Por Noé Mondragón Norato Foto: https://suracapulco.mx/
A diferencia de otras mujeres comunes, la suerte y el destino de las consortes en política, se liga necesariamente, a las relaciones e influencias de sus esposos en los apretados círculos partidistas del poder de donde abrevan. Y a través de la cuales se instalan cómodamente, en los beneficios que otorga a quienes aplican de este modo, los nepotismos, que son, junto con los peculados y los tráficos de influencias, los tres elementos que componen la corrupción política. Pero eso no interesa mientras se preserve el poder. Hay casos muy notorios.
ESPOSAS BENEFICIADAS. – Proclives a la simulación y a la utilización de un discurso político encaminado a justificar los desvaríos de poder de sus esposas y los de ellos mismos, los maridos que ya tuvieron cargo público intentan preservarlo a través de sus cónyuges. Se recuerda el caso del expresidente panista Vicente Fox, quien impulsaba como sucesora en el cargo que dejaría en 2006, a su esposa Martha Sahagún. «¡Ya la buscan más que a mí! Confesaba pícaro y nada disgustado con la idea de perpetuar a su familia», escribió la periodista argentina Olga Wornat. Las presiones de diversos actores lo obligaron a declinar en su corrupta pretensión.
Pero en Guerrero esta cultura es fomentada sin que nadie diga nada. Hay cuando menos cuatro casos recientes:
1.- El coordinador estatal del PT, Victoriano Wences Real, empujó en 2018 a su esposa Leticia Mosso Hernández, como diputada local plurinominal en la actual 62 legislatura. En entrevista reciente, asumió que ese premio y reconocimiento político no fue por su relación sentimental «sino por el trabajo político que ya había realizado». Es decir, de todas las mujeres del municipio de Tlapa, ella se destacó y ganó su nominación. Atrás quedaron otras quizá, con mucho más mérito. Wences Real jamás admitirá que su esposa es producto de sus presiones al interior del PT y que cometió un muy visible acto de nepotismo al beneficiarla en la curul. El problema es que no existe legislación alguna que castigue los nepotismos. Y entonces, será un vicio de la corrupción que seguirá acompañando a todos los cínicos e insaciables de poder.
2.- Para que la equidad de género no le arrebatara su espacio de poder, el dirigente estatal panista Marco Antonio Maganda Villalba, no solo convirtió en diputada federal plurinominal a su esposa Guadalupe González Suástegui, sino que la empujó como diputada local en la actual legislatura por esa misma vía. Dueño de ese partido, pretendió heredarle la dirigencia estatal apenas entrando en funciones como legisladora. Esa queja la hizo pública Carlos Arturo Millán Sánchez ex secretario de la delegación estatal panista. Como sea, Maganda Villalba no dejará que nadie más pase. Entre él y su esposa —así como su expresidente Vicente Fox— ejercen un poder a cuatro manos.
3.- El exedil perredista de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, no se quiso quedar atrás. En la elección de 2018 metió a la competencia electoral por el distrito 9, a su esposa Perla Edith Martínez Ríos. Y para asegurar su arribo a la actual 62 legislatura, la incluyó también en el segundo sitio de la lista de diputados plurinominales perredistas. Perdió la elección en urnas, pero pasó como pluri. Una forma cómoda de asegura el poder.
Evodio está desatado en su pretensión por convertirse en candidato a gobernador para la elección de 2021. Pero es claro que, priorizando los nepotismos y los beneficios a su familia, no llegará muy lejos. No cuando viene, además, chamuscado por su polémico paso por la alcaldía de Acapulco.
4.- Bañado de cuerpo completo por una administración corrupta y que nunca manejó portales de transparencia para ventilar la aplicación de su gasto, el edil perredista capitalino, Antonio Gaspar Beltrán, es epígono de los nepotismos. Y por supuesto, de trasladar su sentimiento amoroso, a los beneficios políticos hacia su pareja. En redes sociales y en medios de comunicación, comenzó a darle cuerda a su esposa, Yazmín Arriga Torres. Busca la diputación local plurinominal por el PRD. Enfebrecido de poder, Gaspar Beltrán no alcanza a dimensionar el tamaño de su error. Porque el PRD está en declive. Y las tribus no están para complacer caprichos sustentados en ineficacias y corruptelas.
HOJEADAS DE PÁGINAS…A pesar de la cercanía electoral para renovar rector en la UAGro, al actual Javier Saldaña no parece preocuparle demasiado. Fue dos veces rector y nunca manejó portales de transparencia. Pero la irritación de los trabajadores universitarios por la aplicación del ISR tocó de muerte a su corriente el FREDEUAG, para retener la rectoría. Y a él mismo, en su desbocada y desproporcionada pretensión por convertirse en candidato a gobernador.
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