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*Gobiernos Omisos y Autoridades complacientes con despojos de viviendas
Por José Domingo Gómez Gallardo
Lo sucedido en el municipio de Chalco, estado de México, dónde una anciana mujer (doña Carlota), tuvo que echar mano del coraje y su dignidad personal, para enfrentar a cínicos ladrones que cobardemente la estaban despojando de su casa, derivando aquello en una tragedia que costó la vida a dos de los invasores y su propia libertad a la indignada "justiciera", ya que después de los sangrientos hechos doña Carlota fue encarcelada, junto con dos de sus hijos que la acompañaban.
Ahora tras las rejas y a disposición de una Juez Penal, los tres indiciados por delito de homicidio enfrentan el brazo duro de la Ley, una ley y una autoridad que estuvo ausente, cuando la familia despojada de su patrimonio buscaba justicia para recuperar su vivienda invadida.
Esta situación de los despojos se ha convertido en una epidemia nacional, en la que los agraviados nunca son escuchados y mucho menos atendidos, en su reclamo legítimo de justicia y protección a sus derechos patrimoniales.
Queda claro que los delincuentes bien organizados para apoderarse de lo ajeno encuentran mayor cobijo en la omisión y disimulo de las autoridades, al desatender su responsabilidad de proteger a las víctimas, con lo que se generan consecuencias fatales como las aquí descritas.
Las leyes hablan de que en ningún modo es válido hacerse justicia de propia mano, precepto que se enrarece cuando la misma autoridad obstruye los mecanismos para preservar la legalidad en el conglomerado social.
Luego entonces aquí cabría aplicar aquello de que "Justicia denegada no es justicia", y en consecuencia exigir que así como con Doña Carlota y su familia, también se castigue con rigor a los encargados de las Fiscalías y Ministerios Públicos, que por razones nada éticas ni del derecho niegan toda atención resolutiva, en lo que es su obligación como autoridad y representantes del gobierno.
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