piter argumentó que los dos han madurado y pueden mantenerse unidos porque han limado las diferencias que tenían, y porque en política deben tenderse puentes de diálogo, sobre todo si ambos están en el mismo partido, y bla, bla, bla. ¿Usted les cree? ¡Yo tampoco!
Lic. Alberto Mojica Mojica Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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