La democracia, es un ejercicio donde todos pueden participar, luego de que aceptan las reglas.
En la democracia se juega a ganar, pero también se puede perder.
Un voto puede ser la diferencia. Y quien pierde, respeta y quien gana, también.
En México, hemos sido testigos de eventos inéditos recientes, que han cimbrado al país entero.
Los actores principales han mostrado altura de miras. Eran poco antes de las 20 horas del uno de julio del 2018 y los mexicanos fuimos testigos de actos, que en algunos casos muchos quedamos mudos. Otros aún no lo digieren.
Los árbitros del proceso electoral, han mostrado que son instituciones a la altura del momento.
El Instituto Nacional Electoral (INE) trabajó bien organizando, capacitando, vigilando y computando el proceso, con lo que mostró capacidad y fortaleza.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) ha dado muestras de que realiza una revisión exhaustiva de las quejas y desarrolla acciones que fortalecen el juego democrático. Ha determinado y revisa las sanciones que el INE hizo de acuerdo a criterios que serán valorados por los Magistrados.
Los resultados son aceptados por todos y nadie, ni los partidos han salido a protestar, como en otros momentos. Hay paz social.
Por una protesta del Partido Encuentro Social (PES), quienes posiblemente pierdan su registro el TRIFE determinó hasta ayer entregar la constancia de ganador a Andrés Manuel López Obrador.
Luego entonces, hay presidente, hay instituciones fuertes y no hay nada que perturbe el ambiente político y social en México.
Bueno, hay violencia, hay delincuencia organizada que reclama espacios a otros grupos y por ende, han desatado una guerra en todo el país, por apoderarse del negocio más lucrativo que significa el control de las drogas, el secuestro, la trata, el cobro de piso, entre otros elementos.
Ante este escenario es incomprensible, cómo militantes de Morena, el partido ganador, y sus grupos de apoyo en el estado de Guerrero, acuden y secuestran Magistrados electorales, los amenazan, los amagan y les dicen que si Tecoanapa, municipio pequeño de Guerrero, donde la disputa es por 2 votos, lo pierden, serán despedidos como tales, luego de que asuman el poder.
Del mismo tamaño es el acto donde diputados de Morena, acuden al Tribunal Estatal Electoral (TEE), y amenazan a los magistrados electorales locales, con despedirlos, en el caso de que cuando revisen la asignación de diputados plurinominales, determinen que hay sobre representación de diputados, afectando sus cuentas como representación social.
Esa prepotencia, esa actitud antidemocrática, soberbia y plena de toda lógica, no es válida cuando hay instancias electorales que pueden dirimir las diferencias, aún por acudir.
Secuestrar instancias electorales, bloquear carreteras, amenazar y hacer rehén a los ciudadanos de actos negativos, violentando la legalidad que dicen defender, cuando hay instancias que resuelven las diferencias y gana quien ganó y pierde quien perdió, es regresar al pasado rijoso de quienes dicen respetar la ley y la determinación de las instancias, sólo cuando les favorece.
Morena y sus liderazgos deben mostrar que harán la diferencia, que no son los mismos que quieren resolver todo por medio de la violencia y las amenazas.
Los mexicanos ya vimos esa película y queremos de los partidos inteligencia, respeto a las instancias y que muestren que son partidos que empiezan a reconocerse como hacedores de la democracia y no de la prepotencia que otorga el poder.
Así sea.
Hay 283 invitados y ningún miembro en línea