Por Jorge Romero Rendón Foto: https://www.facebook.com/groups/1515113345476477
Después del mensaje mediático y penal que generó la denuncia en su contra por presunta violación sexual, alguien tiene que decirle a Félix Salgado Macedonio que detrás del escándalo está el clarísimo aviso “desde muy arriba” de que él no va a ser de ninguna manera el candidato de Morena a gobernador de Guerrero.
El mensaje ya se lo habían dado por las buenas hace unas semanas, cuando pidió una breve licencia a su cargo de senador para hacer amarres que le dieran respaldo a sus aspiraciones, luego de que decenas de encuestas –unas más o menos certeras, otras cuchareadas al gusto del cliente- difundidas desde hace dos meses dejaron en claro que su popularidad superaba en números a otros aspirantes, especialmente al favorito sentimental del presidente.
Pero aun cuando se regresó en menos de una semana a su curul en el Senado, Félix y sus aliados dentro y fuera de Morena se convencieron de que don Andrés López Obrador debería repensar sus querencias, y que la mejor forma de hacerlo era demostrando que el calentano estaba firme y que sería capaz de llevarle el triunfo a su partido en charola de plata al presidente en junio del 2021, o antes, de revelarse los resultados de la encuesta que supuestamente sería definitiva para designar al candidato a la gubernatura en diciembre próximo.
De modo que Félix decidió irse por la libre y volvió a pedir licencia al Senado, esta vez “definitiva”, para trabajar en pos de alianzas que fortalecieran no sólo su aspiración personal, sino que “demostrara al Peje que podía arrasar en las elecciones” con apoyos de todos los partidos.
Tan convencido estaba, que algunos se fueron con la finta de que era “el bueno”, y entraron en tratos con Félix para promoverlo y acordar incluso candidaturas de facto para los externos que se sumaran de otros partidos. Un ejemplo concreto fue el de los hermanos Ricardo y Javier Taja, ambos priistas, uno excandidato a la presidencia municipal de Acapulco en 2018, y el otro director general de la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria (CICAEG) del gobierno estatal…
En caída libre, y falta todavía…
Sin embargo, a los pocos días, luego de los triunfos electorales del PRI en Coahuila e Hidalgo, llegó un nuevo mensaje, pero desde Chilpancingo, y los hermanos Taja se regresaron al PRI. Desde entonces Félix bajó su perfil y sólo mandaba difundir encuestas y más encuestas, que luego le fueron respondidas por otros aspirantes, hasta que se hizo un caos que afectó la credibilidad de esos estudios y de las empresas cuyo nombre estuvo involucrado.
En ese marco, con un Félix cauto, pero echado para adelante en Morena -partido cuyos dirigentes empezaron a tratarlo con frialdad-, se movió por vías alternas, buscando a los líderes del PT y de Movimiento Ciudadano, para ofrecerles ser su candidato. Pero el PT tenía comprometida una alianza con Morena, y el hombre fuerte del partido naranja, Dante Delgado, no le ha dado una respuesta clara, a pesar de que su primera opción, el externo Armando Ríos Piter –revivido para ser presentado como posible abanderado- se quedó mudo desde hace casi dos semanas. Incluso ese partido ya presentó a otro externo como su posible candidato.
Y entonces llegó lo inevitable, el golpe duro, seco, en la forma de una denuncia del 2016 publicada ayer por el diario nacional Milenio, que generó el escándalo ya conocido por todos.
El tema de fondo por ahora no es sólo que se le siga o no un proceso legal a Salgado Macedonio de comprobarse su culpabilidad, sino el significado político que tiene, y que lo descarta moralmente para ser candidato a gobernador por Morena o por cualquier otro partido.
Esto, a pesar del anuncio de que podría abanderar al Partido Verde o al PT o a los dos juntos. Porque el mazazoque le dieron todavía trae cola y las cosas se le complicarán a Félix si trata de seguir adelante, en contra de los designios presidenciales.
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