Por Alfredo Guzmán
Cuando muchos carniceros gritaban desde galería, ¡“quiero ver sangre”! que llega una viejita y que les dice, ¡“pues váyanse al rastro”!, y que se hace un silencio que indica que prevalecieron intereses superiores y generales de todos los grupos involucrados y no particulares de nadie.
En política, lo que importa son los acuerdos que impidan el rompimiento, que acepten el diálogo y permitan caminar sin enfrentamientos. Al parecer eso prevaleció ahora en el PRI Guerrero.
¿Cuáles fueron los acuerdos?, quizá no los sabremos en breve, pero es evidente que al no haber otro contendiente, cosa que hubiera ocurrido con el registro de otro candidato, se allana el camino a un candidato de unidad. Al menos eso se puede interpretar.
Y un candidato de unidad, siempre será mejor que una lucha interna por la dirigencia, que en el pasado provocó fuertes divisiones en un partido, donde las elecciones internas no han sido la mejor solución para definir a sus liderazgos.
Con la intervención del más alto nivel y de grupos de poder locales, estatales y hasta mundiales, mañana lunes, se registra el candidato que acudió a las instancias, presentó su documentación, hizo su examen y cumplió con los requisitos que establece la convocatoria expedida para elegir al Presidente y a la Secretaria General del Comité Ejecutivo Estatal de Guerrero, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De esta manera y sin conflictos visibles en el frente ni en la retaguardia, Alejandro Bravo Abarca será el candidato únitario que habrá de ser registrado como tal y deberá cumplir con la convocatoria y visitar en 17 días a las bases partidarias y convocarlos a trabajar en unidad, para reestructurar lo que haya que hacer y empezar a establecer la estrategia que les permita fortalecerse para lo que tienen qué hacer en lo subsiguiente.
El candidato priista, deberá realizar visitas a las bases para presentarles el Plan Unitario de acción que englobe las actividades más importantes, en la búsqueda de estructurar junto con todos los priistas y grupos que hacen vida en el estado de Guerrero, acciones y estrategias finas, que permitan caminar en un escenario que los obliga a defender la altísima votación obtenida en los comicios pasados y a organizar a sus bases, y no caer en pesimismos.
La segunda fuerza política en el estado de Guerrero, tiene la obligación de convertirse en una verdadera oposición y no un patiño político como hasta ahora donde sin dirigencia y con diputados aplaudidores del partido en el poder, sin estrategias, sin ideas y simples comparsas de un Legislativo corrupto, que al parecer los ha envuelto y pervertido.
La responsabilidad de Alejandro Bravo Abarca es titánica, luego de que su partido, después de la derrota obtenida en el pasado reciente, caminó sin brújula y sin liderazgos, luego de que la anterior dirigencia abandonó las tareas que tenía obligación de realizar.
Y con la intervención de la dirigencia nacional y los grupos locales, definieron que no era posible continuar así, a la deriva, mientras las tareas políticas del PRI se acumulaban, al estar abandonado por quienes en el pasado reciente se convirtieron en diputados y desde julio a la fecha, no hicieran nada por cambiar el escenario crítico de una organización sin pies ni cabeza.
Las tareas de fortalecimiento, de asesoría a los nuevos cuerpos edilicios, el apoyo moral y político a los militantes con responsabilidades, fueron abandonadas.
Se entiende que con la elección de un nuevo dirigente en el PRI estatal de Guerrero, las tareas serán muy grandes, derivado de que es la segunda fuerza política en el Congreso de Guerrero.
También deberá estructurar su política de alianzas, luego de que junto con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) partido con el que salieron coaligados contra Morena en el 2021, obtuvieron más de la mitad de municipios y una cantidad casi similar en la representación legislativa en Guerrero.
Las tareas son muchas y sin duda que Alejandro Bravo Abarca, deberá tejer fino, mantener el diálogo, establecer alianzas internas y externas, que los convierta en opción competitiva, ante la evidente condición de un gobierno triunfante, que aún no presenta ni el Plan Estatal de Desarrollo ni algún anuncio de obra que impacte socialmente a los guerrerenses.
Al tiempo.
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