El día lunes caminaba por la calle, en Canuto Neri, para ser precisos, y me topé con un señor en silla de ruedas, no escuche lo que decía, porque iba escuchando música como regularmente hago, pero si note que me hacía señas en forma de ayuda, me acerque a él y me pidió amablemente que le hablara a una persona de la tienda donde iba, para que saliera a atenderlo, ya que la rampa por donde subía estaba obstruida por un coche, lo cual me hizo darme cuenta que muchas personas no tienen la consciencia suficiente para dejar libres las rampas para las personas que lo necesitan, será acaso falta de cultura, de educación, o simplemente, nos vale madre todo lo que pase a nuestro alrededor, porque tenemos esa idea tonta de que "si no me pasa a mi o es alguien de mi familia no importa" .
Me decepciona un poco ver que las personas nos estamos volviendo indiferentes ante hechos tan sencillos como dejar libre una rampa para personas con discapacidad, veo personas apasionas, que pelean por defender a un candidato que ni siquiera los conoce, que no saben si de verdad cumplirá todo lo que promete en campaña, porque seamos realistas, prometer no empobrece, creo que en lugar de defender a candidatos que dan mucho que desear, deberíamos preocuparnos por defender a las personas de nuestra misma ciudad, a las mujeres, a los niños, a los ancianos, a los hombres, no a un candidato que cuando suba al poder se olvidara de todas sus promesas que hizo en campaña, el cambio real está en cada uno de nosotros.
Quiero compartirles una pequeña reflexión escrita con mi hermano Pedro T. Arzeta
El otro día, al estar caminando por la zona céntrica de nuestro hermoso Chilpancingo, decidí pasar a una tienda a comprar un agua. Me encontraba exactamente antes del paso a desnivel, y tenía que ir cerca de la secundaria Raymundo.
Al ir caminando hacia mi destino, me terminé el agua que había comprado y buscaba un basurero para depositar el bote vacío, pero, para mi sorpresa (que en realidad no me sorprendí para nada) fue que no encontré absolutamente ningún contenedor para basura, así que decidí quedarme con ella hasta encontrar uno.
Aunado a esto, en mi caminata observé que algunos carros particulares, taxistas y urbaneros, les importa poco las señalizaciones de tránsito, desde las líneas peatonales, hasta los semáforos, y, hay que aclarar, que algunos peatones, hacen “parada” al transporte público en donde sea, cruzan la calle donde no deben y pocos, muy pocos tienen educación alguna.
En lo particular, no me gusta ver ni tirar basura alguna en la calle, ya sea por educación, cultura o por moral, pero detesto hacerlo, y he visto muchas personas que sin pena alguna la arrojan desde su vehículo, o simplemente la dejan donde se les plazca.
Aquí, nadie respeta nada ni a nadie, pero, la pregunta es: ¿quién tiene la culpa? ¿El gobierno? ¿O la cultura de las personas? Lo único que sé (porque lo he visto y escuchado) es que todas esas personas que no cumplen con esto tan mínimo que mencioné, son las primeras en quejarse del presidente municipal, del gobernador, del presidente de la República y de todo lo mal que estamos en el país.
Así que, por mí, puede llegar a ganar cualquier presidente de la República, pero si nosotros, como sociedad, como gente civilizada comenzamos con algo tan sencillo, créanme que entonces no vamos a tener un verdadero cambio.
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