Por Alfredo Guzmán Foto: https://permanenciasvoluntarias.com/
Los gobiernos tienen sus tiempos. Los gobernantes sus momentos. El tiempo para Andrés Manuel López Obrador (Amlo), se acaba y su momento aún es reluciente, pero al no tener tiempo para cumplir sus promesas, puede empezar a languidecer, por las prisas.
Las promesas no se cumplen y el tiempo, no se acaba, pero el gobierno sí.
A tres años de haber iniciado un gobierno diferente, que nos prometió que regresaría a los militares a sus cuarteles, no cumplió. Al contrario, lo sacó y ahora los utiliza como constructores y represores de indocumentados y civiles irredentos.
La promesa de regresar a los militares a sus cuarteles, que Felipe Calderón usó contra las mafias, no se cumple, luego de que ante la desesperación de Amlo por no tener posibilidades de detener la violencia, ahora los incluye en su estrategia de seguridad y pone a 100 mil soldados desplegados en todo el país a combatir lo que no hizo, por no poder detener a un solo mafioso, que ahora le saltan a las barbas.
A otros 10 mil soldados, los usa en la construcción de un aeropuerto, que no servirá para que despeguen 140 vuelos diarios, sino de 4 a 8, porque las líneas internacionales, se niegan a despegar y aterrizar en un lugar donde no hay la mínima seguridad. Y a unos más los tiene construyendo un Tren Maya, que destruye la selva y ruinas Mayas.
Por cierto, ya se hacen crónicas de la corrupción del Ejército en el aeropuerto de Santa Lucía.
Hace 3 años prometió tener un sistema de salud al nivel de Dinamarca. Ni siquiera pudo alcanzar el nivel de un africano, luego de que desapareció el Seguro Popular y desmanteló un sistema de distribución que tiene a miles de niños sin medicinas y a millones de mexicanos sólo con paracetamol.
Hace una semana inició una entrega frenética de medicinas, que acaba de comprar, pero y los miles de muertos, que en tres años fallecieron sin tener ninguna posibilidad de atención, sin diálisis, sin posibilidades de ser operado y sin la mínima atención médica básica. Muchos menos los niños y adultos enfermos de cáncer, por ejemplo.
Miles de ciudadanos sin tener el cuadro completo de vacunas contra Covid19, siguen muriendo.
Ante los anuncios de no ser prioridad, el uso de energías limpias, el gigante automovilista General Motors, se va del país una de las principales armadoras de autos, porque el gobierno de Amlo, anuncia que hará de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) será prioridad, ante la inversión extranjera que pondera el uso de sol y de aire, para la creación de energía.
Ese sólo anuncio, indica por dónde va a irse otras empresas, que son obligadas por sus países a cambiar el uso de combustóleo, para sus procesos productivos.
No hay inversión, se cae la producción, no hay crecimiento, la economía empieza a vivir procesos inflacionarios, que afectan el bolsillo de millones de mexicanos.
El anuncio de un mejor gobierno, no llega. La promesa de crear más y mejores empleos, no se cumple.
Lo que si se ve, es la entrega de recursos financieros a quienes no producen nada, con propósitos electorales.
Un gobierno que ha fallado en todo, ya prepara a su sucesor, o sucesora, como si el escenario que se vive, fuera como para festejar la destrucción que han generado los que anuncian que hay que seguir por una senda que hasta el momento ha demostrado, la creación de un caos y un proceso de crisis, que no le vemos fondo.
Sin dinero, sin obras, sin creación de empleos, sin medicinas, sin atención básica y con una violencia que no tiene freno, lo que nos queda es rezar.
¿Ese fue el gobierno que nos prometió Amlo?
Creo, que no. Se nos prometió vivir sin corrupción y no licitar obras es corrupción. Impedir que la sociedad reclame acciones que le afectan por medio de amparos, es un golpe de Estado.
Violar la Constitución, en aras de que no se vean afectadas sus obras, que anuncian ser un fracaso, es corrupción y golpear la mesa, por desesperación, al acabárseles el tiempo y no haber destruido al país, como no se nos dijo que sería.
Ante ese escenario, ya preparan a sus sucesores a medio sexenio, es una pena y vergüenza ajena.
¿Este es el país, que nos prometió Amlo?
No hay un solo preso por corrupción y varios de este gobierno, siguen robando.
Pobre México.
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