“Seguimos siendo niños. Dejamos de serlo hasta que pensamos más en nuestra muerte y no en la de nuestros padres”.
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Hace muchos años el niño se perdió en uno. Llegó el día que las cenizas dieron la forma al ser humano maduro, y cada quien pretendió tomar la figura que es. Pasado y presente se encuentran al ritmo de Dios, nada más. ¿Y qué es eso? El instante y la reacción que se posa en el futuro.

O qué es del recuerdo virgen, de la dicha de sentirse atraído por la imaginación y la fantasía de crear nuevos mundos, días con alegría y apuro de ver lo que podíamos merecer, o qué nos darían, la vida la veíamos como un obsequio, un dulce, una entrada gratis a la diversión. No maltrates a un individuo ni mucho menos a un menor de edad, no importa su estado, condición, credo, raza o ideología. Es necesario saber y sentir que al impedir su crecimiento espiritual o mental, transgredes con la única verdad. Amor puro. Tan cristalino e inmaterial, no impidas su rol, no creas que quien dice el bien no lo hace, no creas que quien hace el bien no habla de él. Tu razonamiento entonces no sería humano, sería la de un monstruo disoluto en su malévola naturaleza. En el origen está el final, y en ese viaje podrás distinguir cuántas veces dijiste amor creyéndolo, haciéndolo y ejecutándolo. Todo está en tu núcleo, búscalo, nunca es tarde, nunca. Conocerse es la tarea a realizar, la más difícil después de articular con amor al niño que hace años se perdió en uno.
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La nota en todo su esplendor la dio una mujer de Arteaga, Saltillo, quien dará a luz a seis varones y a tres mujeres. Teniendo con su pareja cuatro más, sumará un total de 13 criaturas, es entonces que la algarabía y lo surreal harán gala en esta familia. Por otro lado, la horrenda noticia emergió desde Tabasco, en el poblado de Villa Tapijulapa, donde encontraron cuatro cadáveres de niños enterrados en una fosa. Desaparecieron cuando iban a su escuela, y es entonces que la pesadilla cotidiana de muchos mexicanos emprendió. Ahí podemos empalmar el bien y el mal, noticias que descontrolan el país. Pero bueno, el ejemplo que late desde los candidatos es el de aterrizar momentos de benevolencia. Como el que subrayó la aspirante al Senado por el tricolor, Claudia Ruiz Massieu, pues consideró “preocupante” la inseguridad que hay en Guerrero, pues mancha con negrura el proceso electoral, al remitirse al asesinato de una capacitadora del IFE y del presunto secuestro de un político en Taxco que pretendía una diputación. Claudia Ruiz Massieu indicó que el miedo y la inseguridad deben apaciguarse y emitió un llamado a las autoridades para garantizar la buena convivencia, y así no sea alarmante salir a emitir el sufragio el 1 de julio próximo. Elevó un eco de paz en estas elecciones. Así como ella, donde la propuesta de Peña Nieto de incrementar la cobertura educativa en un 45% es válida, así como el de comprometerse con vales de medicina para todos, es válida. Lo que no es, viene de los ataques de los distintos rubros, ángulos y trincheras. Como en el caso de Luis Walton Aburto, un guerrerense que venció lo que sería incapaz de vencer alguien que quiere el cargo municipal principal en Acapulco. El montón, el caos y la traición. Acto seguido, Josefina Vázquez Mota, llegó a Taxco y Acapulco, firme y directa con sus cuatro ejes. En su Encuentro Ciudadano, la mujer DIFERENTE espetó palabras congruentes, y sin vacilar contestó las preguntas que miembros de agrupaciones civiles despegaron desde sus asientos. Insisto, el fenómeno de que una mujer gobierne es vital, es y debe ser, un modelo de recuperación en todos los sentidos. Claro, cobijada con asesores expertos, aprendiendo de los errores para sanar a la nación de estas duras caídas. Aquí en el puerto tenemos a una dama que insiste en dar lo mejor del servicio institucional, de la política social, responsable y plural. Me refiero a Digna Marroquín Cisneros, quien se arriesga a representar el Ayuntamiento de Acapulco, y a los habitantes, al género, a los marginados, a todo aquel individuo que por ser ciudadano merece mucho más de lo que ha recibido anteriormente. Dar oportunidades latentes y por qué no, agrandar el espectro de una ciudad que requiere más unión que fragmentación.
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