Una ceremonia inaugural protagonizada por la historia y cultura rusa, y que también tendrá una fuerte carga política e ideológica, pondrá en marcha de forma oficial este viernes los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi-2014, los más caros y seguros de la historia.
El secretismo, habitual en las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos, ha hecho que no se sepa quién encenderá el pebetero y cómo llegará la llama Olímpica al estadio de Fisht, tras su periplo de 65.000 kilómetros, que la llevó del espacio al fondo del lago Baikal.
"La ceremonia será una de las más impresionantes y visuales de la historia", declaró el presidente del comité de organización de los Juegos, Dmitri Chernychenko. El acto, de 150 minutos de duración, tendrá lugar en el estadio de Fisht, recién construido.
A dos pasos de las playas del mar Negro, y ante los ojos del presidente Vladimir Putin, la ceremonia celebrará y ensalzará ocho momentos históricos de la cultura rusa. Los 40.000 espectadores del estadio olímpico verán el espectáculo en el que habrá actores con trajes brillantes y grandes efectos pirotécnicos.
Los coros del Ejercito Rojo estarán presentes, mientras los medios rusos aseguraron la participación del pianista Denis Matsojev, del violinista Jori Bachmet y del grupo preferido de Putin, Lube.
Las tribunas serán en sí mismas un espectáculo. Vladimir Putin acogerá a 44 grandes dignatarios internacionales, incluido el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, aunque también habrá ausencias destacadas, muchas en protesta por la política rusa en materias como los derechos humanos y la ley sobre la "propaganda" homosexual.
Aún así, el presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, muy criticado en las calles de Kiev, estará bien arropado al lado de Putin, igual que el presidente chino Xi Jinping.
Por su parte, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo japonés, Shinzo Abe, asistirán a la ceremonia e intentarán aprovechar para mantener diálogos diplomáticos con el Kremlin.
Más controvertida será la presencia del presidente bielorruso Alexandre Lukachenko y de Leonid Tibilov, presidente de la región separatista georgiana de Osetia del Sur, reconocida por Moscú.
En el bando de los "contestatarios" están el primer ministro británico, David Cameron, y los presidentes de Francia, François Hollande, y de Alemania, Joachim Gauck, que no asistirán.
Casi 3.000 atletas de más de 80 países deben tomar parte en las pruebas repartidas entre el sitio costero de Sochi y Rosa Khutor, en las montañas del Cáucaso ruso, en un evento con las mayores medidas de seguridad de la historia del evento y los más caros.
Putin se ha gastado 50.000 millones de dólares en infraestructuras. Los Juegos tendrán la baja por lesión de una de las estrellas de los deportes de invierno, la esquiadora estadounidense Lindsay Vonn.
Pero una ciudad tomada por 37.000 policías, cuando la población de Sochi es de 350.000 personas, hace que las medidas extremas de seguridad, para evitar atentados de los grupos islámicos de las repúblicas del Cáucaso del Norte, sean las protagonistas hasta ahora.
La preocupación se ha acrecentado después de los dos atentados suicidas que causaron 34 muertos a finales de diciembre en Volgogrado, a 700 kilómetros de Sochi.
Todas las llamadas telefónicas y las conexiones a internet en Sochi serán vigiladas por el poderoso Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB). En cada esquina del complejo olímpico y en la ciudad de Sochi es fácil toparse con uno de los 37.000 miembros de las fuerzas de seguridad.
Un aspecto conflictivo de los Juegos ha sido el trato que se dispensa en el país a los homosexuales. La aprobación de una ley en la que se prohíbe la "propaganda" homosexual ante los menores, con riesgo de prisión, ha provocado una controversia mundial, con múltiples llamadas al boicot de Sochi-2014.
La estadounidense Laurenne Ross, durante una sesión de entrenamiento del descenso de esquí alpino este viernes 7 de febrero en Sochi, antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno 2014
Camiones del ejército ruso se instalan cerca de una de las pistas de esquí de Sochi, el 5 de febrero de 2014, dos días antes del inicio de los Juegos Olímpicos
El equipo olímpico austríaco de esquí alpino posa en los aros olímpicos de la Villa de Sochi, el 4 de febrero de 2014