Vamos a comentar en este articulo dos obras muy importantes para Guerrero, importantes por su costo y por su impacto político, social y cultural en nuestro querido estado, dos obras que tocó al gobernador Ángel Aguirre Rivero recibir: el edificio inteligente en Acapulco construido por el entonces mandatario Zeferino Torreblanca Galindo y el teatro Sentimientos de la Nación, por el antecesor de éste, René Juárez Cisneros.
Vamos a comentar primero del edificio inteligente, construido en 70 o 75% por Torreblanca, pues no pudo concluirlo, como eran sus planes, antes de entregar su administración. Esa obra iba a representar su ego como el edificio más moderno del estado, pero su soberbia y poco tacto político hicieron pedazos su sueño, y hoy día es un montón de fierros viejos que solo Carlos Slim podrá recuperar en el rescate del Acapulco Tradicional.
Y es que el gobernador Aguirre no estuvo de acuerdo en entregar oficinas a todo lujo a funcionarios perezosos que no merecen instalaciones de ese nivel, por su baja productividad, por un lado, y por la ubicación del edificio para oficinas de gobierno, por otro, pues las constantes manifestaciones en un lugar eminentemente turístico darían al traste con la ya maltratada imagen de Acapulco.
Por último, los ataques que emprendió el entonces gobernador Torreblanca cuando Aguirre fue designado candidato de las izquierdas a la gubernatura de Guerrero, contra él y el PRD, que realmente dejaron una relación totalmente resquebrajada entre ambos, no permiten al gobierno actual ninguna acción en beneficio del anterior; antes al contrario, el gobierno de Ángel Aguirre tendrá que revisar meticulosamente con la Auditoría Superior de la Federación y la Contraloría del estado todas las irregularidades que pudiesen existir en él.
De la otra obra que recibió el gobernador Aguirre sin concluir, quiero comentar que Torreblanca Galindo tuvo la oportunidad de terminarla ya que el anterior gobernador, René Juárez, se la dejó en 90% y con recursos destinados a su conclusión, y a pesar de que el priista no tuvo ninguna diferencia con el que llegó por las siglas del PRD –al contrario, le reconoció el triunfo inmediatamente después de conocer los resultados–, Torreblanca no quiso llevarla a fin y la dejó abandonada durante seis años.
Cómo es la vida, te lo cobra todo, y en este sexenio le tocó a Zeferino pagar por su soberbia e indiferencia para con el pueblo de Guerrero y su antecesor. Todo lo que se había hecho en el gobierno anterior estaba mal hecho, ésa era su sentencia.
Y ahora sí entramos al tema de la obra majestuosa: Teatro Sentimientos de la Nación. Ésta fue una de las instalaciones culturales a destacar en el sexenio de René Juárez; su nombre original no era Sentimientos de la Nación, era el nuevo Auditorio Estatal de Chilpancingo, con capacidad para 2 mil personas; un inmueble de 5 niveles, con estacionamiento, sala de exposiciones y casi 4 mil metros cuadrados construidos; su inversión fue de 83 millones de pesos.
Esto fue lo que heredó René Juárez, obra que Zeferino dejó abandonada seis años. Sin embargo, llega Ángel Aguirre el 1º de abril del 2011 al gobierno de Guerrero, y en menos de seis meses le da un cambio espectacular: el 13 de septiembre, para ser exactos, fecha emblemática para los guerrerenses –pues se conmemora la instalación del Primer Congreso de Anáhuac–, fue inaugurado este majestuoso Auditorio Sentimientos de la Nación, que se ubica exactamente frente al Palacio de Gobierno y contiene expresiones de muy alta calidad de la tradicional plástica guerrerense.
El gobernador Aguirre hace cambios sustanciales al Auditorio: no solo le cambia el nombre, también hace agregados a terreno, instalaciones y construcción, y finalmente lo deja en una extensión de 23 mil 998.59 metros cuadrados, con una superficie construida de 7 mil 430.43 y un escenario de 634 metros cuadrados. El inmueble cuenta con un foso para orquesta, área de exposiciones y área de graderías, así como un aforo de mil 995 butacas, que incluye 10 espacios para personas con discapacidad.
Es necesario destacar que la edificación está embellecida con murales hechos por las manos diestras de artesanos de Maxela, Xalitla y Olinalá.
Ahora entremos a los detalles que embellecen este hermoso Auditorio: la capacidad artística que priorizan las comunidades de Xalitla y Olinalá en la decoración que adorna las paredes y las columnas de este recinto es para disfrutarse.
En primer plano, sobre la columna, el trabajo de los artistas de este municipio de La Montaña, esta vez no sobre madera, sino sobre concreto, es bellísimo. Después admirará usted su labor sobre los pilares centrales y la entrada al Auditorio.
Posteriormente está la obra realizada por los artistas de Xalitla, comunidad náhuatl que en sus manos lleva la gloria de la creación artesanal: su trabajo adorna la pared interna que cubre el primer piso del Auditorio, obra en blanco y negro que, sin embargo, acaba en una bandera mexicana a colores, bellísima concepción artística.
Es obligatoria la visita de todos los guerrerenses a este hermoso Auditorio que, seguro estoy, transformará para bien la vida de los habitantes de Chilpancingo que, he constatado, están agradecidos con René Juárez por haber transformado nuestra capital de una ciudad pueblerina a una ciudad moderna, La Ciudad de los Servicios, y con el gobernador Ángel Aguirre Rivero, que con voluntad, entrega y pasión por servir a los guerrerenses, le ha dado continuidad a las obras que benefician a Guerrero, pero sobre todo se ha dedicado a transformar y construir un nuevo estado y un nuevo Acapulco.
Esperamos los acapulqueños que le dé el cambio al puerto igual o mucho mejor que René se lo dio a Chilpancingo.
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