LECTURA POLÍTICA
Para el presidente panista Felipe Calderón, la situación no es nada cómoda pues en tres años perdió a dos secretarios de gobernación en presumibles “accidentes aéreos”. Aunque es claro que eventos como este, difícilmente escapan al sentido común y a las lecturas que de ellos se desprenden. En su libro Los Señores del Narco, la periodista Anabel Hernández, pone el dedo en la llaga cuando afirma con base en sus investigaciones y en torno a la muerte de Juan Camilo Mouriño, la existencia de razones suficientes “para creer que se trató de un atentado relacionado con el narcotráfico”.Y es que curiosa y paradójicamente, los dos “accidentes” en los que fallecieron trágicamente ambos secretarios de gobernación panistas, ocurrieron en fechas muy próximas a la captura de importantes operadores y miembros de los cárteles de la droga.
Así, el miércoles 22 de octubre de 2008, la PGR confirmó la detención de Jesús Zambada García, alias "El Rey Zambada", hermano de Ismael, “El Mayo Zambada”, tras un enfrentamiento a balazos. Trece días después –el martes 4 de noviembre- la aeronave del secretario de gobernación, Juan Camilo Mouriño, se desplomaba muy cerca de la residencia oficial de Los Pinos.
Y apenas el pasado miércoles 9 de noviembre, el Ejército mexicano detuvo en Sinaloa a Ovidio Limón Sánchez, a quien las fuerzas castrenses identificaron como uno de los principales operadores de Joaquín El Chapo Guzmán. Además, la agencia antidrogas estadunidense –la DEA- ofrecía 5 millones de dólares como recompensa por su captura. Dos días después ocurrió el percance donde perdió la vida el secretario de gobernación, Francisco Blake Mora.
Y dos días después –ayer domingo- se realizaría la elección de gobernador en Michoacán, proceso en el que Luisa María, la hermana del presidente Calderón, se había metido con fuerza a la pelea. Pero más allá de las especulaciones en torno a estos lamentables sucesos, lo que queda de relieve es que el asunto también está tocando ciertas fibras políticas. Hay algunas ineludibles.
LA VULNERABILIDAD PRESIDENCIAL.- En los primeros días de octubre pasado, el presidente Felipe Calderón, sugirió en una entrevista al influyente diario estadunidense, New York Times, que el PRI estaría en posibilidades de pactar con el narcotráfico de llegar a la presidencia de la república. Desde luego, a los tricolores no les hizo gracia la declaración y lo acusaron por actos adelantados de campaña. Luego, el ex presidente panista Vicente Fox, en contraflujo a la postura presidencial, propuso “alcanzar un cese al fuego con el narcotráfico” para poner fin al problema de la inseguridad y la narcoviolencia. Por esta actitud, algunos diputados lo calificaron como “decadente, ignorante y vengativo”. Lo cierto es que Calderón comenzó a mostrarse vulnerable en varios frentes:
1.- El pasado miércoles 2 –en plena celebración por el Día de Muertos- sujetos desconocidos asesinaron al edil panista de La Piedad, Michoacán, Ricardo Guzmán Romero. Se leyó como un mensaje siniestro de los grupos criminales en contra del presidente, justo en la coyuntura de la elección michoacana.
2.- El “accidente aéreo” que le quitó la vida a su segundo secretario de gobernación, mostró de golpe tres cosas delicadas: las aeronaves de la presidencia de la república son chatarra pura –puesto que los vuelos de las aerolíneas comerciales no colapsan en forma tan recurrente-; los pilotos que las operan son neófitos o las utilizan para practicar en ellas. O de plano, se busca esconder la verdadera razón que permanece oculta en torno a sus desplomes.
3.- Si muchas organizaciones del crimen perciben al gobierno del presidente Calderón, como un aliado de la DEA, en el fondo la operación de la guerra contra el narco instrumentada desde Los Pinos, tendría el objetivo concreto de asegurar el apoyo de Estados Unidos hacia el PAN, en la elección presidencial de 2012. Porque desde donde se le vea, éste resulta estratégico para los blanquiazules en su afán por retener la presidencia del país. El único problema es que muchos actores políticos y sociales evalúan esa confrontación como un rotundo fracaso del estado mexicano. Agravado con los cerca de 50 mil muertos producto de este dantesco baño de sangre.
4.- El escenario rumbo a la sucesión presidencial de 2012 cambió radicalmente. Porque si hasta antes de su deceso, el secretario de gobernación ya había tejido fino con algunos destacados líderes políticos de diferentes partidos, Calderón y el PAN comenzarán otra vez de cero. Y más allá de las fortalezas que ambos pudieran explotar del abrupto deceso de Blake Mora, las debilidades parecen aflorar en forma más contundente. Y si no, al tiempo.
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