Por Baltasar Hernández Gómez۞ Foto: https://latinus.us/
Lunes 8 de noviembre de 2021.-
Un segundo, un minuto, un día o toda la vida es el instante inequívoco de lo que se ha sido y se es en la acción. En las cinco semanas y media que Abelina López Rodríguez tiene ejerciendo la representación obtenida por los votos acapulqueños ha demostrado lo que es y pretende ser.
Haberse formado en las filas de movimientos sociales minoritarios, siguiendo las manecillas del reloj político-electoral, de haberse sometido a las exigencias y estilos de gobernantes (como lo hizo con Zeferino Torreblanca Galindo, exPresidente de Acapulco y exGobernador de Guerrero y ahora con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y su padre, el senador Félix Salgado Macedonio) no es garantía de haber conseguido facultades políticas y gubernativas.
La Presidente López Rodríguez fue, hasta el último día del mes de septiembre, abanderada de causas propiciadas por tribus invasoras de terrenos, comerciantes ambulantes y de partidos políticos a los cuales se ha afiliado en los últimos treinta años para vivir de las nóminas municipales, estatales y nacionales.
De tonta no tiene un pelo, pues los resultados obtenidos la hicieron una líder que configuró un currículum que la catapultaron a diversos cargos y le dieron patrimonio personal y una imagen de mujer hosca, que al menor asomo de complicaciones, utiliza presión y actos intimidatorios.
Su conducta frente a colonos que le exigen a lo que tienen derecho como: agua potable, drenaje, seguridad pública, obras funcionales, apoyos productivos es eminentemente contestataria y como apunta en uno de sus escritos un periodista local… "lo bronco le brota por lo poros ante cualquier situación que no puede manejar.
En el discurso de Abelina López prevalece la idea de que si están con ella y defienden sus propósitos las personas tendrán atención y solución parcial a sus demandas. Su estilo personal de “gobernar” se caracteriza por desconocimiento disfrazada de prepotencia, pues al estar frente a personajes de la vida estatal y nacional se doblega en la opacidad.
Sólo entre correligionarios políticos levanta el rostro y emite mensajes surrealistas donde unas veces internacionaliza a Acapulco y otras muchas afirma que todo lo que hará estará dirigido a las clases más empobrecidas por la miopía e intereses neoliberales.
En poco más de un mes de haberse sentado en la silla presidencial Abelina López exhibe su ineficacia gubernamental, ya que la problemática de recolección de desechos sólidos, la distribución de agua potable, el reforzamiento de la seguridad pública, la funcionalidad de los trámites administrativos y apoyos al sector productivo local son todavía letra muerta.
No es con gritos y sombrerazos ni presiones e intimidaciones como Acapulco, el de los acapulqueños, guerrerenses y mexicanos que residen y vienen de visita, levantará el vuelo para dirigirse a un estadio de desarrollo económico, social y que haya gobernabilidad-gobernanza.
Es lamentable que la improvisación y la ocurrencia sean los factores para poner en marcha tareas de gobierno, programas sociales y de comunicación.
No es con un festival digno de una exposición escolar como va a reactivarse el turismo y la cultura y menos aún cuando "La Nao 2021" resulta surrealista al ser estructurado con un desfile de apertura tan pobre estéticamente hablando, que pone en relieve la miseria de la inversión del gobierno de Acapulco, llegando a solicitar la participación de grupos sociales para que marchen con disfraces de Halloween, y colocando reproducciones de fotografías de pésima calidad y montando un stand maltrecho en el zócalo, tratando de rendir tributo al inigualable compositor oaxaqueño Álvaro Carrillo con reproducciones digitales de bajo presupuesto, que muestran credenciales de identificación y fotos de la camioneta accidentada donde perdió la vida.
Qué pobreza de recursos y qué miserias culturales y personales dejan ver los funcionarios que siguen al pie de la letra los requerimientos de la Presidente municipal. Se nota a todas luces que no hubo planeación, homogeneidad de contenidos ni de formas.
La pequeñez del festival y las acciones gubernamentales se debe a la prisa, a la locura de quedar bien -a como dé lugar- y tener el visto bueno de la gobernadora, el partido Morena, queriendo ser protagonista de las tarjetas informativas dirigidas al Presidente de la República.
La “Jefa Abelina” tal y como le dijo el sábado pasado una líder de ambulantes de Las Cruces, cuando llamó por teléfono celular a la Presidenta para que instruyera al titular de Vía Pública que detuviera el operativo contra sus agremiados. Abelina López respondió, los ambulantes siguen ahí y el personal de la dependencia municipal se retiró, haciendo de tripas corazón por las manifestaciones de burla de quienes invaden las banquetas y calles de Acapulco.
Abelina López está ejerciendo su mandato con ocurrencias a una velocidad vertiginosa sin la intención de encontrar soluciones sustentables y perdurables a los problemas heredados no sólo por administraciones "fifís", sino de su propio partido.
Lo que debe quedar en claro es que no es a través de amenazas, presiones, retiro de recursos ni ingeniosidades como Acapulco va a superar la crisis económica, social y existencial que enfrenta. No es con la pretensión de ser reconocida como doctora en Derecho validada por una institución sin autoridad académica y moral ni alzando la voz, dando manotazos y mucho menos con la complacencia de las autoridades estatales y federales como podrá gobernar al municipio.
Es tiempo de corregir por medio de trabajo estratégico, de consenso y respeto, Sra. Presidente... Acapulco requiere seguir siendo Acapulco para rato.
**Baltasar Hernández Gómez es politólogo, comunicador, asesor, escritor y catedrático-investigador.
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