Bien por los homenajes a Gonzalo Rivas, pero hacerle justicia ¿cuándo?
Hoy, cuando se espera que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos rinda un Informe Preliminar sobre el caso de los dos estudiantes de Ayotzinapa asesinados por elementos policiacos durante el desalojo del 12 de diciembre pasado, hay quienes festinan por adelantado que “traerá tranquilidad política” a Guerrero -¿será que ya está pactado no hacerle más ruido al gobernador Aguirre?-; pero lo que no traerá ese informe, por desgracia, es justicia verdadera… por lo menos para Gonzalo Rivas Cámara. El Informe de la CNDH recomendará sanciones para mandos policiacos estatales y exfuncionarios destituídos por el gobernador Ángel Aguirre al día siguiente de la tragedia, y ya se sabe que no tocará de ninguna manera el tema del juicio político en contra del mandatario, que es una de las causas que sí está promoviendo la dirigencia nacional del PRD, y que es operada sospechosamente por el coordinador de la bancada perredista en la Cámara de Diputados, Armando Ríos Pitter, a quien le han hecho creer que podría ocupar el lugar de Aguirre si este tuviera que pedir licencia.

Lo malo, sin embargo, es que todavía falta la investigación de a de veras, la que lleva a cabo la Procuraduría General de la República, que esa sí sería la base para cualquier movimiento político que se quisiera promover a favor o en contra del gobierno de Guerrero.

Por eso no se explica el nerviosismo con que actúan los asesores del gobernador, que le organizaron una marcha de apoyo en Chilpancingo la semana pasada y otra que estaría por llevarse a cabo en Acapulco, con el propósito de enviar el poco creíble mensaje de una unidad y de un “levantamiento popular” a favor de Aguirre que están muy lejos de percibirse en la opinión pública ciudadana.

Lo peor es que el tema que se le sigue olvidando a todo el mundo es el del héroe de Chilpancingo, Gonzalo Rivas Cámara, quien fuera trabajador de la gasolinera atacada por los ayotzinapos el 12 de diciembre, y que murió a consecuencia de las quemaduras que sufrió al apagar el incendio provocado por una bomba Molotov lanzada a una máquina despachadora de combustible por un vándalo ayotzinapo, de quien ya se debería saber su identidad.

Porque aún cuando hay que reconocer la sensibilidad política y social del alcalde Héctor Astudillo Flores, que le hizo un público reconocimiento al fallecido Rodrigo y promovió que el Cabildo lo nombrara Hijo Predilecto de este municipio –algo muy merecido y que apoyamos-, lo que necesitamos es justicia.

Una justicia que merecen en primer lugar Rodrigo Rivas y su familia, y en conjunto la sociedad de Chilpancingo, que está harta y enojada ante los delitos y actos vandálicos que impunemente cometen –y han cometido por años- los dirigentes estudiantiles, alumnos y egresados de la Normal de Ayotzinapa.

Claro que debe castigarse a quienes dispararon contra los alumnos asesinados y a quienes integraron la cadena de mando responsable de dar la orden de disparar; pero también debe castigarse a los dirigentes de Ayotzinapa, a los que ordeñaron el combustible y a quien lanzó la bomba Molotov.

No debe dejarse impune la muerte de Gonzalo solo por razones políticas o como método para evitar escándalos en la prensa nacional. La justicia debe ser pareja y castigarse a los ayotzinapos delincuentes y asesinos.

Ojalá que en ese sentido, el Informe de la CNDH señale las omisiones del gobierno del estado en el caso de Gonzalo Rivas. Porque ningún elemento policiaco dio protección a la gasolinera en la que los ayotzinapos robaban combustible –un delito flagrante-, ni lo impidió ni detuvo a nadie por eso. Tampoco se detuvo a quienes portaban bombas Molotov, ni se aplicaron medidas para preservar elementos de investigación sobre el ataque a la gasolinera.

Ningún elemento estatal ayudó a Gonzalo Rivas en su acto heroico de apagar el fuego, y solo sus compañeros lo auxiliaron cuando se quemó. Nadie más intervino hasta que llegó la ambulancia. Esas omisiones también deben tipificarse para sancionar a los responsables, pues al final dieron lugar a la muerte de Gonzalo Rivas Cámara.

Por lo que de nuevo preguntamos ¿quién le hará justicia a Gonzalo Rivas? ¿Dejará de omitir su muerte un gobierno demasiado nervioso, ocupado solo en salvarse a sí mismo?

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