LECTURA POLÍTICA
La Procuraduría de Justicia y el alcalde de Tlapa Willy Reyes Ramos, juegan al gato y al ratón. En cierto modo, el crimen del diputado federal priísta Moisés Villanueva de la Luz y su chofer Erick Estrada, entraron en una espiral en la que florecen las medias verdades y se confunde cada vez más a los ciudadanos en un caso que parece por momentos, pervertido deliberadamente. Los errores cometidos por el Procurador Alberto López Rosas, y las medidas que implementa cuando siente que la soga lo ahorca, revelarían en un primer plano, una clara deficiencia en el desenredo de la madeja que llevaría a la aclaración del homicidio. Hay que ir por partes para entenderlo mejor.
CRIMEN SIN UN MÓVIL.- En todos los homicidios del orden común siempre existe un móvil que lo respalda. De otro modo, no habría razones para cometer el delito. A menos que se trate de miembros del crimen organizado que llegan a matar inocentes si la circunstancia así lo requiere. En el caso del diputado federal Moisés Villanueva, el móvil de su proditorio asesinato lleva las huellas indelebles del entorno político en que se desenvolvía. Pero hasta hoy, el procurador López Rosas detuvo a los presuntos asesinos materiales pero sin presentar el móvil por el cual el edil tlapaneco Willy Reyes, lo habría mandado eliminar. Eso reviste a la investigación de cierta inconsistencia. Le mete mucho ruido al trabajo de investigación de la PGJE. Y por supuesto, abre otras tantas dudas. Se perciben confusiones. El edil tlapaneco las aprovecha para fortalecerse. Continuar jugando al gato y al ratón. Pero esas maniobras abren otras:
1.- Justo cuando el edil de Tlapa alega su inocencia en sendas páginas de publicidad pagadas en medios impresos, tras someterse voluntariamente al detector de mentiras o prueba del polígrafo –que resulta cómica y risible dado que se le formulan solo tres preguntas capciosas-, la Procuraduría de Justicia presenta a otro implicado en el homicidio del legislador federal: Juan Miguel Martínez, El Gordo. Como si quisiera con ello, acelerar el proceso del desafuero contra el edil, que el Congreso local aplaza una y otra vez.
2.- Cuando presenta al inculpado, el procurador permite que la prensa lo interrogue brevemente. Pero cuando siente mayor presión de los reporteros, sorpresivamente ataja: “ya, con eso”. Si no quería que el delincuente hablara demás ¿por qué motivo se lo soltó entonces a los periodistas y luego se los quitó? ¿Acaso planeó que dijera justo lo que él propio funcionario quería? ¿Qué otras sorpresas esconde la Procuraduría de Justicia en torno a este homicidio?
3.- El móvil del crimen contra el diputado Villanueva de la Luz, tiene que ser político. Pero no hay nada al respecto. Sin embargo, una pista podría centrarse en la doble designación de Willy Reyes Ramos, como candidato del PRI a la alcaldía de Tlapa. En la primera ocasión, avalado por la dirigencia estatal tricolor conducida en el 2005, justamente por el alcalde capitalino Héctor Astudillo. Y que al final perdió frente al perredista Martimiano Benítez Flores. La segunda, cuando era dirigente estatal tricolor el actual diputado local y aspirante a la alcaldía de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena. Ambos dirigentes saben el nombre del personaje que los presionó para encumbrar dos veces como candidato a Willy. Un privilegio que muy pocos priístas tienen. Entre ellos el empresario restaurantero, Ernesto Rodríguez Escalona. Pero la Procuraduría al parecer, no quiere meterse en más problemas. Y por eso acusa en directo y sin daños a terceros, al alcalde tlapaneco. Pero sin presentar el móvil. Ese punto la está desgastando. Tanto Willy como López Rosas siguen su juego del gato y el ratón.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Lo que nunca hizo el ex gobernador Zeferino Torreblanca, lo manejo con especial habilidad el actual mandatario estatal, Ángel Aguirre: levantar del piso al puerto de Acapulco. El puente del pasado 20 de noviembre establece claramente la diferencia entre un gobernante que sí opera, y otro que se mantuvo estático. Y hoy, éste último amenaza con regresar como candidato del PAN a la senaduría. A ver cómo le va… El rector de la UAG, Ascencio Villegas encontró un punto de coincidencia con el sindicato académico: ceder recategorizaciones a miembros afines al dirigente sindical Anselmo Sotelo, a cambio de que éste firme las categorizaciones de aquellos que pertenecen al grupo Fredeuag, la corriente política del rector. Desde luego, sin respetar los derechos laborales de los demás trabajadores. Con este tipo de amafiamientos, el rector planea elevar la calidad académica en la UAG. Pero las inercias lo dominan.
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