Por Noé Mondragón Norato Foto: https://ahoraguerrero.mx/
Alternancias pasan. Retornos del PRI al gobierno federal. Arribo de la Cuarta Transformación que, en realidad, no ataca a fondo la corrupción en la función pública. Y por eso se enquistan los tiranos.
Aquellos que convirtieron los cargos públicos, en patrimonios personales. No hay democracia que los vulnere. Tampoco partidos políticos ni actores que los cuestionen. Sus feudos están a salvo mientras existan complicidades de valores entendidos con todos ellos. Eso es justo lo que ocurre al interior de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), con uno de los principales representantes de esa dictadura: el rector Javier Saldaña Almazán.
OPACIDAD Y CORRUPCIÓN. -Desde que inició como rector hace casi ocho años, el actual rector de la UAGro se negó a poner en marcha portales de transparencia, lo cual infiere el nivel de ocultamiento y desaseo en el manejo de los recursos financieros de esta empobrecida y saqueada universidad. Y hay otros lodos que acaban de brotar derivado de esa misma opacidad:
1.- En redes sociales circuló una lista con los ostentosos salarios de varios empleados del rector que percibían hasta el 2019, remuneraciones ofensivas que se pagaron quincenalmente y que ninguna fuente de la rectoría ha desmentido hasta el momento. Justamente, porque el rector no ventila su propio salario ni cuánto gana cada funcionario. En este rubro, destaca el coordinador de asesores Fernando Jiménez Medina, quien percibía la bicoca de 43 mil 654 pesos quincenales. Para el 2021 y con la aplicación del ISR a todas las prestaciones, debe andar por lo mismo. El punto que perturba apunta hacia otro lado: Jiménez Medina no aparece en el registro de cedulas profesionales de la SEG. Los seis homónimos que sí están registrados, tienen otras profesiones y hasta un alumno de Bachillerato aparece. Pero no él. El rector Javier Saldaña lo necesita ahí para operar su próxima e infame reelección.
2.- Otro de los que ganan mejor que el presidente AMLO, es el secretario general académico, José Alfredo Romero Olea. Percibía de acuerdo a esa lista y hasta el 2019, 54 mil 45 pesos quincenales. De este personaje salta un dato también perturbador: el viernes 13 de enero de 2017, tomó protesta como rector interino con el fin de operar juntos la primera reelección de Javier Saldaña, sin mostrar su título y cédula de doctorado en Derecho, otorgado por el opaco Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla. De acuerdo con el registro de profesiones de la SEG, la cédula le fue expedida justamente, ¡¡en el 2017!! Lo cual confirma que la corriente Fredeuag en aras de no soltar el poder, es experta en violentar estatuto y Ley de la UAGro.
3.- Más que un asunto de corrupción, la eventual tercera reelección de Javier Saldaña es un plan con maña orquestado por el gobernador Héctor Astudillo Flores en mancuerna con el senador tricolor, Manuel Añorve Baños, quien desde el 2010 ha tomado el control político de la UAGro. Ambos personajes necesitan al rector Javier Saldaña despachando en la UAGro por cuando menos dos cosas:
A) Asumir como contrapeso de poder a un eventual gobernador del Morena. A través de la movilidad estudiantil, docente y de trabajadores administrativos, Saldaña se vestiría con el traje de defensor de los derechos laborales, demandando al gobernante morenista no solo mayor subsidio a la UAGro, sino erradicar el pago del ISR a las prestaciones laborales. Es una bandera política rentable para un personaje que espera agazapado, la cuerda que otros actores de poder apliquen sobre él.
B) Darle continuidad a la corriente caciquil FREDEUAG, con el fin de mantenerla como reserva política de votos en temporadas electorales. Sobre todo, si Añorve opera su reelección como senador en 2024. La UAGro no es el feudo de un solo tirano, sino de al menos dos más que lo mueven externamente. Y mientras, los trabajadores universitarios siguen padeciendo arbitrariedades y excesos. La lista de esos salarios ofensivos es la prueba fehaciente.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Desbocado y tras quedar su primo Pablo Amílcar Sandoval a la zaga en la disputa por la candidatura al gobierno estatal, el diputado local del Morena por el distrito 7, Moisés Reyes Sandoval, no quiere la reelección porque sabe que con toda la tropa y los recursos de que dispondrá Ricardo Astudillo, el hijo del gobernador, la perdería. Y por eso busca anotarse en la contienda por la alcaldía de Acapulco, donde sus posibilidades de ganar son todavía más remotas. En realidad, quiere una regiduría. A ver si le alcanza.
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