Por Miguel Ángel Arrieta Foto: https://lasillarota.com/
El inicio del proceso electoral 2020-2021, lunes siete de septiembre, abre inevitables espacios públicos de evaluación sobre el rendimiento de quienes recibieron un voto de resguardo ciudadano en 2018, a cambio de renovar un sistema de poder obsoleto. Obviamente, a este análisis no escapa el Congreso del Estado, cuyos integrantes, en su mayoría, continúan atrapados en una burbuja de elitismo desprendida de su hoguera de las vanidades.
Rumbo a una elección constitucional en la que algunos legisladores aspiran reelegirse y otros más competir para alcaldes, pocos de los diputados de la LXII legislatura pasan la prueba que los acredite calificados a mantenerse en una línea competitiva.
Por lo menos, cinco de los siete representantes de los distritos locales de Acapulco exhiben un trabajo legislativo paupérrimo, deficiente y decepcionante. Repasar distrito por distrito el rendimiento de cada uno, ocuparía volúmenes enciclopédicos en tiempos de digitalización e internaútica, lo que orienta el análisis hacia un solo ejemplo que reproduce lo observado en las demás demarcaciones distritales:
El 95 por ciento de los habitantes de las colonias La Laja, La Frontera, La Quebradora, Francisco Villa, Vista Hermosa, Loma Bonita, Vicente Guerrero, Miguel de la Madrid, Emiliano Zapata, La Postal, Sinaí, Lázaro Cárdenas, Primero de mayo, y otras 25 ubicadas en la parte norte de la carretera Acapulco-México hasta el poblado de El Treinta, área que comprende el V distrito local, no conocen ni siquiera el nombre de su diputada.
El quinto distrito local comprende una zona de desarrollo urbano localizado en la parte alta del anfiteatro acapulqueño, con servicios públicos agudamente deteriorados cuyo mayor impacto se refleja en continuas interrupciones del servicio de agua potable, transporte deficiente y riesgoso, servicio irregular de recolección de basura, colonias controladas por cárteles locales y su perímetro se extiende además de La Cima hasta el poblado del 30, es decir, atraviesa un área de extrema marginalidad dominada por cinturones de miseria y conceptualizada como una de las partes más peligrosas del país de acuerdo a un estudio realizado por la Sedatu en 2013.
La diputada por ese distrito es Teófila Plateros Avilés, quien obtuvo el triunfo en 2018 con 23 mil 462 votos otorgados a Morena, más los que obtuvo por el PT y el PES, lo que la proyecta abiertamente como una de las figuras beneficiarias del tsunami AMLO; sin que nadie la conociera, sin hacer campaña, sin compromisos ni propuestas legislativas, ocupó la diputación ante el imperativo circunstancial de que su nombre apareció en la misma boleta en la que figuraba López Obrador.
En la práctica, el Congreso de Guerrero es una especie de mini estado en el que numerosos personajes se han derrumbado por el desgaste del cargo, pero en el caso de los diputados por Acapulco pareciera que no naufragaron porque ni siquiera se subieron al barco. Y no por falta de capacidad, sino porque les falta habilidad política y sensibilidad en un cargo cuyas herramientas son principalmente esas variantes.
El Congreso de Guerrero termina siendo también un sensor de resistencia e incapacidades: de ahí que haya quienes transiten por la legislatura con aprobación de sus electores. Después de todo, hay quienes dentro de la legislatura aun interpretan que el ejercicio político en funciones multiplica los problemas y la desatención a la esfera de gestoría diluye las soluciones.
No puede pasarse por alto que un diputado de la pasada legislatura local es quien actualmente se desempeña como gobernador de Guerrero.
En la LXII legislatura los negritos en el el arroz son escasos; Olaguer Hernández Flores, distrito XIX con cabecera en Eduardo Neri, (PRI) (Zumpango de Neri), mantiene una inter acción continua con comuneros y productores agrícolas de la zona serrana del centro del Estado; Robell Uriostegui Patiño, (PRD), distrito XX con cabecera en Teloloapan, dedicado además del trabajo legislativo a gestionar recursos económicos ante el gobierno y el congreso federal para realizar obra pública en su demarcación, incluso en algunos casos con mayor capacidad que los alcaldes de ese distrito; Marco Antonio Cabada, (Morena), VI distrito con cabecera en Renacimiento, Acapulco. De acuerdo a indicadores de rendimiento legislativa, es el diputado con mayor número de iniciativas presentadas y el que más intervenciones ha tenido en la Tribuna del Congreso local; Zeferino Gómez Valdovinos, (Morena), IX distrito por Acapulco, identificado como el único diputado dispuesto a donar seis meses de salario para apoyar a trabajadores afectados por la pandemia y quien se dedicó a instalar 17 comedores comunitarios por todo Acapulco para auxiliar a quienes perdieron sus ingresos debido a la crisis del Covid-19.
Cierra esa relación el legislador por el XXI distrito con cabecera en Taxco de Alarcón, Omar Jalil Flores Majul, ex alcalde del municipio platero que mantiene en operación una serie de fundaciones y organismos altruistas para atender también a los afectados por el cierre de fuentes de empleo y auxiliar a grupos de niños vulnerables.
En el fondo, como se están revelando las cosas, la acumulación de datos y resultados sobre el trabajo legislativo de los últimos dos años, orientará quiénes de los actuales diputados seguirán con vida partidista después de la elección del seis de junio del 2021.
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