Por Enrique Vargas Orozco.
La pandemia obliga a recortar obras y servicios para atender enfermos.
La pandemia del Covid-19 provocó muchas muertes, que en el mundo casi llegan a un millón de personas pero, además, causó un daño económico muy profundo que habrá de permanecer mucho tiempo más y dejará un mayor número de familias en pobreza y en pobreza extrema, espacio en el que está Guerrero, que arrastra situaciones de pobreza que en muchos casos llega hasta la miseria.
Varios programas sociales y obras diversas se han tenido que suspender para destinar los fondos que tenían asignados a la atención de la pandemia en el estado que en estos momentos afecta a unas 12 mil 765 personas, de los cuales un mil 514 perdieron la vida.
Lo más importante es cuidar la salud de la gente del estado y procurar darles la mejor atención a quienes tienen la mala fortuna de contraer el virus que causa la enfermedad que puede llevar hasta la muerte.
Por esa situación, el gobierno de Héctor Astudillo Flores se ha visto en la necesidad de tomar recursos financieros de diversos programas y obras, para cubrir las necesidades que plantea la pandemia.
Primero tuvo que tomar 200 millones de pesos con esa finalidad, pero fueron insuficientes, de modo que ahora, la urgencia reclama otros 241 millones de pesos más para mantener la atención de las personas infectadas y buscar la manera de que se recuperen.
Lo primero es la salud de los guerrerenses, ha dicho el mandatario estatal, y en eso ha puesto su mayor empeño, con lo cual, afortunadamente, ha logrado mantener la pandemia en control, que no alcanza situaciones catastróficas.
A estas alturas ya se nuestra una disminución de los contagios y, en consecuencia, de las muertes y las personas que requieren hospitalización.
Pero no hay espacio para el exceso de confianza, como ha dicho el mandatario, sino que debe cuidarse mucho la apertura gradual que se hace, para no caer en un retroceso, que puede ser más grave que el contagio inicial.
NUEVA REUNIÓN DE LOS PADRES DE LOS 43 CON AMLO, AUNQUE NO HAY AVANCES.
El caso de la desaparición de los 43 alumnos de Ayotzinapa está a un mes y quince días de que se cumplan 6 años de esos eventos trágicos que hasta ahora no han encontrado una solución que satisfaga a los dolidos padres que esperan que AMLO logre que avancen las investigaciones, para saber dónde están o dónde quedaron sus hijos.
Después de la llamada “Verdad Histórica”, que dejó la investigación de la PGR de Jesús Murillo Karam, ahora, los nuevos responsables de la indagatoria, encabezados por Alejandro Encinas, aseguran que las conclusiones del anterior régimen han sido totalmente superadas y destruida la argumentación heredada.
Hacer esa aventurada afirmación por la localización de un nuevo resto óseo de uno de los desaparecidos, sin que existan más elementos probatorios, resulta exagerado.
La verdad es que están casi en el mismo lugar donde los dejó la PGR y poco o nada han logrado avanzar y por eso, los padres le exigen ahora a AMLO resultados y avances creíbles y no las mismas versiones incompletas e insatisfactorias, que a nadie convencen.
Habría que preguntarse si alguna vez habrá una versión completa de lo ocurrido y si se logrará localizar a los desaparecidos o sus restos.
CASI CONCLUYE EL PRI LA RECOMPOSICIÓN DE LA ESTRUCTURA PARTIDISTA.
La elección del año próximo, 2021, será realmente trascendente para Guerrero, porque permitirá definir si el PRI logra retener la gubernatura del estado o el candidato de Morena puede superarlo y alcanzar la primera posición dentro del Palacio de Gobierno.
Menciono solo al priismo y a los morenacos, porque son los dos únicos partidos que tienen la posibilidad de ganar la contienda electoral, lo que de ninguna manera podrían hacer el PRD, menos el PAN ni el PT o alguna otra formación partidista.
El triunfo dependerá de la fuerza, la calidad y aceptación del candidato que presenten ambos partidos, pero también, y de forma destacada, del trabajo que hayan realizado en la recomposición de la estructura que disponen para movilizar a sus partidarios y llevarlos a votar por su abanderado.
En Morena no se advierte que haya trabajo partidista, porque sus dirigentes estatales están más interesados en tomarse la foto con su Mesías, que en fortalecer su estructura, que, la verdad, no parece existir.
Suponen que con el dinero que reparten entre la gente, como supuestos programas sociales, tendrán el apoyo suficiente para ganar la elección y la gubernatura y otras posiciones menores.
En cambio, el PRI, de la mano de Esteban Albarrán Mendoza se ha pasado meses trabajando en la recomposición y fortalecimiento de la estructura partidista, porque ese es el camino para ganar la elección.
El dirigente estatal, con ayuda de sus compañeros del CDE y del delegado del CEN priista, han recorrido el estado en varias ocasiones, para tratar con la gente y buscar la manera de volver a trabajar como lo hacían antes de la elección del 2018, cuando, por la imagen del Peje, se perdieron casi todas las posiciones.
Ahora será distinto, porque AMLO no puede participar en la elección, aunque, obviamente, sus partidarios usarán su imagen al máximo para influir en los votantes, ya que en Guerrero tiene una gran influencia.
La competencia será muy difícil para el PRI y Morena, y ganará el mejor candidato y el partido que logre aprovechar su estructura de la mejor manera.
En 3 semanas más arrancará oficialmente la elección del 2021.
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