Por Enrique Vargas Orozco.
Alianza PRI-PRD por la gubernatura; posible se agreguen MC y PAN.
Guerrero está en pleno proceso electoral que tendrá su culminación el primer domingo de junio del 2021, del que saldrá el nuevo gobernador del estado, los 9 diputados federales los 28 diputados locales uninominales y los 81 alcaldes de los municipios del estado.
Los partidos hacen alianzas para mejorar sus posibilidades de alcanzar los triunfos que buscan en el estado, aunque es obvio que el cargo más importante es el de gobernador, que sustituirá a Héctor Astudillo Flores.
En busca de alcanzar ese objetivo el PRI y el PRD ya aceptaron la alianza para tratar de ganar el espacio que quedará vacante en octubre del año próximo.
Es lógico que todos los partidos tienen ese objetivo en común, alcanzar la gubernatura del estado, aunque no todos pueden lograrlo, sino que eso está limitado para los partidos del PRI, PRD y Morena, porque en el caso de Guerrero el PAN tiene una membresía muy baja, además de Movimiento Ciudadano (MC) y el Verde Ecologista (PVEM), que buscarán con quien aliarse para figurar en la elección.
Hay muchos partiditos nuevos, que sólo van de comparsas del gobierno federal.
Ya está la primera alianza entre PRI y PRD, acordada por Esteban Albarrán Mendoza, del partido tricolor y Alberto Catalán Bastida del sol azteca, además del MC y el PAN, por lo que esa alianza es la más fuerte, frente a Morena que puede ir aliada con el Verde Ecologista (PVEM) y algunos otros.
Por el lado del PRI-PRD-PAN está por definir a su candidato principal entre Mario Moreno Arcos y Manuel Añorve Baños, aunque hay una mayor tendencia en favor del primero de ellos, aunque el segundo no acepta hasta ahora quedar en segundo lugar, de modo que será la asamblea estatal del partido la que habrá de definir a su abanderado.
Por el lado de la alianza Morena y Verde Ecologista, el exceso de aspirantes, que se imaginan una gran victoria, se convierte en su primer problema, porque ahí la buscan Pablo Amílcar Sandoval, quien se cree el consentido de su Mesías, pero carece de una buena aceptación entre la gente del estado; le sigue Luis Walton Aburto, el empresario metido a político, para continuar con Félix Salgado Macedonio, que al parecer se encuentra en estos momentos como el perro de las dos tortas y en riesgo de quedarse chiflando en la loma.
También ha hecho una labor importante en todo el estado Alberto López Rosas, a quien no lo consideran dentro de Morena, de modo que también tiene que buscar dónde le dan la posibilidad de competir.
DIRIGENTES Y CANDIDATOS DE MORENA ESPERAN REPETIR LA ELECCIÓN DEL 2018.
En Morena están pensado o más bien están soñando en que en esta elección se repita lo que ocurrió en la de 2018, cuando se llevaron casi todo, pero eso no va a ocurrir, primero, porque su líder, AMLO no va en la boleta en esta ocasión y él es quien jala a los votantes y, en segundo lugar, que el ejercicio del gobierno desgasta y el gobierno del Peje tiene un gran desgaste, porque no ha logrado llevar los beneficios y los cambios que le prometió a la gente.
El PRI tiene dos aspirantes, aunque uno de ellos (Añorve), con una carga negativa que puede ser un obstáculo para lograr buenos resultados, mientras que Mario Moreno se ha mantenido sin manchas por corrupción o malos manejos.
Además, tiene deudas a su favor de quien maneja el grupo más fuerte en el PRD (Aguirre), que en gran medida le debe a Mario haber derrotado a Añorve en la ocasión en que contendieron, luego de la gubernatura de Zeferino, cuando la cúpula priista era dominada bajo cuerdas por el sonorense Manlio Fabio Beltrones, para algunos (el Padrino), que en ese tiempo era el poder tras la dirigencia formal que estaba en manos de Beatriz Paredes Rangel.
Añorve era el secretario de Manlio y le pidió que lo arropara, como lo hizo, y por eso dejaron fuera a Aguirre, que molesto abandonó la sede del priismo nacional para luego, con la candidatura del PRD, ganar la contienda, con la buena colaboración de Mario Moreno.
Así, pues, las posibilidades de triunfo están más del lado del priismo y sus aliados y en favor de Mario Moreno, aunque habrá que ver que espacios serán para el PRD y para el MC, si finalmente se agrega a esta alianza, y el PAN, que estaban por unirse también.
Esteban Albarrán y Alberto Catalán, dirigentes de los dos principales partidos que van en la alianza entendieron bien la jugada con la que esperan llevarse el premio mayor de la contienda, y ya en el reparto de posiciones vendrán las negociaciones sobre las diputaciones federales y locales y las 81 alcaldías, en especial Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Zihuatanejo, Chilapa, Ciudad Altamirano y otras con buen peso político.
Acapulco es la joya de la corona, es difícil para el PRI, aunque también para el PRD ya que los últimos perredianos alcaldes dejaron una imagen pobre, mientras que en Chilpancingo, es muy posible que retorne al PRI, luego de la actual gestión del PRD, ya que antes los priistas realizaron la mejor labor y los que lograron las mayores y mejores obras.
También deberán tomar en cuenta en el reparto a sus otros aliados, MC y PAN.
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